Anuncios

Relevan a jefes policiales y secuestran otro móvil por la desaparición de Facundo Astudillo Castro

MAR DEL PLATA.- Siempre con la hipótesis de una eventual participación policial en la desaparición del joven Facundo Astudillo Castro, la Justicia federal dispuso el secuestro de un segundo móvil para realizar sobre él peritajes genéticos. En tanto, el Ministerio de Seguridad bonaerense dispuso relevos en las dependencias involucradas en el caso.

La Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad desafectó al subcomisario Pablo Reguillón, a quien el abogado de Cristina Castro, la madre del joven desaparecido desde el 30 de abril pasado, denunció por supuestas amenazas.

La medida fue notificada a la Justicia y se explicó como un paso necesario para evitar que el citado funcionario pueda interferir de alguna manera en el desarrollo de la investigación. Cabe recordar que Luciano Peretto, abogado querellante, afirmó haber sido amenazado por Reguillón el sábado, cuando descubrió que el subcomisario y otros cinco agentes estaban en el "basurero viejo" del paraje Mayor Buratovich, donde testigos habían señalado la presencia de restos óseos, que finalmente resultaron no ser humanos. El abogado había cuestionado la presencia de los policías porque la Justicia provincial había ordenado a la fuerza que se abstuviera de participar de cualquier modo en la pesquisa por la búsqueda de Astudillo Castro.

La ONU pidió "inmediatez y exhaustividad" en la investigación por la desaparición de Facundo Astudillo Castro

La búsqueda del joven se lleva adelante desde la semana pasada con intervención de fuerzas federales y la participación de equipos especializados en este tipo de misiones.

De Astudillo Castro nada se sabe desde el pasado 30 de abril, cuando viajaba desde la localidad de Pedro Luro, en el sur de la provincia, hacia Bahía Blanca. Según testimonios recabados en la pesquisa, tuvo contacto dos veces con efectivos policiales de las localidades de Mayor Buratovich y Teniente Origoni. En la primera en donde prestaba servicio el subcomisario Reguillón.

El fiscal federal Santiago Ulpiano Martínez, que se hizo cargo del caso luego de que el Ministerio Público provincial se declarara incompetente, ya había ordenado varias medidas de prueba, entre ellas, el secuestro de equipos de comunicación radial de las citadas dependencias policiales y teléfonos personales de los efectivos que se desempeñan en ellas. También, el secuestro de una camioneta Toyota Hilux asignada al Destacamento de Mayor Buratovich.

Ante dudas que se generaron y presentaciones de los querellantes, también se ordenó secuestrar otra patrulla: la que estaba al servicio del destacamento de Teniente Origoni.

Los policías tomaron contacto con Astudillo Castro en la ruta 3 la mañana del 30 de abril. Le labraron un acta por violación de la cuarentena. Le tomaron una foto junto al móvil policial y también a su licencia de conducir, que era la única identificación que portaba.

Desde allí intentó seguir viaje a Bahía Blanca, siempre "a dedo". En Mayor Buratovich se encontró con otro control policial. Y desde allí una oficial, en su auto particular, lo acercó hasta Teniente Origoni, a 90 kilómetros del destino al que quería llegar para ir a ver a su exnovia.

La Justicia esperará ahora los resultados de peritajes sobre ambos móviles policiales para determinar si hay en ellos alguna evidencia relativa a Astudillo Castro.

El jefe de la policía bonaerense, Daniel García, está hoy en Mayor Buratovich para seguir de cerca el caso y encabezar los cambios en la conducción de los destacamentos involucrados, todas correspondientes al partido de Villarino. Tras mantener un encuentro con el intendente de Villarino, Carlos Bevilacqua, y jefes policiales en la localidad de Médanos, el número uno de la fuerza dijo que colaborarán "en lo que se necesite" y que espera que "se llegue a la verdad" para darles "tranquilidad a la madre y a toda la sociedad". Y finalizó: "Soy el primero que quiere que aparezca con vida" Facundo Astudillo Castro.

La segunda hipótesis, que era sobre la que se volcaba el fiscal provincial Rodolfo De Lucía antes de apartarse del caso, apunta a que Astudillo Castro pudo haber llegado a Bahía Blanca, como era su objetivo. Tenía testimonios que así lo confirmaban. En ese caso sus sospechas apuntaban a la exnovia del joven y su entorno, foco sobre el que todavía no se posó la Justicia federal.