La relación entre el maltrato animal y los asesinos en serie

CIUDAD DE MÉXICO, mayo 30 (EL UNIVERSAL).- Este martes fue detenido Sergio "N" acusado de arrojar un perrito a un cazo con aceite hirviendo en Tecámac, Estado de México.

De acuerdo con la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, el ahora detenido es investigado por su probable responsabilidad en el hecho delictuoso de Maltrato Animal ocurrido el domingo 28 de mayo, cuando ingresó a una carnicería ubicada en el poblado de San Pablo Tecalco, agredió verbalmente al locatario, lo amagó con un instrumento punzocortante y al momento de salir sujetó al canino que se encontraba en el lugar, y lo arrojó dentro de un cazo con aceite hirviendo, lo que le provocó la muerte.

Además de enojo, casos como el de "Benito" provocan incógnitas entre la población quienes se preguntan qué tipo de pensamientos tienen estos individuos, si es probable que pudieran haber cometido otro tipo de delitos o si esta clase de conductas podrían desencadenar actos de violencia mucho más graves.

Casi todos los asesinos en serie cometieron actos de crueldad con animales: doctor Randall

De acuerdo con el doctor Randall Lockwood, vicepresidente de la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos, si bien no todos los individuos que hayan maltratado animales terminarán siendo asesinos en series, casi todos los asesinos en serie cometieron actos de crueldad con animales.

Como ejemplo tenemos a Jeffrey Dahmer, Alberto DeSalvo (El estrangulador de Bostón), David Berkowitz (El hijo de Sam) o Peter Kûrten (El vampiro de Dûsseldorf), cuyos perfiles realizados por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) señalan que empezaron sus fantasías de torturas y crueldad con animales.

El Manual de Trastornos de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés) indica que la violencia hacia los animales podría tener un valor predictivo de violencia hacia los humanos, ya sea como maltratos hacia el cónyuge, la mascota, los hijos, o como asesinatos en serie o asesinatos en masa.

También existen estudios comparativos que han señalado que existe una mayor incidencia de antecedentes de abuso a animales durante la niñez en presidiarios por crímenes violentos respecto a un grupo de hombres no violentos no encarcelados.

Además, se han encontrado antecedentes de crueldad animal en exhibicionistas, acosadores sexuales, acosadores sexuales encarcelados, violadores convictos y asesinos adultos.

De acuerdo con un estudio realizado por el FBI en 1970, de 36 asesinos múltiples convictos el 46% declararon haber torturado animales durante su adolescencia.

Estas conductas hacia los animales también son resultado del entorno en el que se desarrolle el menor, por ejemplo, en familias problemáticas los niños pueden aprender que los animales pueden ser maltratados e incluso que esta conducta agresiva es aceptable hacia los humanos.

De acuerdo con un estudio de la New Jersey Public Child Protection Agency, el 88% de las familias donde se había maltratado a niños también se había maltratado a animales, además en el 66% de los casos el progenitor agresor había matado o herido a la mascota para inculcar disciplina al hijo.

¿Cómo identificar la violencia escolar?

Según los expertos, pueden identificarse unos rasgos comunes en niños y adolescentes que presentan violencia escolar (incluyendo asesinatos en masa):

Se sienten inferiores y criticados

Presentan comportamientos violentos/agresivos de diferentes maneras y no en un episodio aislado.

Son rechazados repetidamente, lo que contribuye al incremento progresivo de su agresividad.

Niños aislados mientras sufren daño emocional.

Los adultos no prestaron la suficiente atención a signos de alarma (como el maltrato a animales, ya que no se consideró a los animales como víctimas si no como una propiedad). Hay jóvenes que cometen actos de crueldad hacia animales como síntomas de una psicopatología y, a veces, acompañados de una historia familiar problemática.

Además de las características arriba enumeradas, su "perfil" puede incluir:

Diagnóstico de trastorno de conducta.

Falta de cuidados y/o malos tratos (abuso físico, abuso sexual o emocional, no atención médica, etc.)

Violación de las normas sociales y los derechos humanos y animales básicos.

Perpetrar actos criminales violentos o no, incluyendo los relativos a la propiedad.

Baja autoestima y elevada susceptibilidad a la presión de otras personas.

Poco control de la agresividad física y la ira (empiezan las peleas, se automutilan, o agreden a otras personas o animales).

Rechazo real o percibido erróneamente y sentimiento de ser criticados y/o perseguidos.

Falta de control de impulsos.

Sentimientos de falta de poder e inferioridad.

Capacidad no adecuada de relacionarse socialmente en la mayoría de los ámbitos.

Exceso o falta de apego.

Falta de apoyo e inculcación de valores básicos por parte de los padres.

Otro caso de crueldad animal que también alertó a la población es el de la gatita Hope, quien fue quemada, cegada, golpeada y mutilada por un grupo de adolescentes, mismos que fueron detenidos.

Tras el incidente se hizo evidente la necesidad de educación adecuada para prevenir la crueldad con animales y la posible ulterior crueldad hacia humanos, así como el desarrollo de programas de intervención adecuados.

Un ejemplo es la organización Psychologists for the Ethical Treatment of Animals (PSYETA) que ha desarrollado un tratamiento que se aplica a quienes han maltrato animales donde se utiliza aproximación cognitiva y comportamental con intervenciones directas y enfatizando la necesidad de responsabilizarse de las acciones uno mismo.