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¿Qué regiones españolas notan más las fluctuaciones en la llegada de turistas?

Las Ramblas de Barcelona un día de la primavera de 2017. <a href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/barcelona-spain-may-22-2017-people-645648193" rel="nofollow noopener" target="_blank" data-ylk="slk:Shutterstock / nito;elm:context_link;itc:0;sec:content-canvas" class="link ">Shutterstock / nito</a>
Las Ramblas de Barcelona un día de la primavera de 2017. Shutterstock / nito

El turismo es uno de los principales motores económicos en España. De hecho, la subida de las temperaturas y la llegada del verano suelen estar asociadas con una reducción del desempleo y un incremento de la productividad de su economía.

Todos los años se publican noticias sobre el efecto positivo del turismo en la economía y, si echamos un vistazo a los datos, podemos comprobar que, hasta la llegada de la pandemia, el número de turistas internacionales no había parado de crecer y que, en 2022, comienza a recuperarse.

Según datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística de España, en 2019 el país recibió 83,7 millones de turistas internacionales, siendo este el séptimo año consecutivo de récord de llegada de turistas.

No solo viajan turistas internacionales a España: también los propios españoles eligen su país como principal destino turístico, generando más de 150 millones de viajes en 2019. Estos datos corroboran que el sector turístico es uno de los que más aporta a la economía española (un 12 % aproximadamente del PIB y casi el 13 % de las personas ocupadas).

Las restricciones de movilidad debidas a la pandemia pusieron de manifiesto la relevancia del sector turístico en España, por su impacto en el conjunto de la economía.

Planificación y fluctuación en el número de viajeros

Sin embargo, la propia naturaleza del viaje (movimiento, cambio, novedad…) hace que el turismo sea sensible a diversos eventos como fluctuaciones económicas, crisis inflacionarias, ataques terroristas, desastres naturales o determinados contextos sociopolíticos. En definitiva, el movimiento de turistas puede fluctuar en cualquier momento y por causas variadas, lo que provoca un impacto en la economía española.

En este contexto, nuestro artículo Regional tourist heterogeneity in Spain: A dynamic spatial análisis trata de investigar cuáles son las regiones españolas más sensibles a fluctuaciones en la llegada de turistas, tanto nacionales como extranjeros, a destinos españoles.

La pregunta que nos planteamos fue si tiene el mismo impacto en todas las regiones una fluctuación en el número de turistas extranjeros o españoles que reciben.

Desde el punto de vista de la planificación turística, tanto para el Gobierno nacional como para los gobiernos regionales, conocer qué regiones son sensibles o no a cada tipo de turismo podría servir como base para el desarrollo de políticas de promoción del turismo.

Los resultados del artículo se muestran en esta tabla:

En el cuadro, las regiones de España están divididas en diferentes cuadrantes en función del parámetro estimado de sensibilidad a las fluctuaciones generales en la llegada de turistas extranjeros y españoles.

Si el parámetro es 0 implica que dicha región no es sensible a las fluctuaciones; es decir, las eventualidades poco influyen en la llegada de turistas. Si está entre 0 y 1 hay poca sensibilidad. Y si es 1 implica una alta sensibilidad.

Los resultados muestran que cada región (independientemente del número de turistas nacionales o extranjeros que reciba) tiene un comportamiento concreto respecto a una fluctuación en el número de viajeros.

La sensibilidad no parece no tener relación con el número de turistas que llegan a cada región, es decir, no por ser una región muy turística se es más sensible que una región menos turística a las eventualidades. Para entender los resultados planteemos dos escenarios concretos.

¿Qué consecuencias tendría un plan para promocionar el turismo interno en España?

Siguiendo los resultados, las regiones más sensibles al turismo nacional (en primer lugar, Andalucía y el Principado de Asturias, y luego la Comunidad Valenciana y Galicia) serían las que se verían más beneficiadas por esta política. Por el contrario, si cualquier circunstancia (como una crisis económica) redujese el número de turistas nacionales que viajan dentro de España, estas serían las regiones más afectadas.

Por otra parte, Extremadura y La Rioja, como regiones no sensibles a las fluctuaciones en la llegada de turistas nacionales, serían dos regiones para las que una campaña pública de promoción turística no tendría impacto.

¿Qué ocurriría si el Gobierno decidiese aplicar un impuesto turístico a los turistas extranjeros?

Esta medida, según las estimaciones, afectaría principalmente a las comunidades de Andalucía, Asturias, Aragón, Madrid y Murcia, y no tendría efecto alguno en Extremadura y La Rioja.

En conclusión, el turismo en España está caracterizado por ser muy volátil y sensible al contexto socioeconómico y está determinado por eventos excepcionales. Esta sensibilidad es diferente en cada comunidad autónoma y, cuando se producen fluctuaciones turísticas, las regiones se ven afectadas de forma heterogénea.

Estos resultados sugieren que los gobiernos regionales y el Gobierno nacional deben tener en cuenta estas diferencias a la hora de predecir el impacto de determinados eventos o formular políticas relacionadas con el desarrollo turístico regional.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

Alejandro Almeida Márquez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.