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El escarabajo que escapa de una muerte segura vía defecación

Ejemplar de escarabajo acuático de la especie <i>Regimbartia attenuata</i>. (Crédito imagen: Universidad de Kobe).
Ejemplar de escarabajo acuático de la especie Regimbartia attenuata. (Crédito imagen: Universidad de Kobe).

Todos hemos oído historias fantásticas acerca de personas que lograban huir de una muerte segura escapando del interior de la enorme bestia que les había engullido. Ahí están las historias de Jonás y la ballena, o del inmortal personaje de Carlo Collodi: Pinocho, quien también huyó vivo del interior de un gran cetáceo. Fábulas elegantes que en realidad nadie imaginaba posibles, ya se sabe que cuando a uno se lo come un ser más grande… eso supone el fin de la historia. ¿O no?

Pues bien, a la vista de la información que os traigo hoy, la respuesta debería ser: no siempre. La naturaleza acaba de mostrarnos a un “Houdini” del reino de los insectos, que logra escapar vivo del interior de una rana, una vez atravesado todo su sistema digestivo. ¿Es elegante salvar la vida vía defecación? Seguramente no, pero entenderéis que al escarabajo el concepto de “elegancia” se la trae al pairo, le gusta mucho más el concepto “supervivencia”.

Ahora ya en serio, el hallazgo se lo debemos al investigador nipón Shinji Sugiura (universidad de Kobe), que alimentó a cinco especies de rana diferentes con escarabajos acuáticos de la especie Regimbartia attenuata. En su laboratorio, el 93% de los escarabajos lograron escapar a través de la boca de la rana, o bien a través de su cloaca, después de trascurridos unos minutos.

Sugiura ha sido el primero en documentar esta especta-cular (perdón por el chiste) forma de huida, y ha descrito el proceso en una carta publicada ayer mismo en la revista Current Biology. En el vídeo posterior, podréis contemplar el “fin de trayecto” de nuestro escarabajo Houdini.

Muchas especies de rana empleadas en el experimento (como la Pelphylax nigromaculatus, o la rana de motas negras) no poseen dientes, por lo que tragan a su presa entera, empujándola hacia el estómago a través del esófago. Luego, el alimento pasa al intestino delgado y al grueso, y todo aquello que no es aprovechado se expulsa a través de la cloaca. (¿Sabías que existen ranas con dientes?).

A pesar de que en el vídeo podéis contemplar que el escarabajo escapó pasadas más de hora y media, Sugiura ha llegado a medir un trayecto ultra rápido de apenas 6 minutos. Esto es obviamente mucho más rápido que un proceso digestivo normal, lo cual juega a favor de los escarabajos acuáticos. ¿El secreto? Las patitas del coleóptero, con las que se mueve siempre con la cabeza hacia delante hasta alcanzar el esfínter y estimular la defecación de la rana desde dentro. ¡Es la primera vez que se ve algo así en el reino animal!

En opinión de Siguiura, los escarabajos han adaptado su cuerpo y comportamiento con el paso del tiempo, para sobrevivir en las charcas en las que comparten hábitat con las ranas. Estos escarabajos respiran empleando una pequeña bolsa de aire que queda atrapada bajos sus alas, lo cual también les permite sobrevivir mientras atraviesan el tracto digestivo de las ranas. Además, su grueso exoesqueleto les protege contra los ácidos jugos digestivos del anfibio.

Así mismo, al tener hábitos acuáticos, su cuerpo ha desarrollad una hidrodinámica que les permite navegar la “larga estructura tubular” que une la boca y la cloaca de la rana.

Esto me ha recordado a algo que leí hace mucho sobre mundos “hipotéticos” de una sola dimensión. Es una suerte que no vivamos en uno de ellos, de ser así, el conducto digestivo que nos atraviesa, nos partiría en dos matándonos irremisiblemente.

Me enteré leyendo inverse.

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