Reducir el consumo de tabaco no se diferencia demasiado de seguir fumando

Hace un año y un mes que dejé de fumar. El primero de octubre de 2020, apagué mi último cigarrillo, tiré a la basura todos los ceniceros, y desde entonces no he vuelto a dar ni una sola calada. Afortunadamente, no me costó tanto como yo temía y además acerté al decidir dejar de fumar por completo porque, en muchas ocasiones, pensé que si no lograba dejarlo, quizá podría intentar reducir el número de cigarrillos diarios. Un estudio científico publicado recientemente señala que “reducir los cigarros consumidos no parece tener un beneficio significativo en la disminución del riesgo de enfermedad cardiovascular independientemente del grado. Para reducir realmente el riesgo de enfermedad cardiovascular es necesario dejar de fumar completamente, no solo reducir el consumo”.

El tabaquismo es el principal factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV) y es responsable de una de cada cuatro muertes por estas causas. Sin embargo es un factor que se puede prevenir y que ofrece beneficios rápidos y directos. Por ejemplo, uno de los estudios más actuales, realizado entre miles de voluntarios que fumaban más de 20 cigarrillos al día, demostró que dentro de los 5 años posteriores a dejar de fumar, había un 39% menos de riesgo de ECV entre los que dejaron de fumar, en comparación con los que seguían fumando.

Las ventajas de abandonar el hábito de fumar son evidentes, no solo en el ámbito de la salud y la prevención de enfermedades letales, sino también socialmente o en cómo afecta al bolsillo los precios cada vez más altos. De esta manera, resulta tentador pensar que reducir el número de cigarrillos ofrece ventajas similares al organismo y sin embargo, no la relación no es tan evidente.

El artículo se publicó en la edición de octubre del European Heart Journal, la revista oficial de la Sociedad Europea de Cardiología, en colaboración con la Universidad de Oxford. Incluye un gran número de sujetos, casi 900.000 fumadores que se habían sometido a dos exámenes de salud consecutivos (en 2009 y 2011) y a los que posteriormente se les realizó un seguimiento durante varios años. Estos participantes se clasificaron en diferentes grupos que redujeron en mayor o menor medida el consumo de cigarrillos, para compararlos con un grupo de control compuesto por personas que dejaron totalmente de fumar (un 20% de los participantes). El grupo de aquellos que redujeron el consumo de tabaco se dividió en Reductores I (personas que habían reducido los cigarrillos a la mitad), Reductores II (los que habían reducido de un 20% a un 50%), Mantenedores(aquellos que siguieron fumando en la misma cantidad que acostumbraban) y finalmente Aumentadores (sujetos que aumentaron hasta un 20% los cigarrillos que ya fumaban).

Durante el seguimiento los investigadores detectaron 17.748 accidentes cerebrovasculares y 11.271 episodios de infarto de miocardio. Como era de esperar, aquellos que habían dejado de fumar completamente mostraban “un riesgo significativamente menor de accidente cerebrovascular” en comparación con el grupo de Sostenedores y Aumentadores. Sin embargo, y aquí llega lo sorprendente, los grupos de Reductores apenas mostraban diferencias notables respecto a aquellos que no habían dejado de fumar. Según los datos y las conclusiones del estudio “el riego de accidentes cerebrovasculares e incidencia de miocardio de los reductores no fue significativamente diferente del riesgo en el grupo de sostenedores”.

En definitiva, los números parecen indicar que reducir los cigarrillos consumidos (incluso a la mitad) no ofrece los beneficios para la salud que en un principio podríamos pensar. La lógica nos empuja a creer que si fumamos la mitad, deberíamos tener la mitad de riesgo… sin embargo, nuestro organismo no funciona de esta manera. Eso sí, reducir la cantidad de cigarrillos puede ser el primer paso para dar el paso definitivo, dejar de fumar completamente y conseguir que el riesgo de accidentes cerebrales e infartos disminuya de verdad.

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Referencias científicas y más información:

Jeong, Su-Min, et al. “Smoking cessation, but not reduction, reduces cardiovascular disease incidence”. European Heart Journal, Octubre de 2021, DOI:10.1093/eurheartj/ehab578.