Reconsiderando a las Spice Girls: cómo el poder femenino fabricado se convirtió en real

En una escena de la película de 1997 “Spice World”, las Spice Girls ensayan para la actuación estelar de la película en el Royal Albert Hall. Ataviadas con sus atuendos característicos, se contonean para interpretar uno de sus éxitos, ”Say You’ll Be There”, y se empujan unas a otras jugando mientras interpretan el tema con toques de R&B.

”Fue absolutamente perfecto”, declara el director musical cuando terminan, “sin ser en verdad bueno”. Las chicas parecen estar de acuerdo y no se inmutan.

Se trata de un chiste fugaz y autocrítico en la película, pero que resume cómo se ha percibido al grupo pop desde que se abrió paso en la escena musical a mediados de los años noventa. Para un público en su mayoría joven y femenino, atraído por sus mensajes de autoestima, individualidad y amistad, las Spice Girls eran la perfección andando. Pero para los críticos y comentaristas, que las tacharon de barbies “ramplonas”, falsas “fabricadas” y “estridentes”, en realidad no eran buenas.

Veinticinco años después del estreno de la película, cuando algunos de los seguidores más fervientes del grupo se han convertido en titanes del pop, el lugar que han ocupado las Spice Girls en la historia de la música sigue reescribiéndose.

No hay duda de que las críticas a las Spice Girls —sobre todo, que eran un producto pop superficial, fabricado y desechable— no eran exclusivas de ellas. Muchos artistas del pop, como los Beatles, los Monkees y ABBA, se enfrentaron al principio a las mismas burlas. Pero desde que comenzaron su ascenso al estrellato, el hecho de que las cinco Girls —Victoria Adams (ahora Beckham), conocida como Posh Spice; Melanie Brown, conocida como Scary Spice; Emma Bunton, conocida como Baby Spice; Melanie Chisholm, conocida como Sporty Spice, y Geri Halliwell (ahora Horner), conocida como Ginger Spice— fueran mujeres jóvenes y sin pelos en la lengua parecía aportar una capa adicional de escepticismo.

Tal vez nada ilustre mejor el dilema de las Spice Girls que la recepción de “Spice World”, su alocado documental falso, que ganó más de 70 millones de dólares en todo el mundo, pero recibió críticas memorables por su devastación.

Si algo ha quedado claro en las décadas transcurridas desde el estreno de la película es que no hay manera de replicar a estas cinco mujeres. Si bien los grupos femeninos —desde The Supremes hasta Destiny’s Child— han sido durante mucho tiempo una parte célebre de la música pop, Posh, Scary, Baby, Sporty y Ginger ofrecieron una combinación específica de autoexpresión y descarada ambición que inspiró a una generación de artistas. Artistas contemporáneos como Sam Smith, Little Mix y Haim no han escatimado en sus elogios a las Spice Girls.

“Recuerdo haber escuchado ‘Wannabe’ en el radio y haberme enamorado enseguida de esa canción”, comentó en un correo electrónico reciente la cantante Rita Ora, que interpretó ese éxito de las Girls en una aparición en 2018 en “Lip Sync Battle”. “Ver a las mujeres animando a las mujeres que lo estaban haciendo tan bien como los chicos, si no es que mejor, fue bastante inspirador para una joven”.

“Tal vez me hicieron tomar un cepillo cuando tenía como 5 años y usarlo como micrófono”, ha dicho del grupo la estrella del pop británica Charli XCX, que remezcló “Wannabe” para su sencillo de 2019, “Spicy”.

Adele, ganadora de quince premios Grammy, también es una declarada admiradora de hueso colorado de las Spice Girls. Cuando el grupo anunció su gira de reencuentro en 2019, compartió una foto en Instagram de ella misma cuando era joven, con la pared detrás de ella repleta de pósteres y fotos de las Spice Girls.

En su mejor momento, las Spice Girls fueron una sensación mundial y, hasta la fecha, siguen siendo el grupo femenino de mayor éxito de todos los tiempos: su primer sencillo, “Wannabe”, lanzado en 1996, estuvo en el primer lugar de las listas de éxitos en 37 países y su primer álbum, “Spice”, sigue siendo uno de los más vendidos de cualquier grupo femenino. Y ni las mismas Girls han acabado de asimilar lo mucho que su breve paso por la cúspide de la música pop repercutió en una generación de seguidores y a otros artistas.

“En aquel momento, en la década de 1990, quizá estábamos demasiado ocupadas, éramos demasiado jóvenes y estábamos muy agotadas para darnos cuenta de lo que estaba pasando”, dijo Chisholm en una entrevista reciente a The New York Times. Sin embargo, añadió, “es bastante abrumador, pero maravilloso, procesar que de verdad marcamos la diferencia en la vida de tanta gente. Ha sido una gran alegría poder hacerlo”.

‘Si eres sociable, extrovertida, ambiciosa y dedicada’

De las muchas críticas que han recibido las Spice Girls, quizá la más contundente sea la de que no tocaban ningún instrumento “de verdad”. Esta ha sido una crítica recurrente para menospreciar a los grupos de pop. Ni siquiera los Beatles se salvaron: cuando la banda llegó por primera vez a Estados Unidos en 1964, se les describió como “el combo soñado de un agente de prensa”, “decepcionantemente poco musical” y “una gigantesca puesta en escena”.

Pero esta crítica tuvo un peso especial en los años noventa en el Reino Unido, donde los grupos británicos de música pop estaban conformados por hombres con guitarras, como Oasis y Blur, que predicaban el evangelio de la autenticidad y dominaban la escena musical.

Así que dejemos algo claro: sí, las Spice Girls fueron una creación. En 1994, Bob y Chris Herbert, un equipo de representantes de músicos formado por padre e hijo, con sede en la localidad inglesa de Surrey, tuvieron la idea de crear una versión femenina de Take That, la exitosa banda masculina británica. La idea de los Herbert de inyectar más feminidad en la “cultura masculina” imperante en el Reino Unido de los noventa fue “la mayor de las genialidades de su visión”, escribió el crítico musical David Sinclair en su libro “Wannabe: How the Spice Girls Reinvented Pop Fame”.

Los Herbert publicaron un anuncio en un periódico: “Si tienes de 18 a 23 años con capacidad para cantar/bailar. Si eres sociable, extrovertida, ambiciosa y dedicada”. Tras semanas de audiciones, seleccionaron a cinco chicas —Brown, Chisholm, Beckham, Horner y Michelle Stephenson (sustituida unos meses después por Bunton)— y las trasladaron a una casa en la ciudad inglesa de Maidenhead, donde recibieron clases de canto, baile, sesiones de composición de canciones, formación en medios de comunicación y sesiones de grabación de demos.

Sin embargo, según Sinclair, a medida que las chicas trabajaban juntas, fueron concibiendo una visión ambiciosa para su agrupación que no coincidía con lo que los Herbert tenían en mente. Ellos querían que se ciñeran al modelo habitual de cantante principal y acompañante, mientras que las chicas se repartían las estrofas de las canciones de manera equitativa para que ninguna sobresaliera más que las demás. Los Herbert imaginaron a cinco chicas con un aspecto uniforme; las Girls querían mantener su individualidad.

“No nos vestimos parecido en la vida cotidiana y cuando intentamos hacerlo en una actuación, simplemente no funcionó”, dijo Chisholm. “Muy pronto, de forma natural, queríamos ser individuales y los directivos no lo veían así”.

Al igual que los Monkees —otro grupo prefabricado que tomó las riendas de su destino— las Girls decidieron que querían irse. Así que las cinco se metieron en el Fiat Uno de Horner y se marcharon con sus grabaciones maestras.

Las muchachas ya estaban generando suficiente ruido en la industria (gracias, en parte, a un espectáculo que habían realizado) y estaban en condiciones de hacer una prueba con nuevos representantes. Se decidieron por Simon Fuller, que por aquel entonces dirigía a la icónica cantante escocesa Annie Lennox. En marzo de 1995, se reunieron con él en su oficina y empezaron a cantar “Wannabe”.

“Fue bastante inusual”, recordó Fuller hace poco, “que estas cinco jóvenes entraran en la oficina con aplomo y dijeran: ‘Tienes que representarnos y no nos iremos hasta que aceptes’. Esa energía era muy contagiosa”.

Desde el punto de vista de las chicas, “simplemente todo encajó”, dijo Chisholm. “Cuando lo conocimos, nos pareció que también supo que así era”.

En lugar de convertir a las chicas en clones de sí mismas, como pretendían los Herbert, Fuller les dijo que se centraran en lo que eran de verdad y lo enfatizaran. “Si te gusta el rosa y el peluche y tu madre es tu mejor amiga; entonces, sé rosa las 24 horas del día, viste peluche todo el tiempo. Si eres la chica del norte que no tiene aires de grandeza, sexy y dominante y ruidosa; entonces, sé eso”, dijo Fuller. Esta idea, según reveló Fuller en un documental de la BBC de 2014, la inspiró Lennox, quien, al conocer a las Girls, las animó a “potenciar” sus personalidades.

Esa propuesta fue perfecta para las Spice Girls.

‘Nos atacaban por todo’

Aunque la base principal de admiradores de las Spice Girls estaba compuesta en su mayoría por mujeres jóvenes, nadie era inmune a sus encantos. En 1997, durante su estancia en Sudáfrica para actuar en un concierto de beneficencia, el grupo tuvo un encuentro con el príncipe Carlos y el entonces presidente sudafricano Nelson Mandela. Posando para las fotos frente a la residencia presidencial de Pretoria, Mandela dijo a los periodistas: “Saben, estas son mis heroínas” (Horner enseguida intervino para afirmar que el sentimiento era mutuo).

La teatralidad del grupo y la conciencia de su lado kitsch también despertaron el entusiasmo de los miembros de la comunidad LGBTQ, lo que al principio tomó a la banda por sorpresa, dijo Chisholm. “La idea era que teníamos que hacer esto por las chicas. Y luego, muy pronto nos dimos cuenta de que una gran parte de esta comunidad nos apoyaba también”, recordó. “Creo que es porque la gente puede sentirse sola si está en un entorno en el que no puede ser completamente ella misma y las Spice Girls eran algo a lo que podían pertenecer”. Desde entonces, el grupo se ha convertido en una popular fuente de inspiración para actuaciones de drag queens y varias de las Girls han aparecido como jueces invitadas en el programa “RuPaul’s Drag Race”.

Gran parte de la prensa, sobre todo la sensacionalista, criticó no solo el trabajo del grupo, sino su aspecto y lo que parecían representar. “Nos atacaban por todo: no saben cantar, no saben componer, no son tan guapas, su feminismo está vacío”, comentó Stone.

Cuando Beckham apareció en un programa de entrevistas británico ocho semanas después de dar a luz, el presentador Chris Evans la pesó para ver si había recuperado el peso que tenía antes de dar a luz. El presentador sometió a Horner al mismo tratamiento cuando apareció en su programa; ambas mujeres han hablado desde entonces de su lucha contra la imagen corporal y los trastornos alimenticios.

“Hay una cultura real aquí en el Reino Unido en la que de verdad se busca hundir a la gente. Celebramos el éxito hasta cierto punto y luego es momento de atacar: algo así como ‘No te creas la gran cosa’“, dijo Chisholm. “Pero siempre sentimos que los números no mienten. Estábamos batiendo récords”.

‘Eso suena divertido’

Fuller y el grupo plantearon por primera vez la idea de una película de las Spice Girls durante sus primeros viajes publicitarios a Estados Unidos. La película sería “una parodia de nosotras mismas”, dijo Horner en una conferencia de prensa en el Festival de Cannes. “En esencia, nos estamos burlando de nosotras mismas”.

Richard Grant, quien interpretó al representante de la agrupación en “Spice World”, explicó su decisión de unirse al reparto. “Mi hija Olivia, que en ese entonces tenía 7 años, era y sigue siendo una gran admiradora de las Spice Girls y me suplicó que aceptara el papel, así que fue una decisión fácil”, dijo.

Alan Cumming, cuyo personaje se pasa la película intentando hacer un documental sobre el grupo entre bastidores, también se dejó convencer. “Mi agente me llamó y, en primer lugar, me preguntó si conocía a las Spice Girls. Y yo le dije: ‘Bueno, estoy vivo’“, explica. “Me entusiasmó mucho; pensé: ‘Eso suena divertido’“.

La película acabó siendo uno de los últimos trabajos de la banda como quinteto. Cuando se estrenó el 15 de diciembre de 1997, las Girls y Fuller ya se habían separado. Unos meses después, Horner también abandonó la banda de forma abrupta.

El resto de las chicas siguieron actuando como cuarteto, incluso en una gira mundial en 1998, y lanzaron un tercer álbum, “Forever”, en 2000. A lo largo de las dos últimas décadas se han reunido en diferentes configuraciones para realizar varias actuaciones de reencuentro, incluidas dos giras. Pero la magia particular de su ascenso se había disipado.

La generación de las Spice Girls llega a la adultez

En 2012, los organizadores de los Juegos Olímpicos de Londres diseñaron las ceremonias de inauguración y clausura para celebrar lo mejor de la cultura británica. No faltaron las odas a James Bond, a la reina y a Mary Poppins, pero quizá ningún acto suscitó más ovaciones, y lágrimas, entre el público que las integrantes de las Spice Girls, las cinco, reunidas sobre un conjunto de taxis negros acondicionados, mientras el estadio cantaba a todo pulmón sus grandes éxitos.

Casi tres décadas después de su apogeo, los críticos han comenzado a reconsiderar las maneras en que las Spice Girls reconfiguraron el panorama de la música pop, en el Reino Unido y más allá.

En 2019, Pitchfork retomó “Spice” para una serie sobre álbumes significativos que la publicación había pasado por alto. Aunque el medio seguía calificando el disco con un 6,8 de 10, escribió que “el álbum era un producto pop meticulosamente elaborado, cargado de éxitos radiofónicos seguros”, y concluyó: “‘Spice’ sigue siendo un logro audaz”.

Sin embargo, quizá lo más destacable de las Spice Girls haya sido el empoderamiento de una generación de seguidores. Estos oyentes las conocieron en la infancia y respondieron favorablemente a la banda y a lo que representaba: cinco mujeres que se mantuvieron fieles a lo que querían y a cómo iban a conseguirlo y se divirtieron mucho juntas en el camino.

Para Ora, el mensaje de poder femenino de la banda siempre ha sido el de “levantarse y defender a las mujeres que te rodean, porque, en última instancia, tenemos que cuidarnos las unas a las otras”, dijo. “¿Quién mejor para enseñarnos esa lección que las Spice Girls?”.

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