Reconocerán a militares muertos en Guerra Sucia

Manuel Espino y Alberto Morales

CIUDAD DE MÉXICO, junio 23 (EL UNIVERSAL).- Sin la presencia de la Fiscalía General de la República (FGR) y entre protestas de familiares de desaparición durante la Guerra Sucia, inició actividades la llamada Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de los Hechos Ocurridos entre 1965 y 1990, que consultará archivos y realizará acciones de búsqueda en instalaciones militares para esclarecer las violaciones a derechos humanos cometidas en dicho periodo.

En el Campo Militar 1-A de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el presidente Andrés Manuel López Obrador respaldó la "auténtica lealtad" para cumplir la orden de abrir los archivos e instalaciones militares del secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González, después de que fuera increpado por un grupo de familias invitadas al evento.

"Agradezco al general secretario y a los oficiales del Ejército su lealtad, su verdadera lealtad, su auténtica lealtad. Porque esa es la instrucción: que no ocultemos nada absolutamente, cero impunidad", dijo el mandatario.

Durante su discurso, el general Sandoval González fue increpado en un principio por una persona que desde su lugar le gritó: "¿Dónde están los desaparecidos y los culpables? Secretario, ¿dónde están los desaparecidos y los culpables?", cuando señalaba que las Fuerzas Armadas han permanecido subordinadas al poder civil y que el mando supremo del Ejército y de la Fuerza Aérea Mexicanos corresponde al presidente de la República en turno.

"A través de este simbólico evento las Fuerzas Armadas reafirmamos el compromiso que tenemos con el pueblo de México de contribuir a la búsqueda de la verdad sobre los hechos que marcaron un hito en un sector de la sociedad de nuestro país, destacando el asalto al cuartel general de Ciudad Madera, Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965, los movimientos estudiantiles de 1968 y 1971, y los movimientos sociales ocurridos en el estado de Guerrero", dijo.

Ante el presidente López Obrador, el subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación, Alejandro Encinas; la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra; la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, y Micaela Cabañas Ayala, hija del guerrillero Lucio Cabañas, el titular de la Sedena aseguró que para atender las diversas situaciones que se generaron con estos movimientos sociales el Estado mexicano en su momento adoptó políticas y medidas en algunas regiones del país que buscaron garantizar la seguridad, el orden y el restablecimiento del Estado de derecho.

"Sin embargo, determinadas acciones implicaron lamentablemente que un sector de la sociedad se viera afectado por sucesos que se alejaron de los principios de legalidad y humanidad, valores que nunca pueden estar separados de la vida institucional del país".

No obstante, al anunciar que por órdenes del Presidente se inscribirá el nombre de los militares que fallecieron en la Guerra Sucia en el Monumento a los Caídos de las Fuerzas Armadas provocó indignación de los familiares de desaparecidos.

"Con orgullo les expreso que el propio mandatario autorizó inscribir los nombres de militares fallecidos con motivo de los hechos del pasado en el Monumento a los Caídos de las Fuerzas Armadas", indicó.

A ello respondieron con la consigna "¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!", y exhibieron pancartas en las que exigieron que hablaran los militares y que este proceso no fuera una simulación. "Queremos justicia para ellos", exclamaron.

Al término del evento, Tania Ramírez Hernández, hija de Rafael Ramírez, víctima de desaparición en la Guerra Sucia, expresó su molestia al señalar que no se puede poner al Ejército como víctima cuando fueron otros quienes sufrieron la opresión del Estado y su fuerza militar.

"No se puede poner en el mismo lugar a unas y a otras, y pensar que van a inscribir sus nombres cuando los nombres de nuestros desaparecidos no ha costado gritarlos (...) nos parece sorprendente y agraviante", consideró.