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Recomiendan no comer la masa cruda de galletas navideñas: puede contener bacterias peligrosas

Una delicia muy gustada por grandes y chicos tiene aparejada un singular peligro: terribles vómitos y diarreas, fiebres y hasta la muerte en graves aunque raros casos. Pero no es la manzana maldita ni un veneno consumido en pequeñas dosis sino las muy populares galletas navideñas.

Claro está, en su estado crudo: la masa de galletas sin cocinar, según ha advertido el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, se contamina fácilmente y puede se vector de microorganismos nocivos como la salmonella y la E. coli. Muchos, con todo, la encuentran sabrosa y la consumen sin antes hornearla, con lo que se exponen a un riesgo mayor de enfermar.

La masa cruda de galletas puede contaminarse de E.coli y salmonella y enfermar a quien se la coma. (PopSugar)
La masa cruda de galletas puede contaminarse de E.coli y salmonella y enfermar a quien se la coma. (PopSugar)

Al respecto, el periódico The Washington Post explica que esas bacterias con frecuencia contaminan la harina sin hornear y pueden estar presentes en los huevos crudos, ingredientes básicos de la masa para hacer galletas, y por ende el consumo de esa pasta precursora de uno de los postres más gustados y consumidos puede enfermar gravemente a quien la ingiera cruda o sin estar cabalmente horneada.

Y la advertencia no es hipotética: en 2016, 60 personas en Estados Unidos enfermaron tras contagiarse de E.coli proveniente de la harina sin cocinar que consumieron, de acuerdo al Post, medio que además cita el caso de una dietista de la Clínica Cleveland que advirtió que “siempre que se consuman huevos crudos se incrementa el riesgo de envenenamiento por salmonella”.

Incluso, la CDC alerta que los niños no deben jugar con esa masa cruda, pues pueden contagiarse de microorganismos al manipularla y luego llevarse las manos a la boca. Y, al revés, jugar con la masa puede causar su contaminación si se hace con manos sucias.

En cambio, las galletas propiamente horneadas están libres de esas bacterias patógenas, que fueron eliminadas por el calor, y por ello pueden ser consumidas sin problema. Algunos tuits del Departamento de Agricultura de Estados Unidos aleccionan al respecto.

Pero no todos concuerdan con que la masa cruda de galletas es un peligro. En sí, todo alimento crudo puede ser un vector de microorganismos indeseables pero hay quien considera que el riesgo relacionado con esa masa sin hornear es comparativamente menor. Por ejemplo, hay quien usa huevos pasteurizados, que se venden en forma líquida o incluso, en ciertos comercios, en su cascarón, y con ello minimizan el riesgo de contraer salmonella. Expertos citados por el Post así lo afirman e incluso señalan, en el caso del otro ingrediente de la masa de galletas, que la contaminación de harina sin hornear es “rara”.

Y, en realidad, todo alimento mal manejado, sea crudo o cocinado, puede contaminarse y provocar enfermedades a quien lo ingiera.

La leche, clave también en las galletes, debe consumirse pasteurizada pues la leche no sometida a ese proceso es de alto riesgo. Por lo general la leche que se vende en los supermercados está pasteurizada, pero hay algunos comercios en algunos estados en los que leche cruda, que no fue sometida a ese proceso, es comercializada, ya sea directamente de establos lecheros o en la modalidad de productos envasados que destacan la peculiaridad cruda de esa leche. Los promotores de la leche cruda afirman que su producto es seguro, pero la recomendación médica ha sido por muchos años y con total énfasis que la leche sin pasteurizar es un vector de muy alto riesgo de enfermedades y por ello su consumo debe evitarse.

En cuanto a la masa de galletas, y otras masas (la de tortillas, pizza o pasteles), la recomendación es no comerla cruda, según indica la Administración Federal de Alimentos y Medicamentos. Hay quien ciertamente gusta de su sabor, pero el riesgo es importante y, al final, muchos dirán que la idea es la galleta y conviene por ello esperar a que salga del horno para hincarle el diente.

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