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Recomendado: 10 películas latinoamericanas para ver en streaming

Selva trágica, de la directora mexicana Yulene Olaizola
Prensa Netflix

El estreno en Netflix de Selva trágica, película de la reconocida directora mexicana Yulene Olaizola, es una buena excusa para indagar en un cine latinoamericano rico y diverso, pero que suele estar fuera del radar de los algoritmos cuando uno ingresa a las distintas plataformas o se deja guiar por sus recomendaciones básicas.

Selva trágica (México-Colombia/2020)

Tras Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo (2008), Paraísos artificiales (2011), Fogo (2012) y Epitafio (2015), Yulene Olaizola filmó esta historia ambientada en la década de 1920, en la frondosa jungla y a lo largo del Río Hondo, en la frontera entre México y Belice. El film describe las diferencias de clase, los abusos del poder, la explotación del lugar (de una manera muy parecida al caucho se extrae chicle de los árboles), el racismo y las violentas disputas entre distintos grupos integrados por ingleses, blancos lugareños, indios y negros. Sin autoridades ni leyes, el lugar queda a merced de aquellos que disparan más y mejor.

Con elementos que remiten a Tropical Malady, de Apichatpong Weerasethakul; Aguirre, la ira de Dios, de Werner Herzog; y El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra, Selva trágica recupera también algunos mitos y leyendas de la cultura maya, una veta ecologista y otra feminista, ciertos aires de western y del cine de aventuras, pero con una construcción dramática que luego deriva más hacia lo metafórico y la abstraccción.

Tengo miedo, torero (Chile-Argentina-México/2020)

En 2001, Pedro Lemebel publicó la que sería su única novela, en la que narró una historia de amor imposible en tiempos del fallido atentado contra Augusto Pinochet ocurrido el 7 de septiembre de 1986.

Más allá de la rigurosa puesta en escena de Rodrigo Sepúlveda o de los aportes de los talentosos Sergio Armstrong en la fotografía y Pedro Aznar en la música (los diversos temas del soundtrack también son notables), buena parte del triunfo artístico se debe al extraordinario trabajo de Alfredo Castro, quien construye con el personaje de La Loca del Frente, una veterana travesti de clase baja que ocupa un decadente conventillo y sobrevive prostituyéndose, una de las mejores actuaciones de su ya distinguida carrera para un personaje querible y vulnerable, avasallante y dependiente, luchador e incomprendido a la vez.

Belmonte (Uruguay/2018)

Federico Veiroj, director de Acné (2008), La vida útil (2010), El apóstata (2015) y Así habló el cambista (2019), narra las desventuras de Javier Belmonte (Gonzalo Delgado), un artista plástico de moderado éxito. Nuestro antihéroe parece casi siempre un poco torpe, incómodo, desganado, confundido, resignado, descontento, a contramano de lo que quieren su exesposa Jeanne (Jeannette Sauksteliskis), sus padres o su hermano. Algo mejor le va con su hija Celeste (Olivia Molinaro Eijo), con la que se abre y se arriesga un poco más.

Solitario y de pocas palabras, Belmonte se suma a la galería de protagonistas tragicómicos y disfuncionales del cine de Veiroj, quien hace gala de ese humor parco, asordinado, tan uruguayo y a la vez tan ligado al deadpan de Jim Jarmusch, Aki Kaurismäki y Martín Rejtman.

Lemebel (Chile-Colombia/2019)

Pedro Lemebel (1952-2015) fue un escritor, performer y activista chileno que se convirtió en una celebridad literaria mundial, en símbolo de la resistencia al pinochetismo y en referente de la lucha por los derechos de la comunidad LGBTIQ+. Joanna Reposi Garibaldi conoció al artista en 1999 y en 2007 ambos decidieron iniciar este proyecto cinematográfico que cuenta con un material de archivo extraordinario por la intimidad y visceralidad de sus imágenes con el que se van exponiendo el pensamiento, el accionar, las sensaciones, las contradicciones, los traumas y el genio creativo del autor.

Sus interminables noches por bares como Jaque Mate o Insomnio, sus extravagantes looks que imitaban por momentos a Frida Kahlo o provocaban como el traje con agujas que llevó a Stonewall, su aporte al combativo colectivo homosexual Las Yeguas del Apocalipsis, las cuestiones musicales (desde una discusión por Pimpinela hasta el uso por parte de la directora del tema “Corazón de poeta”, de Jeanette) hasta su etapa final con una degradación producto del alcohol y la depresión, y más tarde por la quimioterapia en su lucha desigual contra el cáncer (desgarrador el momento en que pide perdón en público por su voz casi irreconocible luego de una operación) forman parte de esta suerte carta de amor y despedida en pantalla.

Neruda (Chile-Argentina/2016)

Pablo Larraín, uno de los directores chilenos de mayor proyección internacional (en Netflix se pueden ver Tony Manero, No y El club), rodó esta biopic que reconstruye una etapa (más política que cultural y con aires de thriller) en la vida de Pablo Neruda, perseguido en 1948 por el gobierno de Gabriel González Videla. El elenco multinacional incluye a Luis Gnecco, Mercedes Morán y Gael García Bernal.

Tarde para morir joven (Chile-Brasil-Argentina/2018)

En la plataforma Amazon Prime Video -donde también se puede ver la valiosa De jueves a domingo (2012), ópera prima de Dominga Sotomayor-, se lanzó este film ambientado en el verano de 1989 a 1990, durante los días finales de la dictadura de Augusto Pinochet.

En un paraje rural, un grupo de varias familias amigas experimenta con una forma de vida comunitaria, mientras los más jóvenes atraviesan diversos rituales iniciáticos. La sensibilidad y lirismo de Sotomayor se vuelve a apreciar en este trabajo que le valió el premio a Mejor Dirección en el Festival de Locarno.

Canción sin nombre (Perú/2019)

La ópera prima de Melina León -estrenada en el Festival de Cannes- está ambientada durante la crisis sociopolítica y económica de 1988 (primer mandato de Alan García). En ese contexto e inspirándose en hechos reales, la directora narra en blanco y negro las desventuras de un matrimonio de indígenas veinteañeros que llega desde Ayacucho para instalarse en las afueras de Lima y al que le es arrebatado su recién nacido en el mismo momento del precario parto. Será un torturado periodista (que a su vez enfrenta su propia crisis de identidad sexual) quien investigue una red de tráfico de bebés de alcance internacional amparada (por desinterés o complicidad) por el corrupto poder político y judicial.

Huachicolero (México/2019)

Los huachicoleros se dedican a robar y revender combustible. Se trata de una actividad delictiva que en los últimos años ha explotado en México generando un caos (otro más) social y económico. La ópera prima de Edgar Nito aborda ese submundo en la región de Guanajuato como contexto de la historia de iniciación de Lalo (Eduardo Banda), un adolescente de 14 años que vive con su madre soltera (Myriam Bravo) en condiciones bastante precarias. Si bien asiste al colegio secundario (donde las diferencias sociales con el resto son notorias) y consigue algunos ingresos trabajando para Don Gilberto (Fernando Becerril), un hombre veterano que parece tenerle cierto aprecio, el protagonista se convence de que para dar el gran salto (esto es llegar a comprar un smartphone y ganar en autoestima para seducir a Ana, compañera de su curso) inevitablemente tendrá que sumergirse de lleno en el universo de los huachicoleros.

Lo mejor de la película tiene que ver con el retrato de las contradicciones, tentaciones y esfuerzos de Lalo por trascender un sino trágico que parece envolver a casi todos.

El agente topo (Chile/2020)

En 2014, la chilena Maite Alberdi se había acercado con ternura y una inmensa capacidad de observación a la vida de su abuela y su grupo de amiga en La Once. En su más reciente largometraje, la directora de El salvavidas y The Grown-Ups vuelve sobre personajes ya entrados en años con mucha más audacia en la propuesta.

En el inicio de El agente topo, Rómulo Aitken, el dueño de una agencia de detectives, pone un aviso en un diario ofreciendo un trabajo por tres meses a un hombre que tenga entre 80 y 90 años. Entre los múltiples candidatos, termina eligiendo a Sergio Chamy, un encantador viudo de 83 con más entusiasmo que talento para convertirse en espía, pero que cumplirá su misión dentro de un geriátrico.

Entre el documental observacional, el noir, el cine de detectives, la comedia de enredos y hasta ciertos rasgos románticos y emotivos, El agente topo resulta una propuesta tragicómica y agridulce con unos cuantos pasajes inspirados de indudable autenticidad. El resultado fue una nominación al Oscar y otros múltiples reconocimientos.

Nuevo orden (México/2020)

Ganadora del Gran Premio del Jurado en la Mostra de Venecia, la nueva película del siempre provocador y muchas veces revulsivo Michel Franco propone un verdadero teatro de los horrores con el que denunciar el desmembramiento de la sociedad mexicana. Una mirada que en principio parece distópica, pero con muchas conexiones con la realidad actual en la que se abordan las diferencias de clase y la opresión.

No apta para espíritus impresionables por su violencia extrema y (pre)destinada a la controversia encarnizada por su apuesta moral.