Recalculando: Bolsonaro cambia el libreto y ahora le tiende la mano a Biden

SAN PABLO.-Recalculando. El presidente brasileño Jair Bolsonaro hizo casi todo lo posible para tener un mal arranque de relación con el nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden: lo cruzó cuando era candidato y no solo apoyó abiertamente a Donald Trump en los comicios, sino que una vez resuelto el pleito demoró en reconocer el resultado y alimentó teorías infundadas de fraude. Huérfano de Trump, ahora, el derechista adoptó un inédito tono conciliador y parece haber comenzado a tenderle la mano a Biden.

Bolsonaro, el aliado incondicional de Trump en América Latina, saludó ayer al demócrata en una carta por la asunción, hecha pública horas después de la ceremonia en Washington. En la misiva, el derechista destacó que Brasil y Estados Unidos tienen una larga y sólida relación basada en "valores elevados", le deseó éxito en la presidencia y buscó poner en primer plano los puntos de contacto entre países.

"Sigo comprometido y listo para trabajar por la prosperidad de nuestros países y el bienestar de nuestros ciudadanos", dijo Bolsonaro. La carta enviada al nuevo jefe de la Casa Blanca, en un tono cordial y de amistad desconocido, sirvió para exponer, según el brasileño, una "visión de un excelente futuro para la relación Brasil-Estados Unidos".

Fuentes escuchadas por LA NACION evaluaron el mensaje brasileño como muy positivo para la relación entre los países, aunque advirtieron que el tono amigable deberá ser refrendado en hechos concretos como la corrección de la política ambiental y un claro comprometimiento con la defensa de los derechos humanos, pautas clave en la agenda demócrata.

"No fue una carta confrontativa e incluyó puntos de convergencia. Hizo lo que Itamaraty (ministerio de Relaciones Exteriores) haría en cualquier administración, con un tono profesional", dijo Rubens Barbosa, exembajador brasileño en Washington (1999-2004), quien destacó una "evolución positiva" de la cancillería.

Bolsonaro ayer le deseó a Biden "pleno éxito" y le pidió al norteamericano que acepte los deseos de "más alta estimación y consideración".

Los principales medios de comunicación e instituciones anunciaron el triunfo de Biden el 7 de noviembre pasado. Fue el puntapié para que la mayoría de los líderes mundiales felicitaran al demócrata. Bolsonaro se mantuvo como uno de los líderes más incondicionales a Trump en los días posteriores. El derechista reconoció el triunfo de Biden 38 días después, el 15 de diciembre pasado.

Sin exhibir ninguna prueba, en los días anteriores, el brasileño había asegurado incluso que los comicios americanos habían sido manchados por fraude, comprando el relato del ex presidente republicano, un faro ideológico para su administración. Algunos días atrás, luego de invasión al Capitolio, llegó a justificar el ataque de seguidores de Trump por el malestar que habría causado la supuesta falta de transparencia en las elecciones.

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"Hubo un esfuerzo del gobierno brasileño en adecuarse a la nueva realidad, pero está en contradicción con las acciones anteriores de la misma administración", ponderó Mauricio Santoro, profesor de relaciones internacional de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ).

En uno de los tramos de la carta, el presidente brasileño citó el supuesto compromiso de su administración con la protección de la Amazonia, asunto que se anticipa como uno de los posibles focos de conflicto o presión norteamericano.

Durante el debate presidencial en Estados Unidos, Biden propuso la creación de un fondo de 20.000 millones de dólares para la protección ambiental y amenazó con la posibilidad de que Brasil pague con "consecuencias económicas significativas" si no cumple con metas de protección.

La destrucción de la mayor floresta del mundo le ha valido a Bolsonaro críticas dentro y fuera de Brasil. La deforestación de la Amazonia brasileña creció 9,5% en 2020 respecto al año anterior y alcanzó la mayor tasa de destrucción en 12 años. De acuerdo con datos de la agencia espacial brasileña, la floresta perdió 11.088 kilómetros cuadrados entre agosto de 2019 y julio de 2020, el equivalente a más de nueve veces la superficie de la ciudad de Río de Janeiro.

En la misiva, el presidente brasileño dijo que está dispuesto a continuar "una sociedad en pro del desarrollo sustentable y la protección del medio ambiente, en especial de la Amazonia", una tesitura completamente diferente a la mostrada en noviembre, cuando había coqueteado con el belicismo contra eventuales barreras comerciales. "Cuando se acaba la saliva, hay pólvora", había dicho.

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"La cuestión será saber si el documento marca un cambio real de política externa o hubo apenas una concesión retórica", remarcó Santoro. "Con los demócratas controlando ambas cámaras en el Capitolio, Brasil puede recibir también reclamos en asuntos como la defensa de los pueblos indígenas o de la libertad de prensa, en los que Bolsonaro creó tensiones".

El derechista también aseguro en el texto que demostró "su compromiso con el acuerdo de París", pese a que en 2019 copiaba las promesas de Trump y aseguraba que dejaría la iniciativa global contra el cambio climático.

Barbosa, por su parte, dijo a LA NACION que pese al carácter positivo de la carta, todavía existen puntos controvertidos entre ambos países, principalmente el medioambiente debido a las "visiones diferentes".

"Fue un buen intento de comenzar bien. Nadie sabe cómo seguirá la relación y si las palabras se trasladarán a los hechos", agregó el ex embajador en Washington.