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Rebelo y Costa, una crispada "cohabitación" a la portuguesa

Lisboa, 22 mar (EFE).- Es "inoperativo" y "propaganda". Las críticas del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, al Plan de Vivienda, el proyecto estrella del socialista António Costa, profundizan el distanciamiento entre los dos líderes lusos y crispan el clima político en el país.

El plan de choque para frenar la escalada de precios de la vivienda que asfixia a los portugueses ha provocado el enésimo desencuentro entre el presidente -conservador y católico practicante- y el primer ministro y líder socialista.

La propuesta, sin precedentes, incluye medidas valoradas en 900 millones que, entre otros puntos, obligan a alquilar las casas desocupadas, terminan con el régimen de Golden Visa, suspenden nuevas licencias de alojamientos turísticos y ofrecen beneficios fiscales y ayudas para el pago de hipotecas.

Rebelo de Sousa cree que se puede ir "más lejos" y critica "una ley cartel (de propaganda), sin aplicación práctica".

Buena parte del enfrentamiento responde al "arrendamiento coercitivo", la posibilidad de que el Estado obligue a los particulares a alquilar pisos vacíos y sin uso, explica a Efe el politólogo António Costa Pinto.

"Es una medida más ideológica, y si el Gobierno la mantiene y no tiene cuidado, el presidente puede enviarla al Tribunal Constitucional", advierte el experto.

UNA SUCESIÓN DE DESENCUENTROS

No es la primera vez que el presidente carga contra el Gobierno socialista. Rebelo de Sousa no ha escatimado los dardos, en especial desde que Costa cuenta con mayoría absoluta.

La "luna de miel" de los primeros tiempos de la "cohabitación" se tornó en "hiel" tras los incendios que se cobraron más de un centenar de víctimas en 2017.

Los últimos "desencuentros" se van encadenando. En enero, llamó la atención sobre los casos de corrupción que derivaron en una cascada de dimisiones en el equipo de Costa y hace apenas unas semanas no tuvo empacho en hablar de la "mayoría cansada" y "desgastada" del Gobierno, que este mes cumplirá el primer año de gestión de su tercera legislatura.

"Los días de gran consonancia entre Marcelo y el Gobierno acabaron", sostiene Costa Pinto. "No dudará en hacer criticas al Gobierno, pero salvo una gran crisis que ahora no se vislumbra, no hay amenaza de la bomba atómica que sería la disolución de la Asamblea".

Para el presidente, continúa el analista, el Gobierno tiene que mantenerse para ejecutar el PRR, el Plan de Recuperación y Resiliencia de los fondos comunitarios.

Y ¿AHORA?

El experto no duda de que los desencuentros serán una constante "en los próximos tiempos", como en anteriores cohabitaciones entre presidentes y primeros ministros de distintos partidos, pero confía en que el perfil dialogante de Rebelo de Sousa se impondrá.

Ambos tienen personalidades muy fuertes y contradictorias, se conocen desde hace décadas -Costa fue alumno del presidente en la universidad- y se han cruzado políticamente durante años.

Pese a esta larga relación, Isabel David, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Lisboa, no descarta que Rebelo de Sousa pueda llegar a usar el poder de disolver la Asamblea.

"Al Presidente no le gusta quedar fuera de los focos. Mucho gira en torno a esto. Tiene una personalidad fuerte y no pretende renunciar a su visibilidad y su poder moderador", apunta a Efe.

La relación "está cada vez más en su final", resume.

Hoy, Rebelo de Sousa insistió en que confía en que la legislatura llegue a su fin.

"El presidente obviamente no es, ni nunca será, líder de la oposición".

Por Mar Marín

(c) Agencia EFE