El Real Madrid está al borde del precipicio: todos los dedos apuntan a Florentino
Otra noche para el olvido en el Santiago Bernabéu, esta vez ante el Manchester City de Pep Guardiola.
Zinedine Zidane se la jugó con Vinicius de titular, con Isco y Modric a los mandos, y Ferland Mendy en el lateral izquierdo. La apuesta salió bien de principio, porque el equipo se plantó bien en el campo, manejó muy bien el balón en ciertos momentos, y llegó al área de Ederson. Sin embargo como en toda la temporada, al Real Madrid le faltó el gol.
Un equipo que le juega de tú a tú a un conjunto dirigido por Pep Guardiola, no puede irse al descanso sin básicamente disparar a puerta. A pesar que Isco Alarcón marcó el primer gol del encuentro, y con 20 minutos por jugarse dejaba al conjunto merengue en perfectas condiciones para afrontar la vuelta en Manchester, pero en 10 minutos de locura, los errores defensivos merengues acabaron poniendo la eliminatoria muy de cara para los Citizens.
La situación es complicada y difícil de entender. El equipo que sólo perdió 2 partidos en los primeros 31, ha encadenado 3 derrotas y un empate en los últimos 5. Algo no funciona y aunque Zidane frunce el ceño y mantiene su sonrisa perenne, las críticas empiezan a arreciar y apuntan, sobre todo, al palco.
Porque tras la baja de Eden Hazard, el equipo no cuenta con un jugador capaz de cubrir el vacío del belga con creces. Vinicius tuvo la alternativa y fue el mejor del encuentro, pero sigue acelerado y, sobre todo, peleado con el gol. Hizo un buen encuentro el brasileño, volvió loco a Kyle Walker en su banda, y fue el causante del gol de Isco al pelear el balón, ganarlo y dar una gran asistencia al malagueño. Pero Vinicius no es Hazard y no se debería poner, en los hombros de un niño de 19 años, el destino en la Champons League de todo un Real Madrid.
Eso es culpa de Florentino Pérez, presidente y secretario técnico a la vez del Real Madrid. Por segundo año consecutivo, desde que Ronaldo se marchó a la Juventus, el equipo se ha quedado seco en el peor momento de la temporada. Benzema ha marcado un gol desde que arrancó el 2020 y el resto del ataque merengue no ha aportado absolutamente nada, puesto que los jugadores que llegaron para reponer la fuga de goles del portugués —Mariano y Jovic— son meros ceros a la izquierda para el entrenador.
El presidente del Real Madrid ha cambiado radicalmente su filosofía a la hora de fichar en los últimos años. La idea de fichar a lo más florido del mercado dio paso a una nueva forma de invertir, en jugadores jóvenes, que no hayan explotado todavía, y que puedan llegar a hacerse grandes estrellas en el equipo merengue. El lado bueno de esta situación es que el equipo se ahorra mucho dinero en traspasos, pero en los momentos clave de la temporada se nota que la confección de la plantilla no es la mejor por falta de experiencia en puestos claves.
Además, en posiciones como las del mediocentro defensivo o la del lateral derecho, el equipo no tiene repuestos de calidad, por lo que no puede sorprender el mal encuentro de Casemiro y Carvajal. Ambos son jugadores de los que más han jugado en la temporada y de tanto trote, es casi normal que llegados a marzo el bajón físico haya hecho su aparición.
Tras la mala temporada del año pasado, Florentino Pérez no pareció entender que el Real Madrid necesitaba gol, necesitaba pólvora, y necesitaba balancear la plantilla para volver a reinar en Europa. La soluciones fueron pocas y erróneas, con millonadas invertidas en Rodrygo (no fue convocado contra el City y el domingo jugó en el Castilla) o Jovic (que lleva dos goles en toda la temporada), en lugar de apuntar a un delantero consumado que pudiera ser el complemento de Hazard, Benzema o Isco.
El PSG recibió al Real Madrid en el primer partido de la Champions League este año con Cavani, Mbappé y Neymar lesionados, y le endosó un 3-0 jugando con Icardi, Di María y Sarabia. Seis meses después, el City desarboló a los de Zizou en el Bernabéu (donde ya se ha esfumado la Copa y, de no ganar el domingo en el Clásico, se esfumará también la Liga) con Gabriel Jesús, Bernardo Silva y Riyad Mahrez en ataque, y David Silva, Raheem Sterling y el Kun Agüero en el banquillo.
Contra estos impresionantes arsenales goleadores, el Real Madrid no ha ofrecido más que balas de fogueó, y así hemos llegado a esta situación. El Clásico el domingo puede ser el pistoletazo de salida de las vacaciones de verano de los merengues, y eso sería una verdadera tragedia.
El máximo responsable de dicha situación es, por supuesto, el presidente. Florentino Pérez ha apostado a caballo perdedor y así está sufriendo el equipo en estas últimas. La realidad es insultante en estos momentos, por lo que no extrañaría que los pitos y los pañuelos hagan su aparición en el Santiago Bernabéu el domingo durante el Clásico. Claro, en ese caso, seguramente apuntarían al palco.