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El regalo envenenado de Vox a Rafa Nadal con la Caja Mágica

Rafa Nadal sonríe y saluda mientras sujeta un trofeo tras un partido.
Rafa Nadal, en 2019, en la Caja Mágica de Madrid, en la entrega de trofeos de la Copa Davis. Foto: Burak Akbulut/Anadolu Agency via Getty Images.

El ambiente político tan polarizado que vivimos en España, no ahora que estamos pasando por tiempos convulsos debido a la pandemia del coronavirus sino en general a lo largo de nuestra historia, llega a veces a motivar situaciones un tanto estrafalarias. Y a que iniciativas que en condiciones normales no causarían ningún problema, de hecho recibirían el aplauso unánime, aquí sean susceptibles de polémica. El último protagonista, probablemente muy a su pesar, es Rafa Nadal.

El mallorquín puede presumir, por palmarés y por repercusión mediática, de ser no solo el tenista español más destacado de todos los tiempos, sino también uno de los deportistas, en general, más destacados de la historia de nuestro país. Motivo más que suficiente para hacerle todo tipo de homenajes. Como por ejemplo el que se ha propuesto en Madrid: renombrar en su honor la Caja Mágica, el edificio de la capital más importante de cuantos se dedican en exclusiva a la competición de las raquetas.

No cabe duda de que es un reconocimiento merecido. No en vano hablamos de un hombre con un historial estratosférico de triunfos, entre los que se cuentan, con el último Roland Garros conquistado hace apenas unas semanas, ni más ni menos que veinte trofeos de Grand Slam. Por si fuera poco, aparte de sus logros individuales, también ha contribuido al éxito colectivo del deporte español: representando la bandera rojiamarilla ha ganado una medalla de oro olímpica (Pekín 2008) y ha formado parte de los equipos nacionales que se han alzado con hasta cinco Copas Davis. Por méritos en la pista, concederle semejante honor es más que adecuado.

El problema está en quién lo ha propuesto. Porque la iniciativa parte del grupo político ultraderechista Vox, tal como ha anunciado el portavoz Javier Ortega Smith; es, concretamente, el punto 34º del orden del día del pleno municipal que se celebra hoy mismo. Este partido solo tiene cuatro de los 57 concejales en el consistorio capitalino, pero su apoyo es fundamental para que José Luis Martínez-Almeida, del PP, mantenga la alcaldía junto a Ciudadanos. Si no fuera por ellos, la coalición de Más Madrid (la formación de la anterior alcaldesa, Manuela Carmena) y el PSOE sumaría mayoría simple y podría gobernar.

Entre este hecho y que la propuesta concreta, pese a venir de ellos, es razonablemente sensata, y además no afecta al funcionamiento cotidiano del ayuntamiento ni a la vida de los ciudadanos, es de esperar que salga adelante sin mayores dificultades. En el momento de redactar este artículo el pleno todavía seguía en marcha. Nos enteraremos a lo largo de la jornada del resultado de la votación.

No obstante, que se llegue a aprobar o no es lo de menos; es el hecho de que sea Vox quien haya puesto en marcha este asunto lo que levanta suspicacias. Porque contribuye a reforzar una idea que no necesariamente es cierta, pero que sí que se ha instalado en parte del imaginario colectivo: que Nadal es de derechas. Y eso que el tenista, en general, se cuida mucho de dar opiniones políticas.

Pero si aun así su imagen pública es controvertida en este sentido, que se le vincule con Vox, o más bien que Vox trate de vincularse con él (porque la jugada puede interpretarse también como un golpe de efecto un tanto populista de la formación verde tras el fracaso de la moción de censura fallida contra Pedro Sánchez) no ayuda nada para que el tenista siga siendo una de las pocas figuras cuyos éxitos venían uniendo, de verdad, a prácticamente todos los españoles durante los últimos años. Es un homenaje, vale, pero que, aun teniendo buenas intenciones, puede acabar siendo más perjudicial que beneficioso para el protagonista. Se ignora si en Vox se han parado a pensar en esta circunstancia o si, de hecho, lo han tenido en cuenta y lo han hecho precisamente por eso.

Porque ¿qué opina Nadal al respecto? Numerosos medios recogen que no ha hecho valoración política alguna y que simplemente se queda con la parte deportiva. Y que le gusta y lo agradece. Eso sí, ha pedido que el cambio de nombre se aplace hasta, por lo menos, que él se haya retirado. Más que nada porque puede suceder que él mismo tenga que volver a jugar allí (precisamente fue el escenario de la Davis del año pasado) y el rival correspondiente se sienta un tanto incómodo por estar jugando contra Rafa Nadal en el pabellón Rafa Nadal.

Si se respetan sus deseos, aunque el cambio de nombre se apruebe hoy no se aplicará hasta, por lo menos, dentro de unos cuantos años. El balear tiene 34 y se mantiene en buena forma, lo que significa que, si las lesiones no lo impiden, le pueden quedar al menos dos o tres temporadas de tenis de alto nivel. Para cuando se celebren las próximas elecciones municipales, en 2023, es previsible que todavía siga jugando. Veremos si entonces Vox se mantiene como hasta ahora, ha crecido lo suficiente como para aumentar su influencia o ha quedado reducido a la irrelevancia, y en ese caso, si alguien recoge el testigo de la propuesta para la Caja Mágica o si todo cae en el olvido.

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