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"Racistas, clasistas e hipócritas": el discurso favorito de AMLO para atacar al que se le opone

Andrés Manuel López Obrador (AMLO)Foto: EFE
Andrés Manuel López Obrador (AMLO)Foto: EFE

La polarización política e ideológica propiciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se expresará el 13 de noviembre, por medio de una manifestación que pretende ocupar el espacio público en la Ciudad de México, en más de veinte ciudades del país y en Los Ángeles, California.

La convocatoria y organización de la manifestación fue hecha por partidos y legisladores de oposición, organizaciones ciudadanas, algunos empresarios y grupos críticos al gobierno de la sociedad civil. El objetivo es marchar en defensa del Instituto Nacional Electoral, al que consideran en riesgo por la propuesta de reforma electoral de López Obrador. La marcha y su mayor o menor concurrencia ciudadana, es evidencia de que el debate sobre la reforma fue rebasado en el Congreso de la Unión y tomado por la sociedad con la bandera de defender al INE y la democracia mexicana.

La batalla por la credibilidad de los objetivos de la manifestación empezó en las redes sociales, con declaraciones de políticos que apoyan la reforma y otros que denuncian la intención de acabar con el INE. Dos bandos que argumentan desde el oficialismo y la oposición. Unos presentan las “bondades” de la iniciativa presidencial. Otros las “intenciones latentes” de trasladar al INE al dominio del gobierno y su partido Morena.

Abaratar el costo de los procesos electorales es el argumento utilizado por López Obrador para denostar al árbitro electoral y a sus consejeros, es la esencia de su propuesta y es utilizada por sus simpatizantes para apoyar el cambio. Es cierto que la estructura del INE es costosa y que su financiamiento creció cuando se le hizo transitar de lo federal a lo nacional. Se multiplicaron sus tareas al tener que organizar procesos electorales para los tres niveles de gobierno. También es cierto que esa fue una determinación del Poder Legislativo, con la activa participación de los partidos de oposición de izquierda, hoy en el poder.

El domingo 13 de noviembre se llevará a cabo la manifestación ciudadana en defensa del INE y la democracia. Se realizará en el espacio público, el preferido por López Obrador para mostrar su “músculo” político, para enseñar que es capaz de aglutinar a sus simpatizantes, para enseñar a sus adversarios que la razón y el apoyo del pueblo está de su parte.

La estrategia de López Obrador para los argumentos con los que descalificará “el día después” de la manifestación está en marcha. Empezó con su comentario: “Que la gente que vaya sepa que esa es una marcha, una manifestación en contra de nosotros por la política que estamos llevando a cabo en favor del pueblo. Todos esos, aunque vayan a misa los domingos, no le tienen amor al pueblo y son racistas, en su mayoría, clasistas, muy hipócritas. Que se sepa bien y tampoco son demócratas, son los que han participado en los fraudes electorales”.

Complementa la estrategia la invitación de López Obrador para que los manifestantes lleguen al Zócalo. Simultáneamente llamó “a todos los ciudadanos y en particular a los que simpatizan con nuestro movimiento para que se queden en casa, que no haya ninguna reunión, que nadie vaya a provocar, que se ejerza el derecho a manifestación”.

Los organizadores de la manifestación y más de 50 organizaciones ciudadanas, rechazaron la invitación del presidente de llegar al zócalo y anunciaron que marcharan del monumento a la Independencia al monumento a la Revolución, en donde el único orador en defensa el INE y la democracia será José Woldenberg, presidente consejero ciudadano del IFE en 1997.

La experiencia de las manifestaciones recientes en la Ciudad de México y otras entidades es la asistencia de grupos violentos que se mezclan con los contingentes y en la ruta de la marcha, realizan destrozos al mobiliario urbano, pintan consignas y hacen grafiti, rompen cristales de establecimientos comerciales y demás. Son provocadores que desde hace años asisten con sus propias banderas a las convocatorias, enmascaran su identidad y en todas las ocasiones cuentan con la tolerancia de las autoridades, lo que significa impunidad y libertad de acción. El llamado de López Obrador sería una advertencia sobre el riesgo de provocadores el domingo 13.

La mayoría de los ciudadanos estamos de acuerdo en que la austeridad debe ser la regla de oro en el manejo de los recursos públicos y es por eso que López Obrador pudo “vender” su oferta en contra de la corrupción y el exceso del gasto. Pero también es cierto que lo más caro es lo que no se tiene. Es permisible modificar al INE para perfeccionarlo no para destruirlo con el falso argumento de la “participación ciudadana”.

El domingo 13 es la manifestación en defensa del INE y la democracia. El día después será cuando desde Palacio Nacional se decretará su fracaso y se agradecerá al “Pueblo Sabio” no haber acudido a la manifestación de los opositores.

La realidad del día después estará en textos e imágenes, de todas las tendencias, en medios y redes sociales. El éxito o fracaso depende de la concurrencia de la gente.

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