Racing y su capitán Sigali abrazaron a Gago, todo un mensaje, y a San Lorenzo no le cayó tan mal el empate en su estadio
Como la tarde primaveral, el clásico en el Nuevo Gasómetro entre San Lorenzo y Racing comenzó con una alta temperatura que fue decayendo de a poco. Al final, fue empate 1 a 1, un resultado que deja a los dos equipos con un sabor agridulce. El consuelo para el Ciclón, con un jugador menos todo el segundo tiempo, es que sumó. Para la Academia, calma un poco los ánimos de una semana agitada que tenía al plantel y al cuerpo técnico en la mira.
Como había pasado en el último cruce entre estos equipos, otra vez hubo un encontronazo entre los bancos de suplentes. Hasta en lo estético parecen antagónicos Rubén Insúa y Fernando Gago. Mientras el Gallego andaba de negro, Gago vestía de blanco en el Bajo Flores. Con estilos distintos para casi todo, hasta ahora los resultados favorecen a Insúa: dos empates 1 a 1 y un triunfo por 2 a 1.
El primer tiempo precisó de tres intervenciones del VAR, todas para rever decisiones contrarias a las que había tomado el árbitro Fernando Rapallini en un principio. Parecía que eran las tres acciones que definían el primer tiempo. Pero quedaba una más. Sobre el cierre de la primera parte, Leonardo Sigali tomó un rebote a la salida del área y no dudó: sacó un derechazo seco que se clavó contra el palo de Augusto Batalla. El festejo de Sigali fue incluso más simbólico que el empate en el minuto final cuando el equipo se acababa de quedar con un hombre más que el rival: el capitán corrió para abrazar al entrenador Fernando Gago y luego hizo lo propio con los suplentes que realizaban la entrada en calor.
Esos festejos grupales son mensajes. La que siguió a la dura derrota por 5 a 3 ante Huracán por los octavos de final de la Copa Argentina no fue una semana más para la mitad celeste y blanca de Avellaneda. Como a lo largo de estos casi dos años que lleva el ciclo de Gago, cada derrota provoca un sismo. Pasó en las dos eliminaciones de la Copa Argentina, la de la Copa Sudamericana 2022, o en el ya célebre penal fallado de Jonathan Galván en la definición de la Liga Profesional 2022. Son caídas que se salen de la norma por sus características. Y por eso generan repercusiones, que además se acumulan.
El desgaste que se fue provocando en estos años parece erosionar también el vínculo entre los hinchas, el cuerpo técnico y el plantel, con algunos jugadores como principales apuntados. En el fútbol, más en un club pasión como es Racing, la desilusión a veces es más difícil de sobrellevar que la mediocridad. Aunque la Academia parece haber conseguido recuperar el protagonismo a lo largo de este ciclo, las fallas en las instancias decisivas dejan heridas abiertas.
En los últimos días, los rumores explotaron. Desde un encontronazo entre Gago y Ezequiel Videla, el entrenador de la Reserva, hasta que el presidente Víctor Blanco ya había contactado a Marcelo Gallardo para consultar su disponibilidad para 2024. Entre los principales apuntados por los hinchas estaban Gago y Sigali. El entrenador y el capitán. Ese es el contexto del festejo del empate académico.
Así lo explicó Sigali: “Es una muestra de apoyo, claro. Venimos de una semana dura. En lo personal, muy difícil. La única persona que sabe lo que sufro día a día por este club es mi mujer. Siempre doy todo al máximo. Fernando es una persona que en los momentos más difíciles nos volvió a convencer, nos hizo creer en nosotros. Para mí es muy importante. Desde que llegó le ha dado una identidad al equipo. Entiendo el enojo de la gente, es normal, a nadie le gusta perder. Pero duele. No se dan una idea cuánto”. El capitán, que en la celebración también se besó el escudo, dio esa declaración a la transmisión de TV, con el partido recién terminado, al borde de las lágrimas.
Para salir a jugar en el Bajo Flores, una vez más, el técnico de Racing desplegó su menú de sorpresas. Paró un equipo extraño, sin lateral ni volante derecho, con tres zagueros y un doble nueve en ataque. Una formación que parecía dejar liberadas las bandas. Ese gol inicial en contra, una costumbre para la Academia en este 2023, daba la sensación de que el clima podía volverse aún más espeso, otra vez con las decisiones de Gago como blanco de las críticas. La expulsión de Pérez y el zapatazo de Sigali pintaron otro partido. Más allá de la superioridad numérica, el visitante recién encontró los caminos al arco sobre el final del juego. Augusto Batalla decretó que la igualdad ya no se iba a mover. Primero ante un remate de Agustín Almendra, luego ante otro de Baltasar Rodríguez. Y así fue. Tablas.