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Quizás necesites ese procedimiento, pero ¿realmente necesitas una escolta?

Robert Lewinger está cansado de que su gastroenterólogo lo regañe por posponer su colonoscopia. Sin embargo, Lewinger está perfectamente dispuesto a tener una. Además, está más que listo para una cirugía de cataratas en su segundo ojo.

¿El problema? Lewinger, un abogado jubilado de 72 años que vive en la ciudad de Nueva York, no puede programar ninguno de estos procedimientos, que involucran anestesia o sedación, a menos que proporcione el nombre y número de teléfono de la persona que lo llevará después a casa. De lo contrario, las clínicas y los centros quirúrgicos ambulatorios se niegan a programar citas.

Lewinger también está dispuesto a someterse a la cirugía de Mohs, por recomendación de su dermatólogo, por dos pequeños cánceres de piel en su rostro. Pero los cirujanos asociados con su consultorio insisten en que Lewinger tenga escoltas médicos, aunque la mayoría de las cirugías de Mohs se realizan con anestesia local y no los requieren.

El transporte en sí no es la dificultad; Lewinger podría pedir un Uber, un Lyft, un servicio de automóviles o tomar un taxi. Lo que necesita es “alguien que me acompañe fuera del edificio, me lleve de vuelta a mi apartamento y me acompañe a entrar”, explicó Lewinger. “No debería ser tan difícil”.

Pero lo es. Lewinger está divorciado y vive solo, al igual que un número cada vez mayor de estadounidenses mayores. Su hija vive en Boston; el primo que lo llevó a casa después de una operación de cataratas hace unos años se mudó lejos. No tiene amigos que lo ayuden. Llamadas telefónicas a Aetna, su aseguradora del plan Medicare Advantage, revelaron que Medicare no cubre los costos de escoltas médicos. Tampoco tuvo suerte con agencias de atención domiciliaria.

El problema es “generalizado”, afirmó Janet Seckel-Cerrotti, directora ejecutiva de FriendshipWorks, una organización sin fines de lucro cuyos voluntarios capacitados fungen como acompañantes médicos gratuitos en Boston y sus alrededores. “Lo vemos todos los días. Es duro para tu dignidad”.

Los médicos explican que esos requisitos de tener un acompañante desde la puerta del hospital a la puerta de la casa del paciente son una medida de seguridad. Por ejemplo, con una colonoscopia, los pacientes a menudo reciben un anestésico, como propofol, o un narcótico como Demerol o fentanilo, combinado con medicamentos contra la ansiedad como Versed o Valium.

“Afectan al cerebro y pueden permanecer en el sistema de cuatro a seis horas”, afirmó Carol Burke, gastroenteróloga de la Clínica Cleveland y expresidenta de la Universidad Estadounidense de Gastroenterología. “No tienes el control pleno de tus facultades”.

Si vas en un autobús o un Uber, dijo, “¿qué pasa si te quedas dormido, empiezas a vomitar o no recuerdas a dónde vas?”.

¿Es realmente necesaria tanta cautela? “Es una pregunta muy difícil”, afirmó Thomas Oetting, oftalmólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Iowa y vocero de la Academia Estadounidense de Oftalmología.

Aunque los temores por descargo de responsabilidad claramente desempeñan un papel, “¿cuán seguros tenemos que estar?”, preguntó Oetting, quien se especializa en cirugía de cataratas, que a menudo también implica anestesia intravenosa. Después de la operación, “si hay una posibilidad en un millón de que alguien se caiga y se fracture la cadera, ¿deberían todos estar obligados a tener alguien que los lleve a casa?”.

Por ahora, sin embargo, por lo general lo hacen, lo que pone en un aprieto a los pacientes mayores sin familiares cercanos o amigos que aún puedan conducir.

Algunos se apoyan en congregaciones religiosas. En Boulder, Colorado, Jan DeCourtney, de 65 años, obtuvo suficientes créditos como voluntaria a través de TimeBank Boulder para asegurar que otros voluntarios la acompañaran al entrar y salir de las cirugías de cataratas. En Beaverton, Oregón, Gerry Lukos se unió a Viva Village, parte del Village Movement, que apoya el “envejecer en el propio ambiente”; Lukos usó conductores/escoltas voluntarios tres veces el año pasado.

Intentar resolver el problema de la escolta puede requerir una investigación considerable, que involucra a proveedores, organizaciones locales sin fines de lucro y empresas de cuidado a domicilio. A continuación, ofrecemos algunas posibilidades:

Habla con tu proveedor médico. Las políticas varían. Los cirujanos a los que fue referido Lewinger exigían acompañantes para las cirugías de Mohs, pero la mayoría no lo hace, afirmó Terrence A. Cronin Jr., presidente de la Academia Estadounidense de Dermatología. “La anestesia local que usamos suele ser lidocaína, que no altera las capacidades mentales de nuestros pacientes, por lo que pueden conducir hasta su casa”, afirmó en un correo electrónico.

Para la cirugía de cataratas, es posible que puedas evitar la aplicación de anestesia intravenosa, que se usa con menos frecuencia en otros países. Oetting también tiene un consultorio en VA Iowa City, donde la cirugía de cataratas involucra la aplicación de un sedante oral de acción más corta (por lo general Valium) y los pacientes permanecen en la clínica durante dos o tres horas después del procedimiento. “Ya en ese momento nos sentimos más cómodos de que se vayan en una furgoneta”, afirmó.

Las colonoscopias también se pueden hacer sin sedación. En otras ocasiones, la Clínica Cleveland y otros proveedores permiten que los pacientes con citas temprano en la mañana permanezcan durante varias horas adicionales tras la cirugía antes de poder irse a casa por su cuenta.

También puedes hacerte una prueba de detección de cáncer de colon anualmente con una FIT (sigla en inglés de “prueba inmunoquímica fecal”) en casa y omitir la colonoscopia, aunque del 5 al 6 por ciento de las personas que obtienen un resultado positivo necesitarán someterse a una como seguimiento de todos modos.

Busca el apoyo de organizaciones locales sin fines de lucro. La Red Nacional de Cuidadores Voluntarios conecta alrededor de 700 organizaciones comunitarias en todo el país, la mayoría de las cuales brindan transporte de puerta a puerta sin costo alguno. “Son vecinos que ayudan a vecinos”, afirmó Tammy Glenn, directora ejecutiva.

Shepherd’s Centers of America, el cual brinda servicios de apoyo para adultos mayores, tiene 55 filiales en 17 estados; la mayoría ofrece sin costo acompañantes a citas médicas.

Las aproximadamente 250 organizaciones comunitarias locales en todo el país a menudo ayudan con el acompañamiento puerta a puerta, aunque tienen una tarifa anual —por lo general subsidiada para personas mayores de bajos ingresos— para unirse a la comunidad.

También puedes consultar con tu Area Agency on Aging (Agencia del Área sobre el Envejecimiento) local o utilizar Eldercare Locator para encontrar servicios de transporte público o sin fines de lucro.

Comunícate con empresas de cuidado a domicilio. Medicare no cubre escoltas médicos. El “transporte médico no urgente”, que incluye un asistente, es un beneficio cubierto por Medicaid, pero las políticas estatales varían ampliamente, afirmó Alice Burns de la Fundación de la Familia Kaiser.

Pero si puedes pagar los costos de tu bolsillo, puedes encontrar asistencia. En Nueva York, el condado de Westchester y Long Island, VNS Health (anteriormente conocido como el Servicio de Enfermeras Visitantes de Nueva York) brindó escoltas médicas casi 1800 veces el año pasado. Los pacientes pueden reservar un asistente de salud a domicilio certificado para que los acompañe por alrededor de 140 dólares por un bloque de cuatro horas.

Muchas empresas de atención domiciliaria, que ya están teniendo problemas para contratar personal, no proporcionarán servicios por periodos únicos tan cortos, pues producen menos ingresos que asignaciones continuas tanto para los asistentes como para la agencia. Sin embargo, algunas compañías sí lo harán, en ocasiones cobrando tarifas ligeramente más elevadas que por la atención continua. Es recomendable que des suficiente aviso antes de tu cita.

Los ejecutivos de organizaciones sin fines de lucro y empresas de atención domiciliaria afirmaron que ha comenzado a vislumbrar señales de cambio: las aseguradoras y los hospitales han empezado a cubrir acompañantes o a apoyar a organizaciones locales sin fines de lucro que brindan ese servicio.

c.2023 The New York Times Company