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¿Quieres un trabajo remoto y rentable? una nómada digital te dice cómo copiar su modelo de vida

La nómada digital Carla con Wifi trabaja desde hace dos años de forma remota. Mientras viaja, atiende su empresa de e-commerce, sus redes sociales, ofrece asesorías y dicta talleres para quienes quieren copiar su modelo de vida

Trabajar remoto y ser un nómada digital son dos cosas distintas. Lo segundo es un estilo de vida, porque se puede teletrabajar sin salir de casa (Foto: Jay L. Clendenin / Getty Images)
Trabajar remoto y ser un nómada digital son dos cosas distintas. Lo segundo es un estilo de vida, porque se puede teletrabajar sin salir de casa (Foto: Jay L. Clendenin / Getty Images)

Carla perdió el apellido. Lo sustituyó, para ser más justos. Desde hace dos años ella es Carla con Wifi, el apodo que asumió en redes sociales y que resume lo único que cree necesitar para poder mantener su estilo de vida: un servicio de internet eficiente para trabajar a distancia mientras viaja a conocer el mundo. Ella es una nómada digital.

“Una de las grandes ventajas de mi estilo de vida es que lo decido todos los días. El plan era vivir como nómada un año, ya van dos. Y ahora es que me faltan”, cuenta Carla a Yahoo Finanzas a través de una videollamada desde Varsovia (Polonia). En septiembre de 2020, todavía bajo los efectos de la pandemia por la Covid, decidió mudarse de México a Europa para consolidar su trabajo en remoto sin una residencia fija.

Carla tiene 27 años de edad. Está a punto de vender su empresa de e-commerce, justo el negocio que le dio la estabilidad inicial para iniciar la vida nómada. Ahora sus objetivos –y las ganancias– están centradas en la rentabilidad de su blog, la monetización de redes sociales, algunas inversiones, asesorías personales y cursos que ofrece online. “Todo se puede lograr si lo haces. En mi casa me tildaban como loca”, confiesa.

¿Estás dispuesto a ser nómada?

Lo primero que advierte Carla es que no es lo mismo trabajar de forma remota que ser un nómada digital. Se puede teletrabajar sin necesidad de migrar constantemente. “Ser nómada digital es un estilo de vida”, explica. La idea básica es vivir con poco para poder moverte sin preocupaciones: “Hay un mito sobre esto. Se cree que vives de vacaciones, que estas todo el día paseando y tomándote fotos. No es así. Los nómadas que conozco trabajan más que muchas otras personas”.

La flexibilidad que tiene un nómada es que carga su oficina sobre los hombros. Puede trabajar desde un apartamento rentado en Varsovia, un tren camino a Madrid o una sala de coworking en Miami. “Tu trabajo es tu trabajo, cualquiera que sea, pero lo haces con la computadora. Lo importante es conseguir cómo hacer el dinero, y una vez que lo haces, tienes la libertad de moverte a donde quieras”.

Carla dice que se necesita tres cosas básicas para sumarse a este modelo de vida: saber vivir con pocas cosas, estar abierto al desapego material y social, así como tener disposición para lidiar con la soledad. “Conoces gente maravillosa e increíble, pero tú te vas. Puedes hacer amigos, pero siempre serás el nuevo de la ciudad”.

Croacia y Portugal cuentan con visas para nómadas digitales, que facilitan el ingreso y la estadía de estos trabajadores a distancia
Croacia y Portugal cuentan con visas para nómadas digitales, que facilitan el ingreso y la estadía de estos trabajadores a distancia

Antes de iniciar el viaje

Carla es venezolana. Estudiaba Ingeniería Civil cuando en 2013, en medio de la crisis política del país, decidió emigrar a México para comenzar de nuevo. Vivió entre Cancún y Ciudad de México, desde allí comenzó a crear una tienda online de productos cosméticos. “Como estudiante, no podía tener un trabajo. Siempre he sido muy emprendedora. Quise probar algo nuevo, así que comencé a hacer el e-commerce de forma más formal”, recuerda.

Cuando la crisis sanitaria obligó a encerrarse a la gente en sus hogares, ya su empresa había crecido, contaba con un socio inversionista y tenía el camino abonado para los servicios de delivery. Y aquí deja Carla otro consejo: “Hay que ser muy autodidacta. Tener curiosidad. Es muy de probar. De comenzar con algo muy pequeño. No irte a las grandes ligas”.

Cuando el negocio ya era suficientemente estable, fue que Carla decidió vivir de forma nómada. “El primer paso que debe dar alguien que desee ser nómada es resolver el tema del dinero, de sus ingresos. No es vender tu casa e irte. Hay que probar un poco la experiencia y, en base a esto, moverte un poco”.

En el caso de Carla, su plan inicial fue vivir dos meses en Madrid (España) y otro en Lisboa (Portugal). “Hay que identificar en qué eres bueno, qué te apasiona y que oportunidades hay en el mercado. Una vez en eso, hay que engordar ese proyecto, esperar que sea estable para comenzar a migrar”.

¿Sirve cualquier profesión? “No importa lo que hagas”, responde Carla. Aunque advierte que el área de programación siempre resulta muy atractiva por su crecimiento constante, cree que actualmente muchos oficios se pueden desempeñar de forma remota. Observa que hay un nuevo nicho abriéndose con los puestos de Asistencia Virtual, se trata de desempeñar las funciones que haría un secretario tradicional sin compartir espacio físico.

Latinoamérica para después

Aunque en el pasaporte de Carla hay muchos sellos por los países visitados, sus largos periodos de estos últimos dos años los ha pasado entre España, Polonia, Portugal y Croacia. Sobre estos dos últimos, dice, son los “más amigables” para vivir del trabajo remoto. “Tienen incluso visas de nómadas, así como una comunidad internacional muy grande”.

Los Asistentes Virtuales son uno de los oficios donde la demanda ha crecido más: con secretarios tradicionales que trabajan de forma remota y digital.
Los Asistentes Virtuales son uno de los oficios donde la demanda ha crecido más: con secretarios tradicionales que trabajan de forma remota y digital.

Muchos de quienes emprenden este modelo de vida se mueven cada dos meses de país, justo el tiempo que les permite permanecer su condición legal de turista. Una buena práctica ha sido alquilar una bodega para guardar ropa de temporada o bienes preciados: “viajo con una maleta mediana. Sería muy incómodo hacerlo con más. Además, te das cuenta que puedes vivir sin muchas cosas. Toda mi ropa de invierno, por ejemplo, la dejo en esos almacenes, y la voy a buscar cuando la necesite”.

Hoy Carla no se plantea cuándo dejará de ser nómada. “Lo haré mientras me haga feliz”. En los cursos de dicta le comparte su experiencia a otros para que se inicien en este modelo de vida. Quizás a largo plazo también viaje a Latinoamérica, y su periplo la lleve por un largo periodo a Buenos Aires, su adoptada Ciudad de México o su natal Caracas.

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