Queiroz, el expolicía encarcelado que pone en aprietos al clan Bolsonaro

Sao Paulo, 20 jun (EFE).- Su nombre estampado en camisetas ironizaba sobre su paradero, hasta que el enigma se resolvió el jueves cuando Fabrício Queiroz fue detenido por corrupción. Hoy encarcelado en Río de Janeiro, el antiguo policía tuvo una larga relación con el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y sus hijos.

Queiroz, de 54 años, conoce bien a la familia de los Bolsonaro. Fue compañero de pesca de Jair y chófer y asesor de Flávio, primogénito del jefe de Estado. Pero el exagente caído en desgracia ocupa actualmente una celda aislada de 6 metros cuadrados del presidio de Río de Janeiro Bangu 8.

Su mediático arresto preventivo en una casa del interior de Sao Paulo propiedad, para más inri, de un abogado cercano al presidente, puso más pimienta al tenso clima político de Brasil, donde Bolsonaro mantiene un encarnizado pulso con los poderes Legislativo y Judicial.

Los medios locales se apresuraron a recordar los lazos de Queiroz con los Bolsonaro al publicar varias fotografías en las que Jair y sus hijos Flavio, Eduardo y Carlos confraternizan con el hoy célebre preso.

El antiguo policía, con un turbio pasado en la corporación, fue encarcelado en el ámbito de una investigación sobre un esquema de corrupción que beneficiaría al actual senador Flavio Bolsonaro, en su época de diputado regional de Río de Janeiro.

Por la cuenta bancaria de Queiroz pasaron, entre 2016 y 2017, 1,2 millones de reales (hoy unos 240.000 dólares), una cantidad que según las autoridades era incompatible con su sueldo.

El análisis de esos datos reforzó las sospechas de la Fiscalía de que todos los funcionarios contratados para trabajar en el despacho de diputado de Flavio tenían que entregarle parte de su salario al legislador y que lo hacían a través de Queiroz, que sería una suerte de intermediario.

UNIDOS POR EL EJÉRCITO

Bolsonaro y Queiroz se conocieron en el Ejército en los años 80, cuando el expolicía entró a formar parte de la Brigada de Infantería Paracaidista. El actual presidente de Brasil, diez años mayor, era entonces capitán.

Sus caminos, sin embargo, se separaron cuando el líder de la ultraderecha brasileña decidió centrarse en su carrera política y Queiroz pasó a integrar la Policía Militar de Río de Janeiro.

Su paso por las fuerzas de seguridad no estuvo exento de polémica. En el 18º Batallón de la Policía Militar de la capital fluminense, el subteniente Queiroz trabó una estrecha relación con Adriano da Nóbrega, sospechoso de estar envuelto en el asesinato de la concejal de izquierda Marielle Franco en marzo de 2018 y acusado de liderar un grupo de asesinos a sueldo.

Da Nóbrega murió en febrero de 2020 en un enfrentamiento con la policía en el estado de Bahia, en el noreste del país, donde fue localizado tras varios meses en fuga.

TRABAJOS DURANTE MÁS DE UNA DÉCADA

Fabrício Queiroz trabajó durante más de una década como agente de seguridad y chófer de Flávio Bolsonaro, cuando el ahora senador ocupaba un escaño en la Asamblea Legislativa de Río.

Pero la relación entre la familias Queiroz y Bolsonaro no se acababa aquí. La mujer del expolicía, Marcia Oliveira de Aguilar, y sus dos hijas, Nathalia y Evelyn, también trabajaron en el gabinete del hijo mayor del presidente.

Por este motivo, el juez que ordenó la detención de Queiroz también pidió el arresto de la esposa del expolicía, que se encuentra en paradero desconocido.

¿DÓNDE ESTÁ QUEIROZ?

Fue en 2018 cuando Queiroz puso fin a 31 años como subteniente en la Policía Militar de Río, donde se había visto envuelto en al menos diez muertes sospechosas.

Y en octubre del mismo año dejó de trabajar con Flávio, cuando empezaron a publicarse las sospechas de corrupción.

A partir de entonces, su rastro prácticamente se esfumó de la esfera pública y por las redes sociales se popularizó la pregunta "¿Cadê o Queiroz?" (¿Dónde está Queiroz?). En tono humorístico, varias camisetas circularon con esa frase estampada.

El ya jubilado policía militar fue visto por última vez en agosto de 2019 en el Hospital Albert Einstein de la ciudad de Sao Paulo, mientras se sometía a un tratamiento para curar un cáncer en el intestino que su mujer pagó en metálico (174.000 reales, unos 30.000 dólares).

Durante este tiempo, el clan Bolsonaro negó tener informaciones sobre el exasesor de Flávio.

No obstante, la casa de Atibaia (interior de Sao Paulo) en la que fue detenido está registrada a nombre del abogado Frederick Wassef, quien se reunió varias veces con el presidente y se consideraba su asesor jurídico.

(c) Agencia EFE