"Ya no queda nada que dirigir": ¿Quién controla ahora Hezbolá?
Mientras Estados Unidos sigue esforzándose por ultimar un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hezbolá, el nuevo líder de la milicia libanesa, Naim Qassem, pronunció esta semana uno de sus primeros discursos desde que asumió el cargo a finales de octubre.
Intentó adoptar un tono conciliador, afirmando que Hezbolá "había aceptado el acuerdo de alto el fuego de Biden y Macron el 23 de septiembre", pero culpó a sus rivales israelíes de su fracaso, señalando que habían asesinado al líder del grupo desde hacía mucho tiempo, Hassan Nasrallah, sólo cuatro días después.
Aun así, Qassem se mostró desafiante a pesar del enorme coste humano y militar en que ha incurrido Hezbolá en los últimos meses, ofreciendo una dura elección a los combatientes de Hezbolá: "victoria o martirio".
Pero a pesar del mensaje belicoso y el tono confiado de Qassem, muchos expertos de la región se preguntan si la famosa capacidad de resistencia de Hezbolá podrá mantenerse durante mucho más tiempo.
Los expertos dudan de la supervivencia de Hezbolá
Michael Stephens, experto en Oriente Próximo del Royal United Services Institute, con sede en Londres, declaró a 'Euronews' que Hezbolá se ha visto gravemente perjudicada por la campaña de Israel y que, como consecuencia, es una organización fundamentalmente cambiada.
"Se acabaron los días de los grandes funerales y las grandes elecciones de líderes", afirmó. "Todo lo que hagan será interceptado por Israel, lo que lo hace sumamente peligroso".
Kenneth Roth, exdirector de Human Rights Watch que ha seguido de cerca los acontecimientos en la región, declaró a 'Euronews' que la cúpula de Hezbolá "ha sido diezmada".
Israel ha matado este año a varios altos cargos de en las alas política y militar de Hezbolá, incluidos seis dirigentes en la misma semana del asesinato de Nasralá. Entre ellos, el jefe adjunto de su consejo político, Nabil Kaouk, y los comandantes de las fuerzas de combate de élite, de misiles y de drones de la milicia.
Stephens especuló que, basándose en las propias palabras del líder de Hezbolá, es más probable que el propio Qassem se enfrente al "martirio" que a la victoria vista la tendencia de ataques anterior de Israel.
¿Quién es Naim Qassem?
Nacido en una familia chií del sur de Líbano, el jeque Naim Mohammad Qassem creció en Beirut y estudió teología con el destacado clérigo chií Gran Ayatolá Muhammad Husayn Fadlallah, cuya predicación se ha citado como una de las principales fuentes de inspiración de Hezbolá.
Qassem comenzó su carrera como profesor de química, pero nunca se alejó de la política radical chiíta y se unió a la milicia de alineación chiíta Movimiento Amal en la década de 1970, antes de abandonarla en 1979.
Desde allí se convirtió en miembro fundador de Hezbolá en la década de 1980 y fue nombrado vicesecretario general en 1991, cargo que conservó hasta que fue ascendido a dirigir la organización este año. Sin embargo, muchos observadores de Oriente Próximo cuestionan la autoridad real de Qassem. "Este tipo está muy abajo en la jerarquía", declaró Roth a 'Euronews'.
Stephens se mostró de acuerdo, afirmando que Hezbolá está "descendiendo a gente de tercer nivel" y sugiriendo que los "comandantes regionales" pueden controlar ahora un mosaico de batallones localizados, en los que Qassem actúa más bien como una figura ceremonial.
El mazo que quería ser Hezbolá y no fue
Dado que Israel ha aniquilado a gran parte de la cúpula central de Hezbolá -junto con más de 3.500 combatientes- desde que estallaron las hostilidades a raíz de los atentados del 7 de octubre y la campaña militar israelí en Gaza, algunos se preguntan cómo hará realmente el otrora grupo miliciano altamente organizado para hacer cumplir cualquier acuerdo de alto el fuego entre sus propios combatientes.
En palabras de Stephens: "Si no lo hacen, Israel seguirá acribillándolos, y lo están haciendo con bastante éxito, aunque a un coste horrible y terrible". Las propuestas estadounidenses permitirían supuestamente a Israel continuar sus ataques selectivos dentro de Líbano, una medida que ha sido ampliamente criticada por ser "unilateral".
Al parecer, Irán, principal apoyo internacional de Hezbolá, también ha presionado al grupo para que acepte las condiciones del acuerdo. Israel ha atacado múltiples objetivos dentro de Irán en los últimos meses, y el gobierno de Teherán no está dispuesto a sufrir nuevos ataques. Y con la capacidad de Hezbolá muy mermada, la utilidad del grupo como apoderado iraní se reduce drásticamente. "Eran un mazo para disuadir a Israel de atacar a Irán", afirma Roth. "Ese mazo ha resultado ser un palillo".