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¿Qué es un súper propagador y cómo impacta la expansión del coronavirus?

A woman wearing a Minnie Mouse face mask looks at her mobile phone in Beijing on February 11, 2020. - The death toll from a new coronavirus outbreak surged past 1,000 on February 11 as the World Health Organization warned infected people who have not travelled to China could be the spark for a "bigger fire". (Photo by STR / AFP) (Photo by STR/AFP via Getty Images)
Una mujer cubre su rostro con una máscara y una boina mientras mira su móvil en Beijing, China, el 11 de febrero de 2020. La Organización Mundial de la Salud advirtió que las personas infectadas que no han viajado a China pueden ser la chispa de un "incendio mayor". (Foto de STR/AFP via Getty Images)

El que se enferma de un virus no siempre contagia a los demás. Lo sabemos de forma intuitiva, cuando un hijo cae enfermo pero los hermanos que comparten el mismo espacio permanecen sanos.

En otras ocasiones, a cada miembro de la familia le toca un terminal de la lotería patológica y cuando uno llega congestionado, a los pocos días toda la familia está en cama.

Los estudios científicos sobre la interacción de patógenos han avalado esta sabiduría popular y han descartado desde hace décadas que todos los individuos infectados tienen la misma capacidad de actuar como transmisores de su grupo.

La regla del 20/80 señala que sólo un pequeño porcentaje de las personas contagiadas es responsable de seguir propagando una enfermedad.

¿Qué es un súper propagador?

Es el término que se usa para describir a un individuo que ha infectado a un número inusitadamente alto de personas. Uno de los enigmas que la ciencia no ha resuelto es que estas personas pueden actuar como súper propagadores de algunos virus pero no de todos. Nadie ha podido explicar por qué.

¿Hay súper propagadores del coronavirus?

Hay virus como el de la gripe común que tiene unas tasas de transmisión estables y se calcula que cada persona pudiera transmitir el patógeno a una o dos personas más.

Pero la transmisión del nuevo coronavirus, conocido científicamente como el 2019-nCoV, sigue patrones atípicos y algunos infectados no son transmisores del virus aunque padezcan los síntomas, mientras que otros propagan la enfermedad a muchos aunque no luzcan enfermos.

Uno de esos súper propagadores del actual brote de coronavirus podría ser el británico Steve Walsh, de 53 años, quien se contagió durante una conferencia en Singapur y que luego viajó a vacacionar a la región alpina francesa de Les Contamine. (Por coincidencia, contamine en español significa contaminar)

Walsh se hospedó en un chalet de un resort de esquí junto a unos amigos. Lamentablemente al menos 5 de estos turistas británicos, entre los que se encuentra un niño de nueve años resultaron positivos a la enfermedad, mientras que otras 6 personas se encontraban en observación en un hospital local.

Otro turista que se quedó en el hotel contrajo el coronavirus, que fue detectado luego que regresó a su hogar en la isla española de Mallorca, en las Baleares.

El empresario podría haber contagiado a otras personas en su vuelo de regreso a Gran Bretaña o al visitar un pub al regresar a Hove, la localidad donde vive en la costa sur de Inglaterra, antes de ser diagnosticado en Brighton el pasado 6 de febrero.

Se ha confirmado que Walsh habría transmitido el virus a otros 11 británicos. Cinco se encuentran en Inglaterra, cinco en Francia y uno en Mallorca, dijo SkyNews.

La prensa británica informó que Walsh es padre de dos niños y es asistente del grupo de niños exploradores 3rd Hove St Leonards Scout Group, donde se le conoce como Shere Khan.

Walsh permanece en cuarentena en el Hospital St Thomas de Londres. Desde allí emitió un comunicado en el que dijo: “Deseo agradecer al NHS (Servicio Nacional de Salud) por la ayuda y el cuido que me ha permitido recuperarme completamente. Mis pensamientos están con los otros que han contraído el coronavirus”.

La Revista de la Asociación Médica Estadounidense (JAMA, según sus siglas en inglés) describió a un paciente que infectó al menos 10 trabajadores sanitarios en el hospital de Wuhan, localidad china donde se detectó el primer brote.

Allí el 26 por ciento de los pacientes tuvieron que ser ingresados en la unidad de cuidados intensivos y el 4,3% murió, según un análisis realizado en ese centro hospitalario a 138 pacientes confirmados con NCIP, como también se le llama a la "neumonía infecciosa del nuevo coronavirus.

Y al menos el 41% se contagió por algún contacto humano que tuvo dentro de ese hospital.

Otro súper propagador pudiera ser una mujer china que viajó a una reunión de una compañía de repuestos automotrices alemanes. El virus se esparció a una docenas de empleados y familiares que se encuentran hospitalizados y en condición estable en la clínica Schwabing de Múnich, Alemania.

¿Por qué unos contagian más que otros?

La Organización Mundial de la Salud advirtió prudencia a la hora de señalar responsables debido a la poca certeza científica que se tiene sobre el mecanismo de transmisión del nuevo coronavirus.

La autoridad sanitaria internacional dijo que sería una exageración asegurar que el hombre de negocios británico era un súper propagador porque no es el único grupo de infectados que se ha detectado desde que comenzó el brote.

Así que no hay certezas sobre cómo una persona se convierte en un súper propagador de una enfermedad. Unas hipótesis señalan que la respuesta podría estar en el sistema inmunológico de la persona, que puede tener fallas al suprimir la enfermedad o que, por el contrario, funciona tan bien que la persona no siente los síntomas mientras transmite el virus en su entorno.

Otros piensan que hay personas que excretan más carga viral que otras y por eso son más infecciosas.

Los científicos creen que se trata de una situación multifactorial, en la que la persona estuvo expuesta a una dosis importante del virus o que es portador de más de un patógeno a la vez.

En lo que hay consenso es que es imposible saber quién podría convertirse en un súper transmisor y quién no.

¿Han habido súper propagadores en el pasado?

Uno de los casos más célebres fue el de Mary Mallon, una mujer irlandesa que registró el primer caso de fiebre tifoidea en Estados Unidos a principios del siglo XX. Aunque nunca tuvo síntomas, se cree que transmitió la enfermedad a unas 51 personas. Como después de un tiempo las autoridades no sabían si estaba curada o podía seguir contagiando a otros, Mallon permaneció años en cuarentena en centros hospitalarios.

Se cree que dos personas infectaron a unas 50 durante el brote de ébola en la República Democrática del Congo en 1995. Y en Finlandia, un estudiante contagió el sarampión a otros 22 alumnos de una escuela secundaria en 1998.

Durante la epidemia del SARS de 2002, la mayoría de los portadores transmitían poco la enfermedad, pero unos pocos súper propagadores en Singapur parecen haber transmitido el virus al menos a una decena de personas cada uno.

¿Debemos preocuparnos?

Es cierto que el coronavirus ha infectado a unas 42.000 personas y ha matado a más de 1000, la mayoría de ellas en China.

Aunque no se sabe con exactitud cómo se transmite, las autoridades sospechan que se esparce por las gotas de saliva y secreciones que la gente expulsa cuando tose o estornuda. Y advierten que las personas que han sido expuestas a la enfermedad pueden tardar hasta 14 días para presentar síntomas.

Otros advierten que el nuevo coronavirus también puede transmitirse a través del aire, mediante un proceso llamado aerosolización.


La buena noticia es que la mayoría de los infectados con coronavirus tendrán síntomas moderados como fiebre y secreciones nasales. Muy pocos desarrollan la neumonía. Y los que han enfermado grave o mortalmente han sido personas mayores de 60 años con otros problemas de salud.

Por ahora sólo hace falta lavarse las manos con frecuencia y no llevarse las manos a la boca. También debes intentar evitar los lugares demasiado concurridos para mantener una distancia de al menos un metro entre las personas que te rodean. Y, por supuesto, tapa tu boca al estornudar o toser. Es una medida de higiene que podría salvar vidas.