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Qué defiende el Partido Libertario, la opción de 5 millones de estadounidenses que puede desequilibrar el duelo Trump-Biden

Faltan poco más de dos meses para las elecciones estadounidenses y la gran duda de cara a los comicios es si Donald Trump consigue revalidar su mandato o si por el contrario Joe Biden devuelve la Casa Blanca a los demócratas, tras cuatro años en la oposición. Una lucha de dos que, sin embargo, puede tener otros invitados inesperados.

Desde hace más de un siglo, la presidencia del país se la disputan entre republicanos y demócratas en un sistema mayoritariamente bipartidista en el que tienen cabida otras formaciones minoritarias. Y aunque estas no tienen opciones reales de ganar, sí que pueden dar disgustos a los dos grandes quitándoles votos importantes en distintos estados. Sin duda alguna, una de las más relevantes es el Partido Libertario, formación que en 2016 obtuvo unos resultados excelentes con casi 4,5 millones de votos, lo que supone un 3,29% del total.

Jo Jorgensen, candidata a la presidencia del Partido Libertario. (Photo by Paul Hennessy/SOPA Images/LightRocket via Getty Images)
Jo Jorgensen, candidata a la presidencia del Partido Libertario. (Photo by Paul Hennessy/SOPA Images/LightRocket via Getty Images)

Una de las grandes señas de identidad de este partido, que se fundó en 1971 y que hace cuatro años obtuvo sus mejores datos, es que es capaz de quitarle votos a ambas formaciones, por lo que supone una amenaza para republicanos y demócratas.

El Partido Libertario apuesta por la menor intervención estatal posible en la vida de los ciudadanos. Una postura que se traduce en una defensa de la economía capitalista de libre mercado (laissez faire), además de desregulación total y una drástica rebaja de impuestos.

En consonancia con estas ideas, defienden la eliminación de la Seguridad Social, ya que consideran que la jubilación es responsabilidad individual de cada individuo y la derogación de cualquier plan público de asistencia sanitaria tales como el Medicare y el Medicaid.

En la educación ocurre algo similar, ya que muestran su oposición a las escuelas públicas, fomentando su erradicación. Una vez más, defienden que en el mercado libre los padres podrán acceder a unas escuelas de mejor calidad, responsabilidad y eficiencia.

Además, están a favor del derecho a poseer armas para la defensa personal. Medidas estas con las que tradicionalmente los republicanos se sienten cómodos y con las que los libertarios conectan con estos votantes tradicionales.

Trump busca la reelección. (Photo by Chip Somodevilla/Getty Images)
Trump busca la reelección. (Photo by Chip Somodevilla/Getty Images)

Sin embargo, hay otras políticas de la formación que se asemejan más a la forma de pensar tradicional del seguidor demócrata. Y es que en materia social, el Partido Libertario es muy progresista, con la defensa de derechos individuales tales como la orientación sexual o la protección de las minorías.

Así, fomentan más derechos para los colectivos LGTBI y defienden regulaciones mínimas en materia de inmigración, apostando para que no haya restricciones en el movimiento de las personas a través de las fronteras. La única limitación que ponen a la inmigración es que el individuo tenga antecedentes violentos.

Una postura en la que chocan con Trump que ha hecho del discurso anti inmigratorio una de sus señas de identidad.

Además, se oponen al servicio militar obligatorio y al intervencionismo militar en naciones extranjeras, una práctica común estadounidense en las últimas décadas. También apuestan por políticas ambientales, con un aire limpio y saludable, y el uso sensato de los recursos naturales, la defensa del aborto, la oposición a la pena de muerte (desde 2016 piden su derogación), la defensa de la pornografía y la prostitución, ya que consideran que es un tema de libertad de expresión, y la abolición de leyes que castigan la tenencia y el consumo de drogas para uso personal.

Esta combinación de medidas económicas y sociales ha convertido a la formación en el partido anti establishment por excelencia en las últimas décadas. Por un lado, arañan votos a los republicanos y por el otro, a los demócratas. Un peso que puede decantar la balanza especialmente si los comicios están igualados.

Pese a que bebe de ambas formaciones, lo cierto es que hace cuatro años logró más apoyo conservador que progresista, por lo que el partido no estuvo relacionado con la derrota de Hillary Clinton y la victoria de Donald Trump.

Gary Johnson tuvo mucho éxito al frente de la formación. (NICHOLAS KAMM/AFP via Getty Images)
Gary Johnson tuvo mucho éxito al frente de la formación. (NICHOLAS KAMM/AFP via Getty Images)

¿Darán la sorpresa?

Uno de los factores determinantes del éxito o el fracaso de los libertarios en las elecciones suele estar relacionado con el candidato que presenta. Cuando ha optado por perfiles más carismáticos y visibles ha tenido más relevancia.

Así ocurrió en 1980 gracias al apoyo económico del rico empresario David Koch (donó más de dos millones de dólares), que de hecho habría sido vicepresidente si la formación hubiera ganado las elecciones y también en 2012 y 2016 cuando el antiguo gobernador de Nuevo México, Gary Johnson, fue su candidato.

Peores perspectivas tiene ahora tras nombrar como candidata a Jo Jorgensen, una veterana activista, que sin embargo está lejos de ser conocida por el público general.

Pese a que la polarización promulgada por Trump teóricamente podía beneficiar a los libertarios, lo cierto es que las encuestas señalan que la formación apenas obtendría un 2% de los votos en noviembre, un botín escaso que reduciría a casi la mitad lo obtenido cuatro años antes. Aun así, todavía falta tiempo antes de los comicios y las preferencias de los votantes pueden cambiar. La campaña se presenta apasionante.

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