Los cinco puntos clave del 'Informe Draghi' sobre la competitividad de la UE

Los cinco puntos clave del 'Informe Draghi' sobre la competitividad de la UE

El esperado informe del ex primer ministro italiano Mario Draghi sobre la competitividad de Europa ha visto por fin la luz, y su primera lección para la ralentización del crecimiento europeo desde el cambio de siglo es que hay que dejar de posponer las cosas.

"Hemos llegado a un punto en el que, si no actuamos, tendremos que comprometer nuestro bienestar, nuestro medio ambiente o nuestra libertad", advirtió Draghi en la presentación del informe el lunes 9 de septiembre.

En su informe de 400 páginas, Draghi recomienda cómo financiar y coordinar las políticas europeas para evitar quedarse atrás en la escena mundial. 'Euronews' recoge sus principales ideas para que la segunda Comisión de Von der Leyen las ponga en práctica si quiere evitar una "lenta agonía".

Deuda común, el camino a seguir para financiar las necesidades

Europa necesita movilizar al menos entre 750.000 y 800.000 millones de euros al año para seguir el ritmo de competidores como Estados Unidos y China, según el informe de Draghi.

"Para lograr este aumento sería necesario que el porcentaje de inversión de la UE pasara del 22% del PIB actual a alrededor del 27%, invirtiendo así un declive de varias décadas en la mayoría de las grandes economías de la UE", dice el informe, que subraya la necesidad de financiación común junto con la movilización de la inversión privada.

Según Draghi, el endeudamiento conjunto de la UE debería utilizarse regularmente para satisfacer las ambiciones del bloque en materia de transformación digital y ecológica, así como para el necesario impulso de las capacidades de Defensa.

El problema no es que a Europa le falten ideas o ambición (...) sino que la innovación está bloqueada en la siguiente etapa: no estamos logrando traducir la innovación en comercialización.

"La UE debería continuar, siguiendo el modelo de los NGEU (los fondos de nueva generación), emitiendo instrumentos de deuda comunes, que se utilizarían para financiar proyectos de inversión conjuntos que aumenten la competitividad y la seguridad de la UE", subrayó Draghi.

Si no se financian y planifican conjuntamente bienes públicos como redes e interconexiones, equipos de Defensa e I+D en Defensa, se corre el riesgo de que queden infradotados, advierte el informe.

Europa tiene "un problema" con China

China aparece repetidamente en el análisis de Draghi, lo que podría presagiar un cambio de tono hacia Pekín. En los últimos años, el bloque ha visto a China como un socio de cooperación, un competidor económico y un rival sistémico, y ahora también como una "amenaza".

La mayor dependencia de China podría ofrecer una forma más rápida y barata de cumplir los objetivos de descarbonización de Europa, señala Draghi en el informe, añadiendo que la competencia estatal china también supone una "amenaza" para las industrias de tecnologías limpias y automoción del bloque.

Wopke Hoekstra, el comisario holandés designado para convertirse en el próximo comisario de Comercio, hizo comentarios similares en un discurso ante estudiantes de la Universidad Tecnológica de Eindhoven la semana pasada.

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"China nos está desafiando de una manera tan fundamental que sería ingenuo negar que Europa tiene un problema con China", dijo Hoekstra a la audiencia, haciendo hincapié en que, si bien el bloque no tenía previsto cortar lazos con China, tendría que actuar para restablecer el equilibrio si la competencia seguía siendo desleal.

Al presentar el informe el lunes, Draghi recomendó específicamente que el bloque analizara la situación caso por caso y actuara en consecuencia. "La política comercial tiene que ser pragmática, prudente, específica en cada caso y defensiva", dijo el ex primer ministro italiano a los periodistas.

Draghi también dijo que el bloque debe seguir reduciendo su dependencia económica para aumentar su seguridad interna, advirtiendo de que Europa depende especialmente de un puñado de proveedores de materias primas críticas y tecnología digital. En el caso de los chips, el expresidente del Banco Central Europeo (BCE) señaló que entre el 75% y el 90% de la capacidad mundial de fabricación de obleas se encuentra en Asia.

Mantener las empresas europeas en Europa

Europa debe reorientar urgentemente sus esfuerzos colectivos para cerrar la brecha de innovación con Estados Unidos y China, especialmente en alta tecnología. "El problema no es que a Europa le falten ideas o ambición (...) sino que la innovación está bloqueada en la siguiente fase: no conseguimos traducir la innovación en comercialización", dijo Draghi.

En las últimas cinco décadas, ninguna empresa de la UE por valor de más de 100.000 millones de euros se ha creado de la nada, y el 30% de los unicornios europeos (empresa privada de nueva creación valorada en más de 1.000 millones de dólares) han abandonado el bloque desde 2008 porque no podían crecer en el continente.

Con el mundo al borde de una revolución de la inteligencia artificial, "Europa no puede permitirse quedarse estancada en las "tecnologías e industrias medias" del siglo pasado. Debemos dar rienda suelta a nuestro potencial innovador", añadió el italiano, lo que incluye invertir en las capacidades de las personas para que estén a la altura de estas ambiciones.

La industria, en el punto de mira

Ante el riesgo de deslocalización de muchos sectores clave, Draghi se refiere repetidamente a la necesidad de que Europa cuente con una estrategia industrial, pero lamenta la incapacidad de Europa para coordinarse en torno a una.

"Hoy en día, las estrategias industriales, como se observa en Estados Unidos y China, combinan múltiples políticas", entre ellas la fiscal, la comercial y la exterior, dijo. "Debido a su lento y disgregado proceso de elaboración de políticas, la UE es menos capaz de dar una respuesta de este tipo".

Un ejemplo importante es el de los automóviles, sector en el que Europa tiene dificultades.

Sus detractores suelen citar la ambiciosa normativa de la UE, que supondría la retirada progresiva de los vehículos convencionales de gasolina y diésel en poco más de una década, pero los fabricantes nacionales también tienen dificultades para competir con los coches eléctricos chinos, fuertemente subvencionados.

Según Draghi, "es necesario un planteamiento global que abarque todas las fases" de la producción automovilística, desde la investigación y la extracción hasta los datos, la fabricación y el reciclado.

La UE debe evitar las "trampas del proteccionismo" y no debe imponer aranceles sistemáticamente, pero la competencia estatal cuesta puestos de trabajo europeos, añadió.

Hay que reformar el proceso europeo

Reducir la burocracia y hacer más eficientes las normas de toma de decisiones del bloque permitirá actuar con mayor rapidez, según el informe. "Europa no se coordina allí donde es importante, y las normas europeas de toma de decisiones no han evolucionado sustancialmente a medida que la UE se ha ido ampliando y el entorno global al que nos enfrentamos se ha vuelto más hostil y complejo", dijo Draghi.

El italiano propone medidas urgentes, y uno de los escollos de Europa es su complejo y lento proceso de elaboración de políticas, que tarda una media de 19 meses en aprobar nuevas leyes y está sujeto a múltiples vetos por el camino.

En 2019, la UE ha aprobado alrededor de 13.000 actos legislativos, mientras que Estados Unidos ha aprobado 3.000 y 2.000 resoluciones, señaló Draghi en la rueda de prensa: "Ese (dato) te hace pensar, ¿podemos hacer un poco menos y podemos estar un poco más centrados?".

¿Sucederá?

Las conclusiones de Draghi, redactadas con la ayuda de funcionarios de la Comisión, han acaparado una gran atención, pero su impacto a largo plazo no está claro. No cabe duda de que Europa se enfrenta a una serie de crisis como el deslizamiento económico continuado, la transición medioambiental y la guerra en Ucrania.

Pero las propuestas de Draghi de financiar un mayor gasto de la UE, consolidar los mercados de capitales y eliminar los vetos nacionales son antiguas exigencias de Bruselas a las que se han opuesto repetidamente los propios miembros de la UE.

Es difícil que eso cambie, ya que muchos Gobiernos de la UE se enfrentan a la creciente amenaza de la extrema derecha; los líderes de Francia y Alemania en particular, motores tradicionales de la integración de la UE, se han visto debilitados por los recientes resultados electorales.

Von der Leyen confía en poder cambiar el rumbo situando este asunto en el centro de su mandato político.