¿Pueden volver los talibanes a las negociaciones en Afganistán? Sobran obstáculos

Soldados del ejército afgano toman posiciones en la azotea de un edificio durante enfrentamientos con los talibanes en Kabul, Afganistán, 1 de marzo de 2017. REUTERS/Omar Sobhani

Por James Mackenzie y Hamid Shalizi

KABUL (Reuters) - Las reuniones exploratorias en Pakistán entre una delegación talibán de alto nivel y un representante de un prominente político afgano han alimentado la especulación de que se reanuden las conversaciones, estancadas hace tiempo, para acabar con la guerra en Afganistán, que dura ya 16 años y mata a miles de personas cada año.

Esperanzas similares se han desvanecido repetidamente desde que las primeras conversaciones directas entre el gobierno afgano respaldado por Occidente y los talibanes se vinieron abajo casi tan pronto como comenzaron en la estación de montaña paquistaní de Murree, en las afueras de Islamabad, en 2015.

No obstante, los comentarios de esta semana del embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, indicando que las conversaciones estaban más cerca que nunca, después de la reunión extraoficial del lunes en Islamabad, han renovado el interés en un proceso que parecía completamente estancado.

Una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia pidió el miércoles conversaciones urgentes y directas entre los talibanes y el gobierno, y agregó que podrían celebrarse en Rusia, que ha mantenido contactos con el movimiento insurgente.

"Creo que se está cocinando algo", dijo Mohammad Ismail Qasimyar, asesor principal del Alto Consejo de Paz de Afganistán, un organismo creado para supervisar el proceso de paz. "La situación que nos rodea en Afganistán se está desarrollando de tal manera que la paz es más necesaria hoy que ayer".

Los contactos de bajo perfil entre el gobierno afgano y grupos internacionales, incluidos la ONU y grupos cercanos a los talibanes, continuaron incluso cuando la insurgencia aumentó su actividad en los últimos tres años.

Pero el progreso siempre ha estado bloqueado por la profunda desconfianza entre el gobierno y los talibanes, así como por la incertidumbre sobre la posición de los vecinos, incluido Pakistán, país al que Afganistán ha acusado durante mucho tiempo de ayudar a los insurgentes.

Pakistán rechaza las acusaciones de que apoya a los talibanes, y señala el alto número de víctimas que la violencia militante ha infligido a sus ciudadanos, así como los esfuerzos que ha realizado para luchar contra los grupos radicales en su territorio.

Sin embargo, muchos en Afganistán argumentan que Pakistán, que ha recibido una fuerte presión de Washington, simplemente está alentando las esperanzas de progresos con el fin de ganar tiempo.

Un alto cargo del gobierno en Kabul indicó que las especulaciones sobre las conversaciones de paz surgen con frecuencia durante el invierno, momento en que los talibanes se reagrupan antes de su ofensiva de primavera.

"Ninguna de estas reuniones o negociaciones sobre negociaciones ayudará a lograr la paz", dijo.

El portavoz de la oficina exterior paquistaní, Mohammad Faisal, no quiso hacer comentarios sobre las acusaciones afganas de que Pakistán puede haber impulsado reuniones recientes para desviar la presión de Estados Unidos, pero agregó que Islamabad estaba a favor de una solución política a la larga guerra.

"Nuestro objetivo es un Afganistán estable y próspero", dijo. "Y desearíamos que lleguemos a las negociaciones directas, un proceso basado en conversaciones".