Proteger a indios aislados de COVID, la misión de médicos y militares brasileños

Palmeiras do Javari (Brasil), 19 jun (EFE).- Situado en las entrañas de la Amazonía brasileña, el Vale do Javarí, el territorio con mayor número de indígenas aislados del mundo, está cercado por la COVID-19, lo que ha obligado a Gobierno de Brasil a desplegar a las Fuerzas Armadas para contener el avance del patógeno entre las tribus.

Cargado con toneladas de material médico, un avión militar aterrizó esta semana en los márgenes del río Javarí, fronterizo con Perú, para reforzar la asistencia sanitaria a la población de esta remota región del país y evitar así el avance del virus entre los 7.000 indios, de seis etnias diferentes, que viven aislados.

El patógeno ya circula por al menos 4 de las 63 aldeas que componen esta reserva indígena, que se extiende por unos 85.450 kilómetros cuadrados y comprende gran parte del municipio de Atalaia do Norte.

A pesar de no haber registrado ningún fallecido por la enfermedad entre las comunidades aisladas, las autoridades sanitarias mantienen bajo sospecha 13 casos y ya han confirmado 32 contagios.

"Atenderemos a la población indígena y no indígena" del Vale do Javarí sin entrar en contacto con los pueblos de indios aislados, quienes se comunican por radio con los servicios sanitarios, respetando así "la decisión de estas personas de no mantener contacto", explicó a Efe el Secretario Especial de Salud Indígena Robson Santos da Silva.

A fin de frenar la expansión del virus, la misión gubernamental desplegó a un equipo de médicos y militares, así como toneladas de material para sumar fuerzas con el personal sanitario y los soldados de los batallones del Ejército de la región fronteriza que ya dan asistencia a la población local.

El equipo se desplazó hasta la remota ciudad de Palmeiras do Javarí, una humilde localidad enclavada en la selva amazónica, rodeada por frondosa vegetación y ríos, y a siete días en barco de la ciudad de Tabatinga, fronteriza con la colombiana Leticia.

Entre los pelotones en esta región se encuentra el joven soldado indígena Cabo Araujo, de 24 años, cuyo papel es clave para facilitar el contacto de las Fuerzas Armadas con sus "parientes", como los pueblos originarios se llaman entre sí.

"A pesar de ser de la etnia Ticuna y estar en una área predominantemente de etnia Mayoruna, Cabo Araujo fue necesario para hacer la interpretación de un diálogo con los parientes, abriendo caminos para que pudiéramos realizar nuestra misión", dijo a Efe el capitán Pimentel, comandante de la Compañía Especial de Frontera, recordando una antigua operación en el municipio de Tabatinga.

Poder "sumar" en aquella operación fue algo "gratificante" para Araújo, quien aseguró que las tribus "siempre" se muestran "curiosas" al interactuar con los soldados indígenas como él.

"Siempre preguntan si somos realmente indígenas y terminamos demostrando que sí que lo somos", comenta a modo de anécdota.

Bajo la responsabilidad del capitán Pimentel hay 280 personas que sirven a dos pelotones en la frontera con Colombia y otros dos en la frontera con Perú.

El 80 % de los soldados, explicó Pimentel, son etnia indígena, algo de "gran valía" para el ejército fronterizo por sus "conocimientos locales, habilidades particulares e inherentes a las tribus indígenas".

A BORDO, 23 MÉDICOS Y 3,5 TONELADAS DE MATERIAL

El Misterio de Salud, con el apoyo logístico del Ministerio de Defensa, inició esta misión sanitaria el pasado 17 de junio, cuando el avión militar en el que embarcaron 23 profesionales de la salud despegó desde Brasilia en dirección al estado del Amazonas.

Antes de llegar al Vale do Javarí, el avión hizo parada en Manaos, la capital del estado, para recoger 3,5 toneladas de material médico, incluyendo 70.000 equipamientos de protección individual e insumos, entre ellos 16 ventiladores pulmonares, máscaras, guantes, alcohol de gel y tests rápidos para detectar el virus.

Una mirada perspicaz podía leer en las cajas que cargaban los equipos, de origen chino, una cita de una de los mayores plumas de la poesía brasileña, Carlos Drummond de Andrade: "El presente es tan grande, no nos alejemos. No nos alejemos mucho, vayamos de la mano", decía.

Más allá de atender a personas con síntomas gripales y realizar tests de coronavirus, la operación también ha reforzado la asistencia sanitaria en esta localidad de difícil acceso, que carece de personal y suministros médicos.

"Cuando aquí no obtenemos atención o medicamentos, vamos a Perú", relató a Efe la vecina Aquila Días Paxeco, quien detalló que el país vecino se encuentra a una hora de distancia en canoa.

La mujer, acompañada de su hijo de 9 meses, que fue atendida por dolores en la espalda, pidió también una revisión médica general para al pequeño, "que está comenzando a ingerir alimentos".

El avance de la COVID-19 en los territorios del interior del Amazonas ha hecho saltar las alarmas en este inmenso estado, que abriga la mayor población indígena de Brasil y que ya preocupaba a las autoridades por su falta de provisión sanitaria.

Actualmente, entre la población indígena del país hay 3.740 casos confirmados de coronavirus y los fallecimientos ascienden a los 111, según el último boletín de la Secretaria Especial de Salud Indígena (SESAI) del Ministerio de Salud brasileño.

En el gigante suramericano, el segundo país del mundo con más casos de la enfermedad, el patógeno continúa avanzando de forma inexorable y ya deja 47.748 muertes y cerca de un millón de contagios.

(c) Agencia EFE