Pronóstico: un informe del Servicio Meteorológico anticipa cómo será el verano

Hay más de un 40% de probabilidad de que las temperaturas en el verano sean superiores a lo normal en todo el país
Hay más de un 40% de probabilidad de que las temperaturas en el verano sean superiores a lo normal en todo el país - Créditos: @Mario Rizzi

Hay más de un 40% de probabilidad de que las temperaturas este verano sean superiores a lo normal en todo el país. Así lo prevé el nuevo informe trimestral del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) que anticipa el pronóstico para diciembre, enero y febrero próximos.

En el norte del país, las marcas térmicas más altas en verano suelen rondar los 34°C y las mínimas, 20°C. En la zona de Cuyo: 30°C-18°C. Para la Patagonia: 22°C-10°C. Para el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA): 30°C-18°C.

En línea con lo que habían anticipado el mes anterior, el reporte marca en el mapa argentino que quedó completamente pintado de rojo, la probabilidad de que las temperaturas de este verano sean más altas de lo habitual. Apenas en algunas pocas áreas de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Misiones, Corrientes, Formosa, Chaco y Santa Fe, el pronostico anticipa que hay un 40% de probabilidades de que la temperaturas sean superiores a lo normal. Mientras que en el resto del país, el porcentaje aumenta a entre 45% y 50%.

“Un verano más cálido de lo normal, en promedio, es más probable en casi todo el territorio excepto hacia el norte del litoral y sur de Patagonia en donde temperaturas normales o superiores a las normales se ven igualmente favorecidas”, apuntó José Luis Estela del el Servicio Meteorológico Nacional en el video en el cual explican el informe.

El pronóstico trimestral de temperatura; el tono de rojo muestra qué tan probable es que haya temperaturas más elevadas de lo normal
El pronóstico trimestral de temperatura; el tono de rojo muestra qué tan probable es que haya temperaturas más elevadas de lo normal - Créditos: @SMN

De acuerdo a los registros del SMN, los veranos en el país, que enfrentan las consecuencias del cambio climático, están tendiendo a ser cada vez más cálidos. El de 2023 se registraron diez olas de calor, cuando lo normal es atravesar entre cuatro o cinco. Fue el más caluroso del que se tienen registros en la Argentina, según informó el SMN, que ese año debió agregar un nuevo color en sus mapas para graficar el fenómeno extremo. También fue el más seco de los últimos 30 años.

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Los especialistas del organismo consideran que para que ocurra una ola de calor tanto las temperaturas mínimas como las máximas, en forma simultánea, deben igualar o superar un valor umbral por al menos tres días. Cada localidad tendrá su propio valor, en el caso de la ciudad de Buenos Aires, la mínima debe ser de 22°C mientras que la máxima de 32.3°C.

El segundo puesto entre los veranos más calurosos de los que se tenga registro lo ocupa el del anteaño, y en el cuarto puesto, el del 2021-2022.

Este pronóstico muestra tendencias generales promedio para el trimestre y es clave para la planificación a largo plazo. De todos modos, desde la institución aclaran que ante “la falta de forzantes de gran escala” como los fenómenos de El Niño y La Niña –que se mantienen en “condiciones neutras”– se espera que continúe predominando la variabilidad dentro del trimestre. Es por ello que se recomiendan los usuarios se mantengan actualizados con los pronósticos en la escala diaria y semanal.

Si bien la mayoría de los modelos climáticos preveían la llegada de La Niña para fin de año, este fenómeno climático que suele generar precipitaciones por debajo de lo normal y veranos más secos y cálidos, los pronósticos actuales indican que las condiciones para que se produzca continúan neutrales y en caso producirse sería más débil y menos duradero. Mientras que El Niño, que tiende a aumentar los registros globales, se asocia con un calentamiento anómalo del Pacífico ecuatorial.

Precipitaciones

En términos de precipitaciones, en tanto, el pronóstico trimestral para este verano no muestra una tendencia tan clara como con la temperatura y las previsiones varían de acuerdo a la región del país. En la de Cuyo –Mendoza, San Juan y San Luis– y la del Noroeste (NOA) –Catamarca, Jujuy, La Rioja, Salta, Santiago del Estero y Tucumán– el mapa se pinta de verde y se esperan lluvias superiores a lo normal. “Un trimestre con precipitaciones normales o superiores se ve igualmente favorecido”, describió Estela.

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“El pronóstico para la precipitación nos indica una mayor chance de registrar un verano más seco de lo normal hacia el oeste y sur de la Patagonia, mientras que hacia el este de esta región lluvias normales o inferiores a las normales tienen igual chance de ocurrencia”, siguió.

El pronóstico trimestral de precipitaciones
El pronóstico trimestral de precipitaciones - Créditos: @SMN

Para la Patagonia, el informe marca la zona en amarillo. Es decir, allí hay probabilidades mayores al 40% de que las lluvias se encuentren por debajo de lo normal. Para la región del centro y de la provincia de Buenos Aires, en tanto, se espera un verano con precipitaciones dentro del rango normal. Por último, para el noreste (NEA) no hay una tendencia definida. Esto significa que las tres categorías –superior, normal e inferior– se ven igualmente favorecidas, que denominan climatología.

Los pronósticos llegan después de un noviembre mayormente lluvioso y con varios eventos de tormentas y precipitaciones intensas sobre gran parte del centro oeste y norte del país. Solo en la última semana el SMN alertó a más de 12 provincias por fuertes tormentas, ráfagas de viento zonda y posibilidad de granizo.

Se trata, además, del primer diciembre luego del temporal que azotó al país el año pasado que dejó más de 13 muertos en Bahía Blanca, el primer lugar donde impacto. Las personas fallecidas se encontraban en el Club Bahiense del Norte en un festival de patín donde el techo se derrumbó. Con ráfagas de viento que alcanzaron los 140 km/h, el temporal dejó a la localidad por varios días sin luz y enormes dificultades para el traslado por las ramas, árboles, carteles, postes y otro tipo de infraestructura que cayeron en las calles. Luego llegó a la ciudad de Buenos Aires en donde, con vientos de más de 100 km/h, provocó la caída de 666 árboles y la cancelación de 70 vuelos.