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El producto imprescindible para el regreso a clases de este año: las mascarillas para niños

Una foto sin fecha proporcionada por Crayola, muestra algunas de las coloridas mascarillas que la compañía diseñó para los niños. (Crayola vía The New York Times)
Una foto sin fecha proporcionada por Crayola, muestra algunas de las coloridas mascarillas que la compañía diseñó para los niños. (Crayola vía The New York Times)

El otoño se acerca y, con la precisión de un reloj, empiezan los anuncios de descuentos en mochilas, cuadernos y lápices, tanto en línea como en la televisión.

Pero este año, debido a una pandemia que ha dejado a las autoridades escolares muy contrariadas sobre la posibilidad de reabrir las escuelas de manera segura, y cómo hacerlo, las mascarillas se encuentran entre los adhesivos y la brillantina como parte de los productos esenciales para el regreso a clases.

Compañías como Crayola, Old Navy y Disney han empezado a vender mascarillas coloridas para niños en paquetes de cuatro o cinco como parte de las ofertas del regreso a clases. En Amazon se encuentran cantidades aún más grandes de mascarillas para niños, hasta 50 en unos casos; mientras que Etsy, el sitio de comercio electrónico para objetos hechos a mano, tiene una amplia selección de protectores faciales adornados con caricaturas y animales.

Todo muy brillante y colorido, aunque también un poco distópico.

Andrew Adesman, jefe de pediatría del desarrollo y del comportamiento del Centro Médico Infantil Cohen de Queens, dijo que las mascarillas para niños deben ser vistas como algo positivo.

“La realidad es que quieres que los niños vuelvan a la escuela de la manera más segura posible”, dijo. “Tener mascarillas para niños, en diferentes tamaños y con motivos atractivos, probablemente sea más parte de la solución que del problema”.

El año escolar se acerca rápidamente y las escuelas de Estados Unidos están lidiando con cómo reabrir, y si pueden hacerlo sin peligro. En la mayoría de los distritos donde se permitirá que los estudiantes regresen a las aulas, lo harán con el requisito de usar mascarillas o caretas para la cara, aunque esa directiva no es universal.

Existe la preocupación de que la reapertura de las escuelas pueda provocar brotes, especialmente entre los niños mayores. En un estudio realizado en Corea del Sur se comprobó que los niños menores de 10 años transmiten el coronavirus con mucha menos frecuencia que los adultos, aunque el riesgo no es nulo. La investigación detectó que los niños de 10 a 19 años pueden propagar el virus, al menos con la misma eficacia que los adultos.

Otro estudio, publicado en la revista JAMA Pediatrics la semana pasada, complicó el panorama, diciendo que los niños infectados tienen al menos la misma cantidad de coronavirus en sus narices y gargantas que los adultos infectados, y que los niños menores de 5 años pueden albergar hasta 100 veces más del virus en el tracto respiratorio superior que los adultos.

La investigación no demuestra necesariamente que los niños estén propagando el virus, pero los expertos dijeron que los hallazgos deberían influir en el debate sobre si se deben reabrir las escuelas y cómo hacerlo.

Aunque los científicos y las autoridades sanitarias dijeron que las mascarillas reducen la propagación del coronavirus, ni siquiera los adultos se ponen de acuerdo para usarlas. A pesar de que más de la mitad de los estados han emitido requerimientos de uso de mascarillas en las últimas semanas, algunas personas todavía se resisten a utilizarlas, lo que incluye a algunos conservadores y líderes republicanos que califican esos requerimientos como una amenaza a la libertad personal.

Muchos niños han estado usando mascarillas desde la primavera, cuando se intensificaba el brote en Estados Unidos, pero generalmente se las ponían por exigencia de sus padres. Ahora, como se están preparando para regresar a las aulas, estarán lejos del control parental pero quizá se les exija que las usen en las escuelas.

En términos de tamaño y aceptación, es importante que los cubrebocas estén diseñados para niños, afirmó Adesman. Explicó que las mascarillas son un “recordatorio tangible” de que ahora la vida es diferente a como era antes de la pandemia, pero también son “un paso importante para tratar de acercarnos a algo parecido a la normalidad”.

Shannon Dorsey, profesora de psicología en la Universidad de Washington, dijo que la clave para que los niños usaran las mascarillas en la escuela era hacerlas divertidas.

“Como psicóloga clínica y madre, sabemos que es más probable que los niños se pongan las mascarillas si consideran que el estampado es divertido y les gusta, si se sienten atraídos”, afirmó.

Rich Wuerthele, presidente y director ejecutivo de Crayola, dijo que su compañía había diseñado sus mascarillas para ayudar a que los niños se adaptaran a la nueva normalidad y se sintieran cómodos en la escuela. La publicidad de las mascarillas está dirigida a los padres y no a los niños, dijo, y “la idea es que sigan la misión corporativa de Crayola de dejar que los niños se expresen mediante los colores y ayuden a que el regreso a clases sea una transición manejable” para los niños que regresarán a las aulas.

Sandy Goldberg, vocera de Gap Inc., el conglomerado de Old Navy y muchas otras marcas, dijo que esa empresa había empezado a hacer protectores faciales para familias al inicio de la pandemia.

“Se trata de darle al cliente lo que necesita y proporcionarle a toda la familia un objeto necesario”, dijo Goldberg en una declaración, añadiendo que la compañía espera que los estampados logren que los niños se sientan cómodos y emocionados de usar las mascarillas cuando sea necesario.

Dorsey de la Universidad de Washington, que tiene un hijo de 6 años, dijo que había maneras de motivar a los niños a usar cubrebocas sin traumarlos. Si eso se hace con delicadeza, continuó, los niños podrían ver las mascarillas como un objeto común. Eso ya sucedió cuando una generación anterior de niños aceptó el uso generalizado de cascos para andar en bicicleta.

“Si hay mascarillas a disposición de la gente, y no estamos atacando a los compradores con ansiedad y miedo, sino que solo se trata de un producto que pueden comprar porque los niños tendrán que usar mascarillas”, dijo, “entonces no me parece que sea una cosa horrible”.

This article originally appeared in The New York Times.

© 2020 The New York Times Company