Principal aliado de Rousseff apunta a la presidencia de Brasil en el 2018

Por Silvio Cascione y Anthony Boadle BRASILIA, 15 mayo (Reuters) - Durante los últimos 20 años, el mayor partido político de Brasil no presentó un candidato a la presidencia, contentándose con asociarse con el eventual ganador para así retener una porción de poder. Eso, al parecer, ya no sucederá más. El Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que para muchos en el país encarna una clase política interesada que atiende al clientelismo político, está ahora presionando por su propia agenda legislativa mientras se prepara para competir por la presidencia en el 2018. Fuentes del PMDB dijeron a Reuters que el partido está revisando su programa político y preparándose para abandonar su alianza de 12 años con el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) de la presidenta Dilma Rousseff para la próxima elección. El PMDB, un partido aglutinador que fue tolerado durante la dictadura militar de 1964-1985, no tiene una ideología definida pero en general es más pro empresarial y conservador en términos sociales que el PT. Es una aglomeración amorfa de jefes regionales que frecuentemente representan intereses contradictorios y pocas veces están unidos detrás de su propio candidato presidencial. En cambio, se han aliado con quien esté en el poder, sea el PT o el centrista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que gobernó Brasil entre 1995 y 2002. Aún así, el PMDB tiene un gran poder en el Brasil actual. Controla ambas cámaras del Congreso y la vicepresidencia, con el poder de impulsar o bloquear legislación. Tiene varios miembros en el gabinete de Gobierno de Rousseff, incluyendo ministerios claves como agricultura y energía, y su apoyo ha sido esencial para la aprobación de impopulares medidas de austeridad que Brasil tuvo que adoptar para poner sus finanzas en orden. Funcionarios del PMDB dicen que el partido ha contratado economistas para actualizar su programa y rediseñar su estrategia de comunicaciones para atraer a jóvenes votantes en las redes sociales. "Estamos allanando el camino para la victoria en el 2018. No podemos perder la oportunidad para hacer realidad el sueño de 50 años de nuestro partido: elegir el presidente del país", dijo la semana pasada Wellington Moreira Franco, principal arquitecto del plan de renovación del PMDB, a líderes regionales, generando una fuerte ronda de aplausos. Moreira Franco, un ex ministro del gabinete de Rousseff, dijo que el PT está en una crisis tras más de una década en el poder, golpeado por una economía estancada y un masivo escándalo de corrupción en la compañía petrolera estatal Petrobras. "Hoy hay un gran vacío de poder", dijo a Reuters. BUSCANDO CANDIDATO El PMDB mantendrá una convención en septiembre para relanzar su plataforma antes de probar las aguas en las elecciones municipales en el 2016. Tiene una fuerte presencia en pequeñas ciudades a lo largo de gran parte de Brasil, un legado del régimen militar cuando era el único partido de oposición al que los políticos tenían permitido unirse. Ahora está apuntando a las grandes ciudades, donde los votantes enojados tomaron las calles para protestar contra la corrupción y los malos servicios públicos. El PMDB está también buscando fuertes candidatos presidenciales. Sólo una vez Brasil eligió un presidente de las filas del partido, en 1985 cuando se restauró la democracia, pero Tancredo Neves murió antes de asumir el poder. Su compañero de campaña José Sarney, quien respaldaba a los militares y que se pasó al PMDB, se transformó en su único presidente hasta la fecha. El presidente de la Cámara Baja del Congreso, Eduardo Cunha, un evangélico con una agenda conservadora, negó tener intención de competir en el 2018. Sin embargo, Cunha -apodado Frank Underwood por los críticos que lo comparan con el inescrupuloso protagonista de la serie de Netflix "House of Cards"- parece estar en modo de campaña. Ha estado haciendo viajes semanales en Brasil para hablar con políticos locales, con paradas en hospitales para visitar pacientes. Otra posibilidad es el telegénico alcalde Eduardo Paes, quien está contando con albergar unos exitosos Juegos Olímpicos el año próximo para impulsar su perfil, aunque los preparativos de la ciudad para el evento deportivo están atrasados. Asesores del vicepresidente Michel Temer dicen que tampoco debería ser descartado, aunque para el 2018 tendrá 78 años. Temer es el presidente del partido pero le falta carisma. El candidato podría salir de una elección primaria nacional, dijo Moreira Franco. Cunha ha captado la atención al poner a trabajar a la Cámara de Diputados a un ritmo enérgico. Temas polémicos, como la externalización del trabajo y bajar la edad a 16 años para que delincuentes juveniles puedan ser juzgados como adultos, elevaron su perfil entre los votantes de centroderecha. La estrategia también desvió algo de atención del escándalo de Petrobras, en el que Cunha y otros líderes del PMDB han sido implicados. Cunha niega haber cometido un delito. Las luchas de poder también podrían hacer añicos el sueño presidencial del PMDB. Un reciente enfrentamiento entre Temer y el líder del Senado, Renan Calheiros, sobre designaciones políticas en agencias federales dejó de manifiesto el riesgo de que surjan conflictos a medida que avanza la carrera. Dirigiéndose a la reunión regional de líderes, Temer dijo que el PMDB tiene que emerger más unido de las elecciones locales del próximo año para que una candidatura presidencial tenga éxito. El partido está tecnológicamente atrasado y ni siquiera sabe quiénes son sus 2,5 millones de simpatizantes, dijo Moreira Franco. Ninguno de sus líderes regionales es mujer, y la mayoría de los veteranos está desconectado de las redes sociales. Incluso si el PMDB presenta su propio candidato, podría enfrentar un duro reto de parte del PSDB, el partido opositor que casi venció a Rousseff cuando la presidenta ganó una ajustada reelección en octubre. Un debilitado PT también podría presentar a su fundador, el aún popular ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. En cuanto a su alianza con el PT, el nuevo líder del PMDB en la Cámara Baja Leonardo Picciani, de 28 años, dijo que era momento de revertir los roles. "Nuestro partido apunta a tener su propio candidato en el 2018", dijo a Reuters. "Si el Partido de los Trabajadores quiere unirse a nosotros con un candidato a vicepresidente, es bienvenido", agregó. (Editado en español por Juana Casas y Patricia Avila)