Primoz Roglic hace bien en desconfiar de Wout van Aert cara al Tour de Francia

Team Jumbo Visma's Wout van Aert of Belgium (L) and Team Jumbo Visma's Primoz Roglic of Slovenia attend a training session a day ahead of the first stage of the 108th edition of the Tour de France cycling race, near Brest on June 25, 2021. (Photo by Thomas SAMSON / AFP) (Photo by THOMAS SAMSON/AFP via Getty Images)
Photo by THOMAS SAMSON/AFP via Getty Images

Si algo hay que agradecerle a Movistar es el hecho de que haya abierto el camino de los documentales de equipo en el mundo del ciclismo. A rebufo de "El día menos pensado" y con un nivel de autenticidad parecido, el año pasado, el equipo Jumbo grabó y emitió en la televisión holandesa un documental de una hora sobre el Tour y otro sobre la Vuelta. Este año, han repetido con el Tour, con un producto de pago que se puede ver en su página web y que resulta de lo más ilustrativo.

Por ejemplo, hay un momento en el que Primoz Roglic ya se ha retirado y Jonas Vingegaard ya ocupa su lugar como principal baza del equipo en la general. En aquel momento, el danés va segundo, detrás de un intratable Pogacar y se puede sentir que nadie confía del todo en sus posibilidades. De hecho, en una reunión con los corredores -para entonces, a Vingegaard le quedan cuatro compañeros-, la dirección técnica insiste en que hay que respaldar a Jonas, pero los propios compañeros empiezan a tirar balones fuera. Kuss quiere una victoria de etapa, Van Aert está obsesionado con el Mont Ventoux...

De hecho, el belga es el que más claro lo deja, incluso delante de las cámaras: cuando gane mi etapa, ya estaré a disposición de Vingegaard. Poco se ha hablado de una declaración así y es raro incluso que hayan dejado que se emitiese. Lo que no admite dudas es que Primoz Roglic vio el documental y no le gustó ese gesto. Recordemos que Roglic se quedó a una etapa de ganar el Tour de 2020 y viene de llevarse tres Vueltas seguidas. Es, después de Pogacar, el gran vueltómano de los últimos años y aunque siempre intenta quitarse responsabilidad de cara al Tour, es lógico que piense que tiene opciones a poco que su compatriota tenga un par de días malos.

Ahora bien, para eso necesita un equipo tan volcado en él como lo va a estar el UAE en Pogacar. ¿Puede contar con eso? No mientras esté ahí Van Aert. Ya desde finales de la pasada temporada, Van Aert ha estado insistiendo en que el próximo Tour será especial para él, que quiere ganar más etapas y competir por el maillot verde de la regularidad. Que ese -y no, por tanto, ayudar a Roglic- es su gran objetivo. ¿Pueden compaginarse ambas tareas? ¿Puede Van Aert mirar por su maillot y a la vez por el de Roglic? No tiene pinta. Es más, llegado el momento, ¿no exigirá Van Aert algún compañero más, aparte de su fiel Teunissen, para luchar por triunfos parciales?

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Eso es lo que se teme Roglic y no va mal encaminado. En una reciente entrevista que recoge el periódico belga Het Laatste Nieuws, el esloveno se muestra preocupado por la actitud de Van Aert y pide a Jumbo que planifique de antemano lo que va a pasar para evitar luego líos en carrera. Hablamos de dos personalidades demasiado fuertes como para pensar que una de las dos va a ceder. Van Aert ya tuvo problemas parecidos cuando exigió -nunca en primera persona, pero a través de poderosos portavoces- el mando absoluto de la selección belga en el pasado Mundial de Flandes. ¿Va a hacer sus objetivos a un lado para que Roglic pueda contar con más gregarios?

Es, sin duda, una situación delicada porque Jumbo corre el riesgo de quedar mal con una de sus dos grandes estrellas... y aun así quedarse corto en la estrategia. Incluso aunque Van Aert corriera para Roglic y volcara sus esfuerzos en las etapas de media montaña donde se puede hacer daño a Pogacar, no está nada claro que su compañero fuera a ser el más fuerte de la carrera. En otras palabras, puedes sacrificar un talento brutal a cambio de un podio o incluso menos. Roglic es un corredorazo, pero no es el más fuerte mientras su compatriota esté en el pelotón. O al menos no a priori.

A su vez, imaginemos el escenario contrario: Jumbo lleva a dos-tres corredores para ayudar a Van Aert, descuida la guardia pretoriana de Roglic... y resulta que el belga es superado una y otra vez en los sprints por el velocista de turno que lleve la estructura Quick Step, sea Cavendish o Jakobsen o el que elijan para la ocasión. Al final, Roglic se cabrea y Van Aert se queda sin maillot verde. Eso sí, los aficionados nos íbamos a divertir mucho más.

Tanto miedo tiene Roglic con su propio equipo que, medio en broma, medio en serio, porque de algo le conoce, en la entrevista insinúa que igual Sepp Kuss quiere ir a por el maillot de la montaña. Tres maillots que defender, eso ya sería una locura. Conociendo a Kuss -tan buen corredor como mal gregario, lo segundo quizá por lo primero-, tampoco sería descartable, la verdad. De él, ya me creo cualquier cosa. En fin, si estamos con estos debates en diciembre, a ver qué dejamos para marzo-abril, cuando se confirme la configuración del equipo. En principio, no pinta bien. Demasiados gallos en un solo corral. El documental del año que viene promete ser épico.

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