Presentan el primer programa ejecutivo para saber cómo gestionar un equipo de esports de América latina

Si bien la fórmula del éxito no la tiene nadie, es sabido que para lograr algo en equipo se requiere aprendizaje, saber seleccionar a los mejores integrantes y elaborar estrategias adecuadas. Para armar un team ganador, participar de los principales torneos y tener éxito en los esports hay que seguir también esas reglas básicas, pero el cómo hacerlo no es tan simple. A eso apunta el primer Programa Ejecutivo sobre los Esports que se brinda en Latinoamérica, de la mano de la Asociación de Deportes Electrónicos y Videojuegos de Argentina (DEVA).

League of Legends en la Argentina: sin acuerdo, ocho equipos no participarán de la Liga Master 2021

Eso sí, lejos está de enseñar cómo jugar a uno u otro juego, mucho menos cómo convertirse en profesional del mismo. "En este programa ejecutivo de 5 semanas de duración damos las herramientas necesarias para quienes quieran entrar a este negocio", explica Nicolás Crespo, presidente de DEVA. Porque queda claro a esta altura que los esports no se trata de jugadores avezados compitiendo entre sí. Es un negocio multimillonario que crece a un ritmo sostenido (sumará este año unos 1000 millones de dólares, según el Foro Económico Mundial) que atrae a millones de espectadores y empresas en todo el mundo. El curso, que va por su cuarta edición, tiene un costo de $20.000, se da a través de la propia asociación y con la Universidad de Palermo.

Todo lo que importa más allá del juego

No basta con aprenderse los nombres de los juegos, tampoco ponerse a ver en YouTube quiénes son los mejores jugadores. Es por eso que este programa ejecutivo está centrado en otros aspectos: psicológicos, nutricionales, deportivos, jurídicos, comerciales, de liderazgo y gestión de equipos. "La idea es que quien quiera entrar en la industria de los esports tenga una base bastante amplia como para poder tomar buenas decisiones. Le mostramos un poco la historia para que sepan cómo está a nivel regional y nacional, después la base legal, las distintas verticales de negocio y cómo llegar a armar un club entero" añade Crespo.

Si bien el crecimiento de los esports en todo el mundo fue exponencial en los últimos años y en particular en 2020 por la pandemia, ya hace años que viene en continuo crecimiento: "No es un fenómeno que se haya dado tan rápido como puede parecer. Tal vez para el que no conocía está pasando todo de golpe, pero hace 15 años ya llenaban estadios de 40 mil personas en países como Corea", explica Crespo. La pasión por ver a los mejores jugadores demostrando sus habilidades tiene una larga data, tal como se aprecia también en el documental High Score, sobre la historia de los videojuegos, realizado por Netflix. Allí se puede apreciar como en 1980 una multitud alentaba a los 10.000 jugadores que participaron del primer concurso organizado por Atari de Space Invaders, uno de los títulos más emblemáticos de la historia.

High Score: la increíble vida de Rebecca Heineman, la primera ganadora de un campeonato de videojuegos

"La industria ya estaba armada, pero movía poco dinero. El fenómeno del streaming hizo explotar todo esto. Cuando la transmisión de los videojuegos empezó a ser algo normal, las empresas vieron que había una oportunidad de negocio. Hasta hace 3 años, no había marcas que no fueran del sector tecnológico. Pero hoy en día ya hay todo tipo de sponsors", explica Crespo. No solo se trata de los sponsors, sino también de las personalidades que lo promueven, es así como el ex basquetbolista Fabricio Oberto, el ex tenista Guillermo Coria y, recientemente el jugador del Manchester City Sergio Agüero decidieron armar sus propios equipos, promocionando aún más este mundo.

Profesionalismo

"La diferencia entre jugar por placer y ser un jugador profesional de esports es como la de tener un auto para pasear o subirse a un Fórmula 1". De forma similar a otros deportes, los jugadores de esports profesionales no juegan para divertirse. Entrenan 2 o 3 horas al día como mínimo, analizan a otros jugadores por streaming, llevan dietas específicas y también se ejercitan. Los más reconocidos son bastante cotizados y por eso la conformación de los equipos tiene sus bemoles. Es que son precisamente las competencias entre equipos las que suelen despertar más interés. En Argentina, por ejemplo, los eSports más populares son FIFA, League of Legends, Counter Strike o Fortnite.

Pero para Crespo falta profesionalizar aún más, porque los esports estaban creciendo con la gente de nicho, o con los chicos que jugaban o que le gustaban los juegos. Una de las misiones de la asociación es traer a profesionales a este mundo, para que le den otra visión y puedan aportar más desde otras áreas. "Lo que pretendemos lograr es que quienes se metan en este mundo lo hagan con la menor cantidad de errores posible. Una marca que quiere invertir, por ejemplo, sabrá los gastos que deberá afrontar para armar un equipo o contratar un influencer, por ejemplo. Si alguna empresa quiere abrir su propia liga, le dará una noción general de cómo manejarse con los equipos, cómo funcionan otras ligas, cuál es el negocio de tener un equipo o una liga".

Una de esas enseñanzas, por ejemplo, es que armar un torneo no implica obtener ganancias por la venta de entradas, mucho menos durante la pandemia: "Es lo mismo que el fútbol o el básquet. La venta de entradas solo sirve para cubrir gastos. El negocio está en la transmisión, en el contenido que se genera alrededor". Y eso es claramente una cuestión generacional: "los esports les hablan a una generación más joven, que ya creció o que incluso muchos nacieron con la tecnología. A hinchas de otros deportes de 40 años o más es difícil que le presten tanta atención en las redes sociales. En cambio los más jóvenes ya están ahí, ven videos en Youtube todo el tiempo o siguen a youtubers".

Otra enseñanza es que meterse en el mundo de los esports no es barato: "muchos se quieren meter pero se sienten perdidos. No tienen idea de que un jugador normal, que esté en las ligas más altas, puede cobrar alrededor de 40 mil pesos por mes, o que un jugador profesional puede llegar a cobrar 1500 dólares por mes; o que los torneos más importantes, como la FiRe League o la Liga Pro, reparten unos 200 mil dólares en premios. O incluso que si alguien quiere hacer un torneo o un evento con un juego, sí o sí hay que contactarse con el dueño del juego. Hay que pedir permiso, hay que respetar las reglas de comunidad, etc., -enumera Crespo-. Todas esas cosas las enseñamos en el Programa Ejecutivo."