¿Por qué nos causa tanta fascinación mirar una erupción volcánica?

The Cumbre Vieja volcano in La Palma, one of Spain's Canary Islands erupted on Sunday, on September 19, 2021. (Photo by AcfiPress/NurPhoto via Getty Images)
El volcán Cumbre Vieja en la isla canaria de La Palma entró en erupción el domingo 19 de septiembre de 2021. (Photo by AcfiPress/NurPhoto via Getty Images)

La Palma, Islandia, Hawái, México, Ecuador. Hay unos 1.500 volcanes activos en el mundo y al menos una veintena en erupción.

Todos sabemos que un volcán activo es una montaña con una fisura de la corteza terrestre que nos permite conocer cómo es el ardiente interior de La Tierra. Lo que resulta un enigma es por qué sentimos tanta fascinación por la emanación de la roca fundida incandescente que destruye todo a su paso y que al enfriarse crea nueva superficie terrestre.

Millones de españoles han clavado sus miradas en las imágenes de la erupción en Cumbre Vieja, cuyas lenguas de lava arrasan viviendas y podría durar unos 84 días. Todos lamentan la destrucción que deja a su paso. Pero no niegan el poder hipnótico que tienen sobre su atención los ríos de ese fluido espeso, que avanza lenta e inexorablemente hacia el mar.

En medio de la lluvia de comentarios que inundan las redes sociales sobre el volcán español, una admiradora de la lava le pide a Dios que la salve de acercarse a una lava volcánica porque su “primer instinto sería meter la mano”.

Los apasionados por el magma que se encuentran ahora en la llamada Isla Bonita de las Islas Canarias intentan acercarse lo más posible hacia las coladas de lava que bajan por distintas vertientes. Pero la cantidad de curiosos es tal que comienzan a obstaculizar el trabajo de los rescatistas que ayudan en la evacuación de las zonas afectadas.

"La llegada sin control de visitantes que quieren presenciar en directo las erupciones no nos ayuda en nada en estos momentos", dijo un comunicado del Cabildo de La Palma y advirtió que sancionará a quienes circulen por las vías cercanas al volcán y las coladas de lava.

Los expertos recomiendan respetar una zona de exclusión de dos kilómetros en torno a los centros de emisión para minimizar el riesgo de ser alcanzado por las rocas que dispara el volcán o a la inhalación de gases tóxicos.

Toda la fuerza del universo

La arqueóloga Karen Holmberg se enamoró de los volcanes desde la niñez y ha dedicado su carrera científica a comprender la percepción de los desastres y de los cambios ambientales en la historia de la humanidad. Usa el volcanismo como un ejemplo del ambiente dramáticamente mutable que han experimentado los humanos por millones de años.

Holmberg piensa los humanos prehistóricos y nosotros presenciamos de la misma manera una gran erupción volcánica. “Creo es que es la comprensión drástica de cuánto más grande que nosotros es el planeta; sobre un riesgo inesperado que repentinamente se hace evidente”.

La científica asegura que presenciar la erupción de un volcán, que has visto dormido muchas veces, es imposible de olvidar. La sensación de la tierra temblar bajo tus pies y el sonido que podría ser el ruido más estrepitoso del universo. “No hay nada más desconcertante (que un volcán) porque te das cuenta de lo pequeña que eres”.

En el campo de la psicología, el volcán en el mundo occidental es usado como una metáfora para comprender la creación, la moral y la naturaleza.

La poetisa Emily Dickenson, el explorador Alexander von Humboldt, la pintora Jules Tavernier, y la escritora Isabella Bird son ejemplos de los creadores y pensadores inspirados por la belleza y el terror de la lava, el gas y las rocas que emergen de la tierra en un volcán activo. Justine Ariel, alumna de Holmberg, propone que la fascinación por la actividad volcánica se debe a que en nuestro inconsciente colectivo lo percibimos como una representación del cosmos y de la creación del universo.

Los mitos como precursores de la ciencia

La influencia de los volcanes en el desarrollo del pensamiento y la cultura ha sido tal que en la década de 1970 se crea la Geomitología, que es el origen geológico de los mitos. Y las investigaciones han demostrado que los mitos retienen y preservan la memoria de los eventos geológicos por siglos y hasta milenios.

Los geo-mitos de todas partes del mundo explican un abanico de fenómenos geológicos, desde eventos sísmicos y volcánicos hasta depósitos de fósiles. Hitos extraordinarios como la aparición y desaparición de islas, cambios climáticos, grandes inundaciones, la formación de gemas y minerales submarinos son explicados en la geo mitología.

Las leyendas de “lugares sin pájaros” generalmente ocurría donde gases naturales tóxicos eran liberados desde fumarolas en la tierra que afectaban las plantas y la vida animal.

En 2002, un equipo de arqueólogos y geólogos confirmaron que la ancestral tradición griega de la sacerdotisa poseída por el dios Apolo del Oráculo de Delphi está inspirada en los vapores emanados de grietas terrestres.

Los espectaculares volcanes de Hawái inspiraron leyendas de la diosa del fuego Pele cavando una serie de grandes pozos de fuego mientras viajaba alrededor de las islas. Los geólogos creen que las leyendas reflejan el conocimiento antiguo de la actividad volcánica de la región.

Los mitos griegos de las guerras cósmicas entre Zeus y los Titanes, los Cíclopes y Tifón, descritos en la Teogonía de Hesíodo, fueron analizados científicamente por el historiador de geología Mott T. Greene.

El investigador demostró que la batalla violenta de los cíclopes corresponde a los fenómenos volcánicos asociados con el solitario Monte Vesubio y las emisiones de gases solfatáricos en los campos de fuego cerca de Nápoles, Italia

Mientras que el conflicto entre Tifón y los Titanes representan los múltiples conos del Monte Etna, que en este momento se encuentra nuevamente en erupción.

Tifón es un espeluznante monstruo alado tan alto que con sus manos podía alcanzar las estrellas. Con su mirada podía calcinarlo todo, además de vomitar fuego y lava por su boca. Y con sus alas era capaz de crear huracanes. Y los Titanes son una raza de deidades primordiales que representan al tiempo, los mares, la tierra fecunda, las leyes naturales, la memoria, la luna y el sol.

Los poemas de Hesíodo no solo describen los flujos de lava y los profundos movimientos tectónicos, sino que forma un récord cronológico de las mayores erupciones del Monte Etna entre 1500 y el 735 A.d.C

También menciona por primera vez una erupción pliniana, que es el tipo más explosivo y devastador de las erupciones volcánicas. Se cree que la erupción volcánica de la Isla de Santorini en el 1470 A.d.C fue de tal magnitud que provocó el deterioro y posterior destrucción de la civilización minoica. Algunos autores sugieren que la columna de cenizas de más de 30 kilómetros de altura y los flujos piroclásticos que barrieron la isla originaron el mito de la desaparición de la Atlántida y la causa de las siete plagas de Egipto que relata la Biblia

El periodista Iñigo Domínguez disertó en el diario El País sobre la relación que tienen los españoles y los italianos con sus volcanes. Mientras, hasta hace unos días, los canarios tenían un vínculo amistoso, de admiración y belleza, en Sicilia: “la presencia del volcán establece un sentido de la vida y una relación con el tiempo completamente distinta: siempre se sabe que algo puede estar a punto de pasar”.

Los sicilianos tienen un inevitable sentido de la fatalidad que no siempre parte de su experiencia directa, sino que ha sido transmitido por los cuentos y la mitología. Pero esa relación mágica, a juicio de Domínguez, es mucho más realista porque las personas comprenden mejor el mundo en el que viven y tienen más consciencia de su vida y su relación con el planeta.

Los paisajes con volcanes suelen ser espectaculares, con tierras fértiles y buenas cosechas.

“Un buen sitio para vivir salvo por esa pequeña cláusula, la letra pequeña: un día puede saltar por los aires. Lo gracioso y fascinante del ser humano es eso de pensar que, bueno, malo será. Pero sí tienen marcado a fuego en el inconsciente, como un instinto natural, que mañana la vida puede cambiar, somos poca cosa y la vida es una aventura”, concluyó Domínguez.