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Las noches son cada vez más calientes en las ciudades de EEUU: la causa es una señal de alarma

Las noches son cada vez más calientes. Y no porque, pandemia aparte, se hayan vuelto más tensas, apasionadas o sensuales.

Simplemente, el calor durante las noches se ha incrementado de modo sustantivo en muchos lugares de Estados Unidos y este verano se han registrado, según explicó The New York Times, temperaturas nocturnas récord en varias ciudades del país.

Todo ello es, se indica, parte de la tendencia general del cambio climático pero es notorio que las noches se calienten más rápidamente que los días, lo que se da de modo más agudo en las ciudades, donde el calor acumulado durante las horas de sol no se disipa tan rápidamente como en los descampados.

Las ciudades han crecido y acumulan calor durante el día y eso es un factor para que las noches resulten actualmente en EEUU anormalmente más calientes en comparación con décadas pasadas. (Getty Creative)
Las ciudades han crecido y acumulan calor durante el día y eso es un factor para que las noches resulten actualmente en EEUU anormalmente más calientes en comparación con décadas pasadas. (Getty Creative)

“No tener [durante la noche] la pausa del calor es realmente duro para el cuerpo humano, eso se acumula…”, dijo al Times la profesora Jennifer Vanos, de la Universidad Estatal de Arizona, quien añade que si durante las noches en la ciudad de Phoenix la temperatura se mantiene en el rango de 90°F (de 32 a 37°C), eso significa que en el día subirá a 110°F (43°C), lo que resulta peligroso “para una persona sin acceso a aire acondicionado”.

Ese fenómeno no se restringe a ciudades en zonas desérticas. El Times analizó datos recopilados durante los últimos 60 años por unos 250 aeropuertos de Estados Unidos e identificó que, definitivamente, las noches son hoy, con frecuencia creciente, anormalmente más calurosas.

Por ejemplo, en el aeropuerto de Nueva Orleans se registró este verano que el 67% de las noches fueron anormalmente calurosas, cifra que es 61% en Houston, 40% en Atlanta, 27% en Miami y 25% en Nueva York y Chicago.

La causa de ello es ciertamente el calentamiento global en sí, pero también que las ciudades han crecido y hoy hay más área urbana que décadas atrás. En todo caso, como indica el Times, noches más calurosas propician que los días sean también mucho más calientes, con la posibilidad de que incluso se llegue a temperaturas extremas.

Brian Stone, profesor de planeación medioambiental del Tecnológico de Georgia, dijo que a lo largo de las décadas recientes las ciudades de Estados Unidos se han calentado a una tasa “más del doble” que el planeta en su conjunto, en gran medida porque las urbes son grandes masas de cemento y ladrillo, que absorben el calor durante el día y lo liberan en la noche, aumentando las temperaturas nocturnas.

La falta de áreas arboladas y la actividad de vehículos de combustión interna (las temperaturas en algunas áreas son más altas en días de mayor tráfico) también son factores en ello.

“Uno puede sentir que el calor durante las horas de la noche irradia de la superficie. Es el calor que se estuvo absorbiendo durante el día”, dijo Vanos al Times.

Por añadidura, el paliativo principal de los fuertes calores en las ciudades -los sistemas de aire acondicionado- tienen también un lado negativo. Aunque refrescan los interiores en los que están instalados, la extracción del calor de las áreas internas y su expulsión a los exteriores incrementa las temperaturas, y el consumo eléctrico intensivo también tiene efectos en ese sentido.

Por añadidura, la rudeza del mayor calor en las áreas urbanas es padecido de modo más severo por las comunidades de bajos recursos, que no tienen posibilidad de mantener sistemas de aire acondicionado (que son costosos) y los datos muestran que, por ejemplo, en muchas ciudades estadounidenses los barrios de minorías sufren de temperaturas mayores que los barrios anglosajones y en general las zonas pobres de las ciudades experimentan más calor que las zonas ricas.

Dado que el calor más fuerte incide en la salud y, también, en la actividad económica, el contexto de mayores temperaturas es, así, causa y efecto de desigualdades y rezagos sociales.

Así, si se considera que el alza en las temperaturas es una tendencia que seguirá registrándose, los efectos de noches y días más calurosos podrían también volverse más severos, y con ello mermar el bienestar social. Un enorme reto más generado por los efectos del patente cambio climático.

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