Por qué aplaudo la gratuidad de las compresas y tampones en Escocia

DUNBAR, SCOTLAND - NOVEMBER 25: Period products are seen in a supermarket on November 25, 2020 in Dunbar, Scotland. The Scottish Parliament has passed The Period Products (Free Provision) (Scotland) Act which enshrines in law the free supply of sanitary products to all who menstruate. (Photo by Jeff J Mitchell/Getty Images)
El parlamento escocés aprobó la Ley de Productos del Período que garantiza el suministro gratuito de productos sanitarios a todos los que menstrúan. Photo by Jeff J Mitchell/Getty Images)

No soy escocesa pero asumí como un triunfo la decisión del parlamento escocés de aprobar por unanimidad la Ley de Productos del Período, que obliga a las autoridades locales a ofrecer de manera universal y gratuita compresas y tampones a sus ciudadanas.

Durante los 32 años que tuve la regla (con la menarquia a los 10 y la menopausia a los 42), me vi muchas veces en aprietos en un baño público sin papel higiénico, ni toallas sanitarias ni agua para limpiarme.

Eso me ocurrió en la primaria, la secundaria, la universidad, en mis trabajos, en diligencias bancarias, en centros comerciales, en supermercados, en restaurantes, en el cine, en conciertos y casi en cualquier parte que se puedan imaginar.

Hay que hacer la salvedad de que soy venezolana y que ni en la época de la Venezuela Saudita las mujeres tuvimos acceso a rápido a una compresa y ni soñar con un tampón. Tenías que ser muy planificada y siempre salir preparada por si llegaba "la que te conté".

Pero no tengo que remontarme a mis anécdotas latinoamericanas de los años 80 del siglo pasado para reconocer que la regla aún representa un desafío.

Durante el verano de 2020 a mi hija le vino el período en una playa española y tuve que caminar 10 cuadras y atravesar medio pueblo para conseguir un negocio que me vendiera un paquete de tampones carísimo. Pero en vez de molestarme por el precio, me sentí muy agradecida de llevarme el último empaque que tenían, que por cierto también estaba completamente aplastado.

Muchos dirán que la tecnología actual permite tener aplicaciones en los móviles que nos avisan los días del período menstrual y es verdad. Pero también puede ser impredecible en el caso de las chicas más jóvenes, que las suele agarrar desprevenidas. Y nos acostumbramos a resolver de la mejor manera, a pasar el apuro calladas y aparentar normalidad extrema. ¿Total, qué importa estar en la playa pringada de sangre y sin un lugar donde cambiarte?

¡Bravo por las escocesas!

Las escocesas fueron las primeras en impulsar y lograr una legislación que incluye a la menstruación como un proceso biológico natural que le ocurre a la mitad de su población y adopta medidas para que ese ciclo mensual no sea siempre una pesadilla.

El acceso a mantener una adecuada higiene menstrual nos permite evita situaciones embarazosas. Al menos para mí hubiese sido más sencillo afrontar mis reglas mensuales y me hubiera permitido vivir con una mayor confianza y libertad.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas afirmó que "las burlas relacionadas con la menstruación, la exclusión y la vergüenza también socavan el derecho a la dignidad humana".

La amplia sonrisa de la propulsora de la ley y portavoz de la secretaría de Salud de Escocia, Monica Lennon, hablaba por si sola. "Es un día lleno de orgullo para Escocia".

Muchos de los críticos que no comprenden la importancia de esta legislación seguramente tienen suficientes recursos para comprar compresas y tampones o son hombres.

Investigaciones recientes en Escocia revelaron que una de cada cinco mujeres escocesas habían experimentado la pobreza del período, es decir, no han tenido el dinero suficiente para comprar sus artículos sanitarios y han tenido que recurrir a trapos o papel periódico para absorber la sangre menstrual.

Las escocesas gastan un promedio de 17 dólares mensuales en comprensas, tampones, toallas húmedas, cifra que parece insignificante pero que suma una cantidad considerable cuando es un gasto recurrente durante toda una vida.

La regla como un lujo

En el resto del mundo, falta mucho para llegar a una medida legislativa que considere que las toallas sanitarias deben ser un derecho gratuito y universal.

En España, las compresas, las copas menstruales ni los tampones no son considerados artículos de primera necesidad, por lo que las mujeres tenemos que sumar al precio del producto un impuesto al valor agregado del 10 por ciento.

Alemania ha avanzado en ese sentido y ha reducido el IVA a las comprensas del 19% al 7% en 2020, mientras que Irlanda ya acordó que lo bajará 0% en 2022.

Las redes sociales se alborotaron con la medida. La mayoría de las mujeres que postearon comentarios en sus redes celebraron la medida y algunas bromearon con querer mudarse a Edimburgo.

Algunos hombres pegaron el grupo en el cielo, al punto de calificar la ley como "terrible y absurda medida populista". Parte del alegato es que los hombres terminará pagando por algo que no les compete y no encuentran el sentido a que una compresa sea gratis para una mujer cuando sale del bolsillo de todos los contribuyentes.

Otros detractores españoles de la medida se centraron en el tema del independentismo y aseguraron que Escocia no podía tomar ese tipo de medidas porque se trataba de un país supeditado a la corona británica. Olvidaron por completo la medida legislativa y se dedicaron a despotricar a los escoceses por tomar medidas nacionalistas.

Mientras que un alto porcentaje de las mujeres en el mundo no tienen acceso a la salud menstrual y para lograrlo necesitamos tener acceso a comprensas, agua, jabón y un lugar seguro para cambiarnos.

Estas son las recomendaciones de la UNFPA:

- Las niñas y mujeres deben tener acceso a material limpio para absorber o recoger la sangre menstrual.
- Las niñas y mujeres deben tener la posibilidad de cambiarse en un entorno seguro y privado, y tener un lugar para deshacerse de los suministros para la menstruación usados o para higienizar suministros reutilizables.
- Las mujeres y niñas que menstrúan deben poder lavarse con agua y jabón de forma privada y segura.
- Tener una educación básica acerca del ciclo menstrual y el modo de manejar la menstruación sin incomodidad o temor.
- Las mujeres y las niñas deben tener acceso a información y cuidados de salud si sufren trastornos relacionados con la menstruación.

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