¿Por qué está mal saltearse los medicamentos indicados después de un infarto?

Por Lisa Rapaport (Reuters Health) - Muchos pacientes con obstrucciones arteriales o que superan un infarto no son constantes en el uso de los medicamentos recetados para prevenir complicaciones que pueden ser fatales. "Tenemos fármacos efectivos, seguros y económicos que previenen el ACV, la muerte y el infarto, pero no sirven si los pacientes no los utilizan", dijo la doctora Marie Brown, del Centro Médico de Rush University, Chicago, y que no participó del estudio. "Esto confirma estudios previos que habían identificado complicaciones, incluido un aumento de la mortalidad, con la baja adherencia al tratamiento", agregó. El equipo del doctor Valentín Fuster, de Mount Sinai Heart, Nueva York, revisó el nivel de adherencia de 4.015 sobrevivientes a un infarto y de 12.976 pacientes internados con aterosclerosis u obstrucción arterial. Todos habían utilizado por lo menos una receta de los fármacos que se suelen indicar después de un infarto o una internación para eliminar una obstrucción arterial: las estatinas, que reducen el colesterol e impiden que se acumulen sustancias nocivas en las paredes vasculares o los inhibidores de la ECA, que mejoran la circulación sanguínea al facilitar la función de bomba del corazón. Sólo el 43 por ciento de los que habían tenido un infarto adhería al tratamiento, es decir, que tomaba los medicamentos por lo menos el 80 por ciento de las veces. Ese grupo era un 19 por ciento menos propenso a tener un segundo infarto, ACV o complicación cardíaca grave que los pacientes que adherían al tratamiento entre un 40 y 79 por ciento de las veces. Durante los dos años posteriores al infarto, los pacientes que adherían al tratamiento eran un 27 por ciento menos propensos a sufrir complicaciones graves o un nuevo infarto que el grupo "no adherente", es decir, los que tomaban los medicamentos indicados menos del 39 por ciento de las veces. La misma tendencia se observó en el grupo tratado por una obstrucción arterial. En dos años, los pacientes que adherían al tratamiento eran un 44 y un 24 por ciento menos propensos que, respectivamente, los que no adherían o adherían parcialmente a sufrir complicaciones graves, como un infarto o un ACV. Los autores también observaron que la adherencia al tratamiento reducía los costos. El estudio no indagó por qué los pacientes dejaban de tomar los medicamentos. Es posible que algunos tuvieran problemas con los costos o los efectos adversos, según comentó el doctor Robin Mathews, del Centro Médico de Duke University, Durham, Carolina del Norte, y que no participó del estudio. FUENTE: Journal of the American College of Cardiology, online 15 de agosto del 2016