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Por primera vez en décadas, la pena de muerte cae debajo del 50% de apoyo en EEUU

En lo que sería un vuelco histórico en Estados Unidos, un estudio reciente elaborado por el Centro Pew revela que el apoyo a la pena de muerte ha caído por primera vez en casi 50 años a niveles inferiores al 50%, en el marco de una tendencia contraria a la sentencia capital que ha ido creciendo desde mediados de la década de 1990.

Según el estudio del Pew, actualmente el 49% de los estadounidenses apoya aplicar la pena de muerte a personas sentenciadas por asesinato, mientras que el 42% se opone. Si a ello se suma el 9% de los que dijeron no saber o no quisieron responder a la pregunta, el resultado es que una mayoría de los estadounidenses no se pronuncia ya a favor de la pena de muerte.

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Una sala de ejecuciones por inyección letal en Oklahoma, Estados Unidos. (AP)

Ciertamente, aún son más los que están a favor de ejecutar a los culpables de esos crímenes mayores que los que están explícitamente en contra, pero el aval a ese tipo de condenas ha caído sustantivamente del 80% de apoyo que tenía hacia 1995 hasta el nivel actual. En paralelo, el rechazo a la pena de muerte en ese mismo periodo ha subido de 16% a mediados de la década de 1990 al 42% hoy. Tan solo en los años recientes la caída en el apoyo a la sentencia capital ha sido del 56% al 49% y el rechazo ha subido del 38% al 42%.

Con todo, la opinión al respecto es desigual al considerar grupos sociales distintos. El estudio del Pew señala, por ejemplo, que es entre las personas de filiación demócrata donde la pena de muerte ha perdido mayores apoyos, pues actualmente solo el 34% de quienes se identifican con el Partido Demócrata avalan la pena de muerte (58% la rechaza), cifra que es 72% entre quienes optan por el Partido Republicano y avalan esa condena.

Además, las minorías, de acuerdo al estudio del Pew, tiene índices de oposición mayoritarios a la pena de muerte: 50% de los hispanos y 63% de los afroamericanos se oponen a la sentencia capital (36% y 29% la apoyan, respectivamente).

La edad y el nivel educativo son otros factores de diferenciación. Mientras más joven es el encuestado, más rechaza la pena de muerte: 51% de las personas de 18 a 29 años rechazan la sentencia capital, cifra que cae al 35% entre las personas de 50 a 64 años, el grupo de edad que más apoya la pena de muerte con el 54%. Además, quienes cuentan con un grado universitario rechazan en 51% esa sentencia y la apoya el 43%, mientras que entre quienes solo tienen nivel de high school o menor el aval a la pena de muerte es del 51% (39% en contra).

Otra encuesta relativamente reciente, de 2015 y elaborada por Gallup, mostró que el apoyo a la pena de muerte en Estados Unidos era hace un año mayor que el identificado por el Pew: 61% de las personas encuestadas avalan la sentencia capital para personas culpables de asesinato, y 37% la rechaza. Pero ambos estudios coinciden en que desde hace unos 20 años ha decrecido la aceptación de la pena de muerte entre los estadounidenses mientras crece la oposición a esa sentencia, si bien aún son más lo que están a favor que los que están explícitamente en contra del castigo capital.

Con todo, de continuar la tendencia, es posible que en los próximos años se dé un vuelco aún mayor en la opinión pública que haga convierta a los estadounidenses que rechazan de tajo la pena de muerte en mayoría.

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Según un estudio del Pew Center, el apoyo a la pena de muerte en EEUU ha caído desde hace 20 años y está por debajo del 50%. (Pew Research Center)

El debate en torno al castigo capital tiene como contexto, por ejemplo, que el desabasto de ciertos fármacos utilizados en la inyección letal, el método de ejecución más utilizado, y las objeciones legales al uso de otras sustancias por considerar que incumplen la provisión constitucional contra el castigo “cruel e inusual” han detenido la aplicación de sentencias de muerte en varios estados del país. Algunos estados han suspendido de facto las ejecuciones en espera de encontrar el ‘coctel apropiado’ mientras que en otros reos han muerto en circunstancias de extrema crueldad.

En todo caso, en lo que va de 2016 se han realizado 15 ejecuciones de reos sentenciados a pena de muerte en Estados Unidos, todos con inyección letal, y 38 más han sido detenidas ya sea porque existen aún procedimientos judiciales en proceso, porque hubo una sentencia de suspensión por parte de una corte o porque no se contaba en su momento con fármacos para la realización de la ejecución, de acuerdo a cifras del Centro de Información sobre la Pena de Muerte.

¿Llegará un momento en que la oposición a la pena de muerte en Estados Unidos sea mayoritaria al grado de motivar su abolición a escala nacional? Es pronto para saberlo, si bien el rechazo a esa condena crece día con día. Afirmaciones de que a veces se condena a inocentes; que en general son los acusados pobres, provenientes de minorías y sin representación legal adecuada los que más son sentenciados a muerte; que las ejecuciones en varios casos violan el precepto constitucional contra el castigo ‘cruel e inusual’; y que la fuerza de disuasión de la pena capital no necesariamente actúa de modo absoluto en la reducción de los asesinatos resuenan continuamente en la opinión pública, ciertamente con un alto grado de discusión y controversia, pero con singular vehemencia y volumen.

Sigue a Jesús Del Toro en Twitter: @JesusDelToro