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Plurinominales, la gran mentira del PRI aprovechándose de las víctimas del terremoto del 19S

Foto: Archivo Cuartoscuro
Foto: Archivo Cuartoscuro

Seis meses han pasado desde que Enrique Ochoa, dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), con motivo del sismo del 19 de septiembre, propuso la eliminación de las candidaturas plurinominales para obtener recursos para la reconstrucción; medio año después de sus dichos, ahora aparece en los primeros lugares de la lista de candidatos plurinominales, lo que le permitirá ser diputado sin hacer campaña.

Hace 40 años, cuando Jesús Reyes Heroles, desde la secretaría de Gobernación, impulsó la Reforma Política, se gestó el proceso con la intención, en aquel entonces, de cooptar a las “minorías ideológicas”.

Así, se buscó que todos los grupos estuvieran representados en el Poder Legislativo y para ello fue aumentado el número de legisladores, tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores, por medio de los llamados candidatos plurinominales, que acceden al Legislativo por medio de listas que asignan posiciones a los partidos a partir del porcentaje de votos obtenidos, se le entregan más posiciones a los que menos votos lograron, con el propósito de crear equilibrio político al interior de las Cámaras.

En un intento por justificar la designación como forma de llegar al Poder Legislativo, en lugar de la competencia electoral, se dijo que las legislaturas plurinominales servían a los partidos para ubicar en esas posiciones a personas expertas en el manejo de los temas sobre los que se deben construir las leyes y su participación era importante debido a que en ocasiones los legisladores que habían llegado por la vía del voto, no estaban calificados para legislar sobre temas de interés nacional.

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Los 40 años transcurridos del ininterrumpido proceso de Reforma Política del país, entre otras cosas, le ha servido a los partidos para desvirtuar la característica inicial de los legisladores plurinominales y lo que hoy se puede observar es que son canjeadas por apoyos políticos de los líderes que controlan el movimiento sindical mexicano, como la CTM, la CROM, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y otros. Son útiles para que los políticos accedan a la impunidad que otorga el fuero legislativo, sirven también para “cuidar la espalda” del político que deja el poder y para neutralizar las iniciativas del nuevo gobernante.

En lenguaje popular se les llama “chapulines” a los políticos y legisladores que “brincan” de una posición legislativa en una cámara a otra, o de la administración pública pasan al Poder Legislativo.

Por estos días los mexicanos podemos ver como “saltan muchos capulines” de todos colores, militantes o simpatizantes de los partidos que están inscritos en las listas plurinominales, que los partidos presentan al Instituto Nacional Electoral.

Estar en las listas plurinominales de los partidos equivale a “sacarse la lotería” porque se accede a ingresos altos y privilegios y prestaciones solo existentes en el Poder Legislativo Mexicano, especializado en la simulación y en mantener “congeladas” iniciativas de ley que no convienen a los intereses de la fracción parlamentaria, aunque sean de interés nacional, como la designación de un Fiscal Anticorrupción y demás.

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La disputa por las posiciones plurinominales ha creado divisiones en los partidos porque algunos políticos consideran que deben estar destinadas para los militantes que han hecho méritos y que no deben ser entregadas a figuras externas, aunque sea en función de alianzas en ocasiones turbias. Es el caso de Miguel Ángel Mancera que por años presumió su no militancia como una estrategia para lograr ser candidato a la presidencia, apoyado por los partidos que lo consideraran “rentable”, lástima que en el camino se lo “Chamaqueó” Ricardo Anaya que, a cambio de su renuncia a la candidatura, le ofreció la impunidad de una posición plurinominal en el Senado.

En el partido Morena sucede algo parecido, ahí López Obrador impuso al dirigente sindical de los mineros Napoleón Gomez Urrutia, a pesar de que tiene deudas con la ley y no ha explicado que pasó con más de 50 millones de dólares de las cuotas sindicales.

Como estamos en temporada de chapulines, también se hicieron presentes en el PRI. Destaca el caso de Enrique Ochoa, por haber aprovechado el momento de desgracia de los damnificados haciendo una propuesta que no tenía la intención de cumplir, ni él ni su partido.

Políticos cercanos al presidente Enrique Peña Nieto que serán legisladores en la Cámara de Diputados o Senadores son Claudia Ruiz Massieu, Luis Miranda, Rubén Moreira, Carlos Aceves del Olmo, Miguel Ángel Osorio Chong, Eruviel Ávila, Vanessa Rubio, Beatriz Paredes, Dulce María Sauri, Arturo Zamora, del sector popular; Ismael Hernández Deras, del campesino, e Isaías González, líder de la CROC, también alcanzaron una posición, entre otros.

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Como puede observarse la función inicial de los legisladores plurinominales se extravió en el largo camino de 40 años de una Reforma Política que todavía no ha logrado arrebatar a los partidos el destino de la democracia, al mantener bajo su dominio al Instituto Nacional Electoral que no ha podido ciudadanizar la democracia.

En realidad los mexicanos vivimos en un sistema de simulación democrática en la que el presidencialismo sigue siendo la figura dominante y, por donde se le vea en el futuro inmediato, seguirá siéndolo porque de todos los aspirantes que se disputan el poder ninguno propone acotar el todavía inmenso poder presidencial y para ello servirán los legisladores Chapulines.