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En plena tensión con EE.UU., petroleros iraníes llegan a Venezuela

CARACAS.- El chavismo celebra hoy por todo lo alto la llegada a aguas venezolanas de los dos primeros buques iraníes, cargados de gasolina, para saciar la escasez de combustible que azota al país petrolero en medio de la pandemia. Primero fue el Fortune durante el fin de semana y hoy lo ha hecho el Forest, ambos escoltados por fragatas y aviones del ejército bolivariano, cuyos canales de propaganda viven un alborozo histórico, "otro logro de nuestra lucha histórica".

"El final del Ramadán nos trae la llegada del buque Fortune, muestra de la solidaridad del pueblo islámico de Irán con Venezuela. En tiempos donde el imperio supremacista pretende imponer por la fuerza su dominio, sólo la hermandad de los pueblos libres nos salvará", se jactó Nicolás Maduro.

El cálculo es que los cinco buques portan un millón y medio de barriles, más aditivos y otras herramientas para continuar los trabajos de puesta en marcha de la refinería de El Palito. Los expertos creen que con esto se cubriría la demanda de cerca de cuatro semanas.

El desabastecimiento de gasolina, intermitente desde hace meses, se ha agudizado desde el inicio de la pandemia, hasta tal punto que se ha convertido en el principal quebradero de cabeza de los venezolanos junto a los apagones eléctricos y la falta de agua. De ser casi gratuita, hoy la gasolina venezolana es la más cara del mundo: se paga en dólares en un mercado negro controlado por militares.

El tira y afloja entre las dos revoluciones y el gobierno de Washington no ha ido más allá de las palabras. "Si Estados Unidos causa problemas a nuestros petroleros en el Caribe, tendrá un problema", advirtió el presidente iraní Hassan Rohani. Donald Trump contestó que, pese a todo, tiene a Venezuela "más rodeada de lo que nadie piensa".

En la polémica también ha intervenido Luis Almagro, recientemente reelegido al frente de la Organización de Estados Americanos (OEA): "El envío de buques iraníes en apoyo de un gobierno ilegítimo es un atentado contra la paz y estabilidad regionales y un acto de provocación inaceptable de la República Islámica de Irán. Reiteramos también que la presencia militar y de inteligencia iraní en el hemisferio es repudiable".

Más allá de las diatribas políticas, la gasolina iraní supone un balón de oxígeno momentáneo para el gobierno de Maduro, eso sí, a precio de oro. Lo que para el "hijo de Chávez" es solidaridad, para el gobierno de Teherán es uno de los mejores negocios realizados en los últimos tiempos: su primera exportación de combustible a América Latina le reporta toneladas de oro por una gasolina que atiborraba sus depósitos en medio de la pandemia y con el precio del petróleo bajo mínimos.

"Los iraníes no sabían dónde meter el inventario de gasolina y consiguieron quien no sólo se lo lleve, sino que se las pague por adelantado", explicó el experto Francisco Monaldi.

Un negocio oneroso, en cambio, para Venezuela que pese a contar con las mayores reservas de petróleo del planeta y con una de las mayores refinerías del mundo es incapaz de producir su propia gasolina. Los cinco buques llegados de Asia después de un mes de navegación cargan en sus entrañas la misma gasolina que Venezuela podría refinar en dos días y medio antes de llegar Maduro al poder.

"La gasolina que traen es la más costosa de la historia mundial. Irán está saqueando y apoyándose en los recursos de Venezuela para recuperar su industria petrolera y su economía. Irán se unió a Cuba y a otros en la destrucción de Venezuela", denunció Iván Freites, dirigente sindical petrolero.

"Es necesario importar gasolina porque destruyeron las refinerías. El mundo está inundado de gasolina a precios bajísimos y los venezolanos pagan en el mercado negro el precio más alto del mundo", añadió Monaldi. Todo ello con una demanda hoy cuatro veces más pequeña.

El relato oficialista vende la llegada de los buques iraníes como una gran victoria de la revolución, aunque las piezas del rompecabezas no encajan, comenzando por uno de los interrogantes que se plantean los venezolanos: si las sanciones provocan, según el gobierno, que no haya gasolina en Venezuela, ¿por qué otro país sancionado produce y exporta su gasolina sin mayor problema?

La oposición ha denunciado la operación, aunque los grupúsculos que cohabitan con la revolución también han festejado la llegada de una gasolina "para el pueblo". No obstante, tanto el Parlamento como organizaciones civiles temen que el combustible recién llegado circule por los mismos laberintos habituales de corrupción y contrabando.

"Destruyeron la industria y no tienen capacidad de abastecer de gasolina a la población. Van a privatizar el sector y van a imponer un precio internacional a un pueblo que gana un salario de 2,5 dólares", aventuró Rafael Ramírez, quien fuera zar del petróleo con Hugo Chávez.