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Planes de inversión para tus hijos: cuáles son las mejores alternativas

El nacimiento de los hijos es un momento lleno de ilusión y entusiasmo, pero los padres pronto se inquietan pensando en el futuro de sus hijos. Muy temprano algunos empiezan a buscar la mejor opción de ahorro para garantizar su buen porvenir.

En ese momento, surgen dudas de dónde y cómo guardar ese ahorro. Hay que tener en cuenta que normalmente cuando depositamos dinero en una cuenta de ahorro, no se suele poder utilizar en un largo periodo de tiempo, de 10 a 15 años. Esto puede ser una gran ventaja para invertir y ahorrar a medio-largo plazo.

Si dejamos los ahorros para nuestros hijos en una hucha o en una cuenta corriente, el paso del tiempo hará que pierdan valor, por ello es fundamental desarrollar un plan de inversión desde que son niños. Foto: Getty Creative.
Si dejamos los ahorros para nuestros hijos en una hucha o en una cuenta corriente, el paso del tiempo hará que pierdan valor, por ello es fundamental desarrollar un plan de inversión desde que son niños. Foto: Getty Creative.

Cuentas ahorro y depósitos bancarios

Las cuentas ahorro para niños suelen ser la opción habitual por la que muchos acaban decantándose a la hora de depositar su dinero. Hoy en día, no resulta muy rentable apostar por estas cuentas, porque apenas dan interés alguno y estás pierdes una buena oportunidad de sacarle mayor rendimiento a ese dinero. La inflación podría provocar que ese capital vaya perdiendo progresivamente su valor. Incluso a veces las entidades cobran comisiones a sus clientes, salvo que se contraten productos o servicios adicionales.

No obstante, presentan algunas ventajas que pueden resultar muy atractivas para algunos progenitores. La contratación es bastante sencilla y la gestión posterior no suele generar muchas dificultades. Asimismo, lo que sí solían ofrecer los bancos por dejar el dinero en estas cuentas infantiles eran regalos, como peluches, mochilas o entradas a espectáculos familiares, pero es cierto que esto es cada vez menos frecuente.

Por su parte, los depósitos bancarios a plazo fijo fueron durante mucho tiempo uno de los productos más populares entre los padres. Pero esto cambió radicalmente tras la crisis del 2008, cuando estalló la burbuja inmobiliaria y el Banco Central Europeo (BCE) aplicó una política monetaria expansiva que reducía los tipos de interés. Esto provocó que, desde entonces, los depósitos bancarios venían reduciendo sus rendimientos. Actualmente, dar con un plazo fijo superior al 0,25% o el 0,5% es prácticamente imposible.

Fondo indexado para niños

A diferencia del caso anterior, invertir en un fondo indexado para niños haciendo aportaciones mensuales o con la periodicidad que prefieras es la mejor forma de ahorrar para la universidad o el futuro de tus hijos.

Este planteamiento funciona igual que para adultos, pero con la diferencia de que como los niños son pequeños, el horizonte temporal del que disfrutan para rentabilizar su dinero es mucho mayor. Otra de las ventajas es que, al tener menos cantidad de capital, el riesgo que se asume es también menor.

Actualmente, existen una gran diversidad de fondos de inversión indexados que podemos encontrar en el mercado, lo que permite también modular el riesgo.

¿Cómo contratar estas cuentas?

El proceso para contratar es relativamente sencillo y parecido a otros procesos financieros, pero al ser para un menor es conveniente fijarse en ciertos aspectos.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que las cuentas de menores siempre tienen asociado 1 o 2 representantes, que serán los que aporten toda la documentación (libro de familia o Certificado de tutor, así como DNI del menor y propio). Por lo general también se necesita una cuenta activa a nombre de uno de los representantes, que esta puede ser del banco a contratar o de otra entidad diferente.

También en este proceso hay que decidir si se pone el fondo a nombre del menor o al del padre o la madre. Si te decantas por la segunda de las opciones serás tú quien lo gestione y el que decide cuándo ha llegado el momento de dárselo a tu hijo. El mayor inconveniente es que al darle ese dinero tú tendrás que pagar en el IRPF por la ganancia patrimonial que hayas obtenido y, además, tu hijo tendrá que pagar por esa donación en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.

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