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El plan B para la pandemia es la concientización social y seriedad profesional

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Con honda preocupación pudimos leer en la edición digital del prestigioso diario LA NACION las expresiones de un reconocido neurólogo: el Dr. Conrado Estol. En su artículo publicado el día sábado pasado el doctor Estol se expresa a favor de los testeos caseros para el diagnóstico de Covid-19.

En su detallada opinión el Dr. Estol no sólo recomienda esto como una estrategia sanitaria de efectivo impacto, sino también detalla curiosamente marcas y profundizando aún más su comentario nombra a dos de las multinacionales más importantes. Y hasta sugiere que la Anmat apruebe las marcas más conocidas y no las ¿“copias”? Seguramente el profundo conocimiento de Dr. Estol de kits diagnósticos de laboratorio le permite tan temeraria afirmación, como si las marcas no tan conocidas no estuvieran sujetas a exhaustivos métodos de evaluación por las autoridades competentes de los cientos de países que las usan diariamente en millones de personas.

Seguramente las marcas mencionadas por el Dr. Estol, neurólogo, estarán más que agradecidas por su desinteresada, objetiva y científicamente fundamentada opinión sobre la calidad de sus tests.

La Federación Bioquímica de la Provincia de Buenos Aires ante la aparición de la venta libre de Test Diagnósticos de Antígenos en farmacias, expresó en estos días su total rechazo. El mismo fue avalado y acompañado por las principales instituciones bioquímicas del país, entre ellas la CUBRA , que es la Confederación Nacional.

En consonancia con todas las entidades bioquímicas del país, expertos del Conicet, en nota firmada por el Dr. Sebastián Cavalitto, advierten que los test diagnósticos de Covid-19 deben ser realizados por profesionales de la salud. Y siendo más explícitos expresan que los profesionales de laboratorio cuentan con el conocimiento necesario sobre los procedimientos y protocolos seguros para el desecho del material contaminado. Esta parte el Dr. Estol no la considera. Es lo que se desprende de una burda y poco científica comparación con un test de embarazo.

La misma Anmat, en el test de la controversia mediática reciente, expresa en las instrucciones del test lo siguiente: “Producto de uso profesional. El ensayo debe ser realizado por un profesional. Consulte al laboratorio clínico más cercano para que realice el ensayo”.

El Colegio de Farmacéuticos de Córdoba ya prohibió la venta en las farmacias de la provincia mediterránea. En su decisión menciona ya no sólo la necesaria intervención de un profesional bioquímico, sino también el entorpecimiento del Sistema Epidemiológico de Vigilancia, cosa que inexplicablemente el Dr. Estol no considera.

¿Quién va a ingresar los casos positivos de los test detectados en forma casera al SISA (Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino)? Por lo tanto, ¿quién va a realizar el control del aislamiento del caso positivo y sus contactos directos? ¿Dónde queda la estrategia planteada y acordada con las sociedades científicas desde el Ministerio de Salud de la Nación para una mejor toma de decisiones?

En las provincias de Mendoza, Formosa y La Rioja también se prohibió la venta en farmacias, aplicando en todos los casos fundamentos similares a los expresados anteriormente.

El Dr. Estol en su escalada promocional de los test de ¿primeras marcas? también avanza sobre el valor de los mismos. Lo cual no sólo llama la atención sino lo coloca en una posición objetable.

El valor actual de los tests ofrecidos en las farmacias, según fuentes del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires, es de $2500, valor similar al que se debería abonar en un laboratorio de Análisis Clínicos habilitado por el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, y que cumple con las reglamentaciones de fiscalización sanitaria, con un profesional que realiza la toma de muestra con experiencia y sin riesgo para el paciente, que utiliza elementos de protección personal (EPPP) específicos para la toma de muestras de hisopados para COVID, que cuenta con un sistema de deposición final de residuos patológicos y potencialmente infectantes, y que carga los resultados en el SISA para el control, seguimiento y registro, según lo establecen las normativas y la legislación vigente, y sobre todo que contiene, informa y le indica al paciente la conducta a seguir.

Lamentablemente el plan propuesto por el Dr. Estol está lejos de ser hoy una alternativa válida en la República Argentina. Carece de seriedad y de fundamento profesional, expone a la población, entorpece la gestión sanitaria, y genera mucha confusión en el ciudadano común en un momento que desde lo profesional tenemos que llevar tranquilidad y soluciones viables.

Nuestra intención es que la mayor cantidad de testeos sea posible, tanto en el ámbito público como privado. Muchos de nosotros trabajamos en los dos ámbitos simultáneamente.

Queremos que esto se realice de forma segura y responsable para la población, nuestra población. Somos un país en vías de desarrollo, con nuestras características culturales, sociales y económicas, con más del 40% de la población debajo de la línea de pobreza.

Las estrategias a adoptar no pueden dejar de lado esta realidad, la de la accesibilidad no sólo económica sino también cultural.

No podemos extrapolar lo que se hace en Dinamarca, en Holanda o en Alemania. Sería muy necio y poco efectivo.

Desde las instituciones bioquímicas desde el primer momento nos pusimos a disposición de los estados, en todos sus estamentos, buscando dar accesibilidad a la mayor parte de la población a los test de laboratorios. Seguimos en esa postura, esperamos se aproveche, no es una discusión económica, sino sanitaria.

De esta situación de crisis sanitaria se sale en conjunto, priorizando la salud por sobre los intereses económicos, priorizando sobre todo el valor fundamental del ser humano: la vida.

El autor es bioquímico (MP 4158), presidente de la Federación Bioquímica de la Provincia de Buenos Aires