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Pintarse el cuerpo protege contra los insectos

Maniquí del experimento sobre pintura corporal y picaduras de insecto. Crédito: Gabor Horvath
Maniquí del experimento sobre pintura corporal y picaduras de insecto. Crédito: Gabor Horvath

¿Por qué en muchos lugares donde los mosquitos son plaga, las poblaciones humanas se pintan el cuerpo? No sólo se lo pintan, si no que los patrones son muy similares: pinturas blancas formando rayas. Resulta que hay un motivo biológico detrás: la pintura corporal repele a los insectos.

En un artículo reciente se demuestra este hecho. Y de una manera clara: las pinturas corporales formadas por rayas blancas consiguen reducir hasta la mitad la visita de mosquitos y otros insectos picadores.

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Si estos insectos sólo fuesen una molestia, resultaría una buena estrategia. Pero hablamos de zonas del planeta donde son endémicas la malaria, la enfermedad del sueño y otras que emplean como vectores a los insectos picadores.

El origen de este estudio tuvo lugar en una observación clara, que realizó el mismo equipo de investigación. Si se comparan los ataques de mosquito a caballos y cebras, los individuos de esta última especie sufren menos picaduras. Y en las mismas zonas, la gente se pinta el cuerpo con patrones similares a las cebras, así que, tal vez, algo tuviese que ver.

Para comprobarlo, los investigadores situaron en el campo dos tipos de maniquíes. El primero simulaba un ser humano, digamos, normal: misma forma y tamaño, y un color semejante. El segundo tipo estaba pintado. Y los dos, cubiertos por un pegamento que dejaba atrapados a los insectos. Los maniquíes que no mostraban el patrón tipo cebra recibían el doble de visitas de mosquito que los otros modelos.

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Para completar sus observaciones, realizaron un segundo experimento. En esta ocasión, “plantaron” tres tipos de maniquíes: el tipo cebra como en el anterior, uno simulando el tono de piel común en la región, y otro maniquí de color beige.

Los maniquíes color beige atraían hasta diez veces más mosquitos y tábanos que los que mostraban el tono común en la región. A su vez, los de tono común captaban más insectos que los tipo cebra. En este caso, obtener conclusiones resulta más complejo, pero no por ello deja de ser interesante.

En resumen, que para los indígenas de lugares del planeta con muchos mosquitos, pintarse el cuerpo no es algo meramente cultural. También tiene un valor de estrategia biológica para evitar picaduras, y con ella parásitos.