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"Petropías", una exploración artística del impacto del petróleo en un país

Miami, 17 nov (EFE).- Un círculo negro que representa un hueco y simboliza la perforación petrolera y, por ende, la riqueza es el elemento de unión de "Petropías", una exposición del artista multimedia venezolano Tony Vázquez-Figueroa en Miami.

"También puede ser un desagüe", dice cuando Efe le pregunta si ese círculo negro podría a la vez simbolizar el hueco por dónde se fue mucha de la riqueza del "oro negro" en Venezuela, hoy un país empobrecido y en crisis.

"Quizás la riqueza nos llegó demasiado pronto y no fuimos capaces de digerirla bien", agrega este artista de 53 años, de los cuales ha vivido la mayor parte fuera de su país natal.

Vázquez-Figueroa recuerda con pesar que Venezuela fue "una de las colonias españolas más abandonadas".

"La imprenta nos llegó 400 años después de inventada, mientras que a México llegó solo 30 o 40 años después", recuerda citando al escritor Arturo Uslar Pietri y asombrándose de que pese a ello Venezuela diera a luz a una generación libertadora como la de Francisco de Miranda y Simón Bolívar.

UNA EXPOSICIÓN NEGRO PETRÓLEO

El color negro predomina en la exposición que se inaugurará este viernes en LnS GALLERY y reúne esculturas, pinturas y fotografías realizadas en los últimos tres años por Vázquez-Figueroa.

Para el visitante funciona como una instalación sobre la idea de cómo impacta el petróleo en un país y en la gente que lo habita.

Sobrino del escritor e inventor español Alberto Vázquez-Figueroa, el artista aclara nada mas entrar que el negro de sus obras no es el "Vantablack", una sustancia que es la tercera más oscura que existe y de la que el famoso escultor Anish Kapoor tiene la exclusiva para su uso con fines artísticos.

No absorbe el 99,965 % de la luz, pero es un negro lo suficientemente oscuro para representar el petróleo, la sustancia que hizo que en el siglo XX Venezuela se transformara en un país que nadaba en la abundancia y donde no valía la pena fabricar nada pues era más fácil y barato importarlo todo.

Vázquez-Figueroa, que ha expuesto en varios países y tiene obra en las colecciones permanentes del Pérez Art Museum de Miami, la Colección Villanueva (Venezuela) o el Black Gold Oil Museum (Arabia Saudí), entre otros, recuerda esa época con alegría.

Lo dice mientras muestra una serie de fotografías intervenidas de la Venezuela pujante de los años 70, desde hoteles Sheraton a refinerías modélicas, pasando por surtidores de gasolina donde los galones se vendían a precios regalados y se construían enormes edificios diseñados por famosos arquitectos extranjeros.

En algunas de las fotos aparece un círculo negro y en otras un acrílico negro lo cubre todo, salvo un círculo generalmente en el centro donde se ve la imagen como por un telescopio.

El autor explica que también lo incluyó como un guiño a las fotografías censuradas del Estados Unidos de la Gran Depresión iniciada en 1929 que se descubrieron en 2018.

El HUECO COMO ELEMENTO DE UNIÓN

La manera de censurar las fotos que no se querían difundir era agujereando el negativo. Se suponía que así quedaban inservibles para su publicación, pero una exposición en Londres mostró que cobraban más belleza y significado, dice a Efe Vázquez-Figueroa, quien estudió arte en EE.UU., Cuba y el Reino Unido.

El interés de Vázquez-Figueroa por los agujeros o huecos no es algo banal. Según explica a Efe, "los huecos son entes parasitarios que necesitan algo que los contenga" para poder existir.

En ese sentido se enmarcan en el concepto de heterotopías del filósofo francés Michael Foucault, en el que Vázquez-Figueroa se basó para llamar a su exposición "Petropías".

La curadora Tami Katz-Freiman escribió en el catalogo: "Venezuela, vista a través de los ojos críticos de Vázquez-Figueroa, no es ni una utopía ni una distopía, sino más bien una heterotopía".

Ese término "atiende al modo en que los excluidos de la esfera pública se definen dentro de espacios claramente circunscritos que comprometen, y a veces incluso niegan, su poder y su propia identidad."

"Viví en una Petropía (Venezuela) y aprendí a amarla y entenderla con sus enormes defectos y mis enormes vacíos. Fui 'arrojado a un mundo', a una Petropía, y encontré mi camino en ella, escapando de algunas de las terribles ideas que me fueron impuestas," explica Vázquez-Figueroa.

La exposición, que estará abierta hasta el 22 de enero de 2022, recibe al visitante con una enorme réplica de un barril de petróleo abierto y pintado de negro en cuyo fondo a través de un hueco se ve una imagen del cielo de Caracas que parece flotar en el vacío.

En una de las paredes una serie de tubos y cubos en acrílico negro y conectados entre si recrea la imagen de una refinería petrolera tal como se ve en Google Earth y en otra una serie de materiales colocados como un "patchwork" recrean los "barrios" pobres que rodean las ciudades de la "Petropía" del artista.

Vázquez-Figueroa se despide con una escultura de la cabeza del artista hecha en silicona y recubierta de bitumen, una sustancia obtenida del petróleo que fluye tan lentamente que Vázquez-Figueroa calcula que tardará unos 200 años en llenar otro molde de su cabeza que está colocado debajo e invertido a modo de vaso.

Ana Mengotti

(c) Agencia EFE