Pese a la amenaza de Trump de usar el ejército, la violencia no afloja en EE.UU.

WASHINGTON.- Luego de la amenaza del presidente, Donald Trump, de despachar al ejército para "dominar" las calles de Estados Unidos, sofocar las protestas y poner punto final a la violencia, el país vivió otra noche con saqueos y destrozos, la séptima noche de furia por el asesinato de George Floyd a manos de la policía.

Trump amenaza con reprimir con el ejército las protestas contra el racismo

La mítica 5ª Avenida de Nueva York quedó con varias vidrieras destrozadas y hubo disturbios a pesar del toque de queda decretado desde las 11 de la noche. Al menos seis policías fueron baleados en incidentes en todo el país durante la noche, incluidos cuatro en St. Louis.

En Las Vegas, un oficial se encontraba en estado crítico ayer después de ser derribado cerca del Circus Hoteland Casino en Las Vegas cuando la policía intentó dispersar a las multitudes que arrojaban botellas y rocas, indicó el New York Times. También hubo reportes generalizados de manifestantes heridos en los últimos días por la represión policial con gases lacrimógenos, balas de goma y cargas con efectivos antidisturbios.

En Washington hubo un fuerte despliegue de la policía y de las fuerzas federales, que incluyó a la Policía Militar, el Servicio Secreto, el FBI y la Guardia nacional, e incluso el vuelo rasante de un helicóptero militar Blackhawk sobre manifestantes en Chinatown para amedrentarlos. El toque de queda impuesto por la alcaldesa, Muriel Bowser, fue blando: aún cerca de la medianoche, se podía ver a muchos manifestantes en las calles, cerca de Logan Circle, o de la calle 14, una de las arterias de la ciudad. La policía no los arrestaba.

Trump se felicitó a si mismo por la represión de las manifestaciones de ayer.

"DC no tuvo problemas anoche. Muchas detenciones. Gran trabajo hecho por todos. Fuerza abrumadora. Dominación. Del mismo modo, Minneapolis fue genial (¡gracias, presidente Trump!)", tuiteó Trump por la mañana, con la mente puesta en las elecciones.

La gran mayoría de los arrestos se produjeron luego de que las fuerzas federales despejaron el Parque Lafayette, frente la Casa Blanca. Era una manifestación pacífica hasta que efectivos de la policía militar, el Servicio Secreto, oficiales a caballo y otros efectivos federales dispersaron a la multitud utilizando gases lacrimógenos y balas de goma. Hubo manifestante heridos, y varios arrestados. Después, Trump fue a sacarse una foto delante de una histórica iglesia, que había sido vandalizada la noche anterior, una movida que sus críticos tildaron de tiranía, pero que fue elogiada por su partidarios.

El virtual candidato presidencial demócrata, Joe Biden, lo deshilachó en un discurso en Filadelfia en el que dijo que Trump está "consumido por su ego cegado". Algo similar manifestó indignada la obispa Mariann Edgar Budde de Washington dijo que la movida de Trump sosteniendo la biblia después de su mensaje y de despejar la manifestación del parque, delante de la iglesia era "antitético a las enseñanzas de Jesús".

Pero del otro lado, también aparecieron defensores del mandatario. "La profanación de la iglesia de St. John por una multitud enojada fue un acto de cobardía. El presidente Trump delante de la iglesia sosteniendo una Biblia es un acto de liderazgo valiente", exclamó Sarah Huckabee Sanders, quien fue secretaria de prensa de Trump y es uno de sus más fervientes defensores.