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La realidad de los perros “detectores” de Covid19

¿Pueden los perros detectar el coronavirus? | imagen Valery Matytsin/TASS
¿Pueden los perros detectar el coronavirus? | imagen Valery Matytsin/TASS

Hace unos días un seguidor en Twitter me lanzaba una interesante cuestión acerca de una noticia publicada en multitud de medios: ¿Es cierto que los perros pueden detectar el coronavirus? No es una pregunta descabellada teniendo en cuenta que ya se han utilizado con éxito en la detección de numerosas enfermedades como algunos tipos de cáncer (mama, próstata, sangre), diferentes infecciones de orina o incluso problemas de azúcar en la sangre.

Si nos atenemos a los diferentes estudios que ya se han publicado del tema, podríamos contestar, sin demasiadas dudas, de manera afirmativa: Sí, los perros son capaces de detectar el coronavirus. En Alemania, las fuerzas armadas han presentado un proyecto canino con muy buenos resultados, en Chile la policía ha adiestrado perros para detectar enfermos de Covid19 e incluso España cuenta con una iniciativa, denominada Proyecto Kanary. Las aplicaciones y ventajas de esta clase de perros entrenados serían enormes, desde control de acceso a instalaciones públicas como aeropuertos o metros, hasta ayudarnos en el laborioso y lento proceso de testeo a poblaciones numerosas.

¿Cómo lo consiguen?

Evidentemente mediante su afinado olfato. La mayoría de los experimentos realizados han utilizado sudor para las pruebas, ya que no se considera infeccioso para Covid19, aunque las investigaciones no han conseguido descubrir qué compuesto detectan exactamente los perros, puesto que los compuestos orgánicos volátiles (COV) son una mezcla numerosa y compleja. Es posible que los canes no detecten un compuesto individual sino una suma concreta de ellos, eso aún no lo sabemos. Un artículo publicado en junio en el repositorio BioRxiv (sin revisión por pares aún) concluía que “existe una evidencia muy alta de que el olor a sudor de las axilas de las personas contagiadas con COVID-19 es diferente, y que los perros pueden detectar a una persona infectada por el virus SARS-CoV-2”. Existen más estudios, experimentos y pruebas y parece que todas apuntan a un más que notable porcentaje de acierto en la detección de Covid mediante los perros entrenados.

Todos estos estudios y aciertos parecen zanjar la cuestión de manera rápida… sin embargo tendríamos una respuesta incompleta. Junto a las citadas ventajas existen importantes inconvenientes que no deberían pasarse por alto si queremos obtener un panorama general.

Las malas noticias

Hace unos días el Magazine Slate publicaba un interesante artículo titulado “Malas noticias sobre esos perros que huelen COVID” en el que enumeraba algunos de los problemas que los más animados habían pasado por alto.

En primer lugar hay que hablar de las instalaciones necesarias para entrenar a estos perros. Se requieren equipos especiales, un laboratorio de investigación y adiestradores adecuados en un proceso que puede durar varios meses. Si pensamos en la cantidad de perros, tiempo y recursos necesarios en comparación con el enorme número de estaciones, aeropuertos o centros públicos en donde serían necesarios, el primer inconveniente salta a la vista. El uso de este tipo de medios caninos será muy reducido y destinado solo a lugares muy específicos. Por no mencionar que los perros que se han utilizado en los experimentos pertenecen a cuerpos policiales o brigadas antidroga que los necesitan, precisamente, para esas funciones.

Muy ligado a este gran inconveniente, Slate recalca que el entrenamiento también requiere un largo periodo de tiempo. En el estudio realizado por investigadores alemanes , los perros fueron entrenados intensivamente durante una semana, oliendo más de 1.000 muestras. Eso son muchas muestras, sobre todo si descubrimos que los perros utilizados en el caso alemán eran los mejores perros que ya habían sido entrenados en la detección de olores. Nos encontramos entonces con un número muy escaso y de élite. De este modo, los perros sin entrenamiento previo necesitarían entre tres y seis meses para aprender, y docenas de miles de muestras de entrenamiento, según un artículo en The Conversation publicado por investigadores de cognición animal de la Universidad de Adelaide. También es importante destacar que no todos los perros que inician el adiestramiento estarán a la altura, lo que limita aún más el número de “detectores caninos” que podremos utilizar.

En muchos países se estudia la posibilidad de utilizar perros en instalaciones públicas como estaciones o aeropuertos para detectar pasajeros contagiados | imagen Franklin Jacome/Getty Images
En muchos países se estudia la posibilidad de utilizar perros en instalaciones públicas como estaciones o aeropuertos para detectar pasajeros contagiados | imagen Franklin Jacome/Getty Images

El segundo tipo de inconveniente serio es el de porcentaje de aciertos y su aplicación a la vida real. Los estudios que han aparecido se han realizado mediante experimentos controlados, utilizando una proporción constante de muestras positivas y negativas. En el estudio alemán, los perros olfateaban un caso positivo por cada seis muestras negativas. Esta proporción constante es muy poco probable en el mundo real, donde con suerte encontrarán solo una pequeña cantidad de casos entre miles de viajeros. La experiencia en estudios sobre perros detectores de cáncer apunta a que cambiar el porcentaje y la consistencia de los casos positivos y negativos confunde a los perros, por lo que no parece desacertado pensar que tendremos el mismo problema al detectar COVID en el mundo real.

Otra cuestión fundamental que deberá ser estudiada con más profundidad es la siguiente: en las investigaciones publicadas los perros olían la muestra de coronavirus directamente (en tubos especiales para el olor), mientras que, en el día a día de un centro público, estarán expuestos a cientos o miles de personas que pasan junto a ellos, no directamente de una muestra. Esta cuestión se ha abordado en el caso del Aeropuerto de Dubai donde paran a cada pasajero, le toman una muestra y entonces el perro puede oler directamente de esa muestra. Parece una buena solución aunque también conlleva un problema que podría resultar peor que el remedio. Hasta el momento sabemos que los perros pueden contagiarse con el virus, aunque aún no sabemos bien qué efectos les produce o si pueden transmitirlo a humanos… Tener a cientos de perros, en contacto directo con muestras de coronavirus diariamente sin saber con seguridad cuáles son los efectos que pueden transmitir a los humanos, no parece una buena idea.

El artículo de Slate continúa con diferentes cuestiones, también en el ámbito legal, como la posibilidad de impedir el acceso a alguien a un recinto público solo con la respuesta de un perro o si se necesitaría también PCR. En resumen, la respuesta a la pregunta de si los perros pueden detectar el coronavirus parece clara, sí… la cuestión de si podremos utilizarlos con seguridad y eficacia en la vida real, aún parece estar en el aire.

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