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¿Perder la vida por una foto? Los muertes por selfies ya son un problema de salud pública

NEW DELHI, INDIA - DECEMBER 2: A man takes a selfie besides a bridge along a large amount of toxic industrial waste-foam formed along the banks of polluted Yamuna River, on December 2, 2018 in New Delhi, India. (Photo by Biplov Bhuyan/Hindustan Times via Getty Images)
Un hombre se toma una selfie sobre una gran cantidad de desechos industriales tóxicos acumulados en las riveras del contaminado río Yamuna, en Nueva Delhi. India. (Photo by Biplov Bhuyan/Hindustan Times via Getty Images)

Las selfis están tan incorporados a nuestra vida que la Real Academia Española la sumó al vocabulario de la lengua en 2018 para referirse a las fotografías que uno toma de sí mismo. Pero los expertos han notado que su abuso ha convertido el aparentemente inofensivo acto en un problema de salud pública mundial.

La Fundación iO, una organización dedicada al estudio de la salud global, enfermedades infecciosas, tropicales y del viajero, reveló que entre enero de 2008 y julio de 2021 murieron al menos 379 personas mientras se tomaba una selfi en algún lugar del mundo. Eso quiere decir, cada 13 días una persona saludable muere mientras se toma una fotografía.

Lo preocupante es que, al examinar de cerca los datos más recientes, la tendencia se acelera. Ni las restricciones de viajes y los confinamientos por el coronavirus han detenido el ímpetu de las personas que desean retratarse en lugares peligrosos. En los primeros seis meses del 2021, murieron 33 personas, una por semana, en el fútil acto de capturar un momento con un móvil.

“Es un problema emergente que, por las dimensiones que ha adquirido, ya puede considerarse de salud pública”, dice el presidente de la Fundación iO, Manuel Linares Rufo.

Los menores de 25 años son los que llevan al peor parte porque son los más propensos a tomar riesgos. El 41% de los fallecimientos ocurren en chicos de hasta 19 años y el 37% entre veinteañeros. La edad media de los fallecidos es de 24,4 años, mientras que los hombres también han llevado la delantera en esta fatídica estadística frente a las mujeres con una proporción de tres a dos.

Inventar una realidad para que me quieran

Liliana Arroyo, experta en Innovación e Impacto Social, ha estudiado la dinámica social de los autorretratos en el libro “Tu no eres tu selfie” y aseguró que "lo que mostramos en redes sociales es una representación de lo que queremos ser".

Para llegar a esa conclusión, la socióloga entrevistó a jóvenes de entre 18 y 30 años, coincidencialmente los que más fallecen según el estudio de la Fundación iO, y comprobó que los chicos tienen más de una cuenta de Instagram. La primera cuenta tiene el objetivo de atraer más seguidores y conseguir más likes. Es en esa cuenta seguida principalmente por desconocidos donde cuelgan ese selfie “perfecto” que muchas veces los lleva a cometer imprudencias, y que se llama “postureo”.

En la segunda cuenta de Instagram, los jóvenes sólo aceptan a sus amigos más cercanos. Y allí suelen mostrar otros ángulos de esa imagen idealizada que colgaron en la primera cuenta, donde se muestran más vulnerables y reales.

(VIDEO) Selfies asombrosas que no deberías imitar si quieres salvar tu vida

Arroyo dice que nos hacemos selfies por muchos motivos. En ocasiones lo hacemos porque por aburrimiento, para distraernos de un malestar emocional, o porque en realidad nos sentimos bien. Y como estamos ávidos de contacto, después de publicar nos enfocamos en las reacciones de nuestros seguidores.

“Por lo tanto, decir que somos un selfie es reducir esta realidad que es digital y analógica a la vez y que tiene que ver con la necesidad de ser, de tener una identidad, y de pertenecer, es decir, que los demás nos vean, nos acojan y que podamos participar en comunidades en las que nos sentimos representados y acogidos”, dijo la científica social.

Cuidado con las alturas

Hay que volver a los hallazgos de la investigación de la Fundación iO para alertar dónde hay que tener más precaución a la hora de sacar el móvil para inmortalizar un momento y no convertirlo en un instante mortal.

José Manuel Ramos, investigador de la Universidad Miguel Hernández de Elche que coordinó el estudio, reveló que la primera causa de muerte por selfies son las caídas (216 casos). Luego vienen los accidentes con medios de transporte (123), los ahogamientos (66), las armas de fuego y electrocuciones (24 cada una) y las heridas recibidas al fotografiarse con animales salvajes (17).

El análisis se realizó con una herramienta de inteligencia epidemiológica que rastrea todas las informaciones publicadas sobre estos sucesos en inglés, español, francés, alemán, portugués e italiano.

Los 10 países con más muertes registradas por selfies

  1. India: 100 muertes

  2. Estados Unidos: 39 muertes

  3. Rusia: 32 muertes

  4. Pakistán: 21 muertes

  5. Brasil: 17 muertes

  6. España: 15 muertes

  7. Australia: 15 muertes

  8. Indonesia: 12 muertes

  9. México: 10 muertes

  10. Bolivia: 7 muertes

Los 10 lugares más peligrosos para realizarse autorretratos

  1. Las cataratas del Niágara (Estados Unidos y Canadá)

  2. Glen Canyon (Estados Unidos)

  3. El Charco del Burro (Colombia)

  4. Playa de Penha (Brasil)

  5. Catarata de Miango (Kenia)

  6. Los Montes Urales (Rusia)

  7. El Taj Mahal (India)

  8. El valle de Doodhpathri (India)

  9. Isla Nusa Lembongan (Indonesia)

  10. Archipiélago de Langkawi (Malasia)

¿La selfitis es una enfermedad mental?

Ya sabemos que la obsesión por tomarnos selfies nos puede llevar a la muerte, pero algunos aseguran que en algunas personas se trata de un trastorno psicopatológico que necesita atención psiquiátrica.

El psicólogo social Xavier Molina desmintió que la Asociación Americana de Psiquiatría clasificó la obsesión a tomarse imágenes de si mismo como un trastorno y que aún no existe una enfermedad llamada selfitis.

Sin embargo, es posible que un joven que pase horas sacándose foros para mostrarlas en redes sociales tenga una autoestima pobre y necesite ser aceptado por los demás.

“Sacarse selfies no significa necesariamente que haya un problema psicológico detrás, pero en algunos casos puede ser un síntoma inequívoco de que algo no va del todo bien”, escribió Molina.

Así que a los padres les toca educar a sus hijos sobre el uso adecuado de los móviles en situaciones de riesgo y los adultos de todas las edades debemos usar el sentido común cuando sintamos el impulso de fanfarronear con una foto espectacular en una situación extrema.

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