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El peluquero que puso de moda entre las damas del siglo XVIII los extravagantes peinados de ‘alto copete’

El ‘Royal Meeting’ es una de las carreras de caballos más importantes del planeta y que se celebra anualmente en el mes de junio en el hipódromo de Ascot (al este de Londres, Inglaterra), siendo una de sus peculiaridades el reunir en este evento a lo más selecto de la aristocracia y personalidades del papel cuché y pudiéndose observar en el mismo los más llamativos y extravagantes sombreros que son exhibidos por las glamurosas damas que allí asisten, con lo que compiten entre ellas para ver quien logra centrar un mayor número de miradas y comentarios, siendo la exhibición de tocados femeninos la que realmente se lleva todos los focos de atención durante aquella jornada, dejando en un segundo término la prueba hípica.

El peluquero francés Léonard Autié puso de moda entre las damas del siglo XVIII los extravagantes peinados de ‘alto copete’ (imagen vía Wikimedia commons)
El peluquero francés Léonard Autié puso de moda entre las damas del siglo XVIII los extravagantes peinados de ‘alto copete’ (imagen vía Wikimedia commons)

Esta rivalidad entre celebridades, por ser la más admirada al portar algo llamativo sobre sus cabezas, no solo ocurre en las carreras de Ascot sino que muchos son los eventos en los que se producen rivalidades por lucir ciertos tipos de vestidos, calzado e incluso peinados.

Y fueron precisamente los peinados estrafalarios los que, tres siglos atrás, consiguieron convertir la profesión de peluquero en una de las más valoradas y mejor retribuidas en la corte francesa del siglo XVIII.

Jeanne-Antoinette Poisson, célebremente conocida como 'Madame de Pompadour', fue una de las muchísimas amantes del rey Luis XV de Francia (una de las preferidas y más famosas) y asistente asidua a las mejores recepciones y fiestas que se celebraron en París. Fue una mujer que no quería pasar desapercibida y allá donde iba realizaba unas pomposas entradas, convirtiéndose en el centro de todas las miradas y cotilleos.

Entre sus excentricidades estuvo la de lucir un peinado que consistía en elevar hacia arriba el cabello (en forma de gran tupé de algo más de un palmo de alto) y al que añadía alguna llamativa ornamentación. Este tocado pasó a la historia con el nombre de ‘coiffure Pompadour’ y durante mucho tiempo ha sido realizado a numerosísimas mujeres.

Pero quien consiguió llevarse una extraordinaria fama en la corte francesa de la segunda mitad del siglo XVIII fue Léonard Autié, un revolucionario peluquero que se convirtió en el estilista personal de las damas más importantes de la época.

Nacido en 1751 en Pamiers (suroeste de Francia), a los 18 años de edad se trasladó hasta París, donde se colocó a trabajar como peluquero (oficio que había aprendido durante su adolescencia en Burdeos) convirtiéndose en el encargado de arreglar el pelo de Julie Niébert, una de las actrices más importantes de la época y a quien realizaba unos peinados que eran elogiados por el público asistente a las funciones teatrales.

Fue tal la fama que adquirió Léonard Autié que, en poco tiempo, estaba peinando a importantes damas de la alta sociedad (entre ellas Jeanne Bécu, conocida como 'Madame du Barry', otra de las múltiples amantes de Luis XV).

Muchas eran las mujeres que pedían al peluquero que les realizara un peinado como el que había lucido Madame de Pompadour (ya fallecida por aquella época a causa de una neumonía), por lo que Autié decidió dejar volar su imaginación sobre el cabello de aquellas damas y les realizaba unos tocados cada vez más llamativos (al mismo tiempo que les iba metiendo altura, mediante postizos y ornamentos).

En 1772 Léonard Autié conoció a la jovencísima María Antonieta (de 17 años de edad), hija del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Francisco I, y esposa del heredero al trono de Francia (Delfín) el futuro Luis XVI, nombrado rey dos años después.

Convertirse en el estilista personal de María Antonieta provocó que Autié obtuviese una monumental fama como peluquero y numerosos los encargos que le realizaban las más importantes damas de la corte, aunque su principal clienta fue la más célebre e influyente de todas.

Tras convertirse en reina consorte, María Antonieta ayudó al peluquero a crear una de las publicaciones sobre moda y peinados más importante y famosa de la época ‘Journal des Dames’, en la que el estilista daba ideas sobre innovadores peinados y vestuario que hicieron las delicias de las damas de la alta sociedad, no solo francesa sino de todas las cortes europeas.

Pero uno de los momentos cumbres en la carrera como peluquero de Léonard Autié fue cuando la reina (María Antonieta) empezó a pedirle que le hiciera los peinados más llamativos y estrafalarios que se le ocurriera.

En cada evento al que asistía la reina consorte (o era organizado por ella) lucía un peinado diferente y éste iba ganando en altura. El motivo era que María Antonieta quería ser quien luciera el tocado de mayor altura.

Muchas eran las damas de la aristocracia que intentaban imitarla, ordenando a sus peluqueros que copiaran aquellos ‘copetes’ (denominación en castellano de ese tipo de peinados que iban hacia arriba, como la copa de una montaña), pero la reina quería ser única y de ahí que le pidiera a Léonard Autié un nuevo peinado más alto y extravagante que la vez anterior.

Era tal la altura que alcanzaban aquellos peinados de María Antonieta que incluso el peluquero debía subirse a una escalera para poder realizarlos. Pero no solo él tuvo dificultades debido a la elevación de los tocados, también la reina los padeció, teniendo que ir, en más de una ocasión, sentada de rodillas en el suelo del carruaje que la trasladaba a algún evento, debido a que el peinado chocaba con la capota. Este fue también el motivo por el que a los palcos de los teatros y la ópera de París se les subió el techo.

La moda de realizarse aquellos peinados se convirtió en un imprescindible elemento para medir la importancia y posición social de cada dama que lo lucía: cuanto más alto era el copete más importante e influencia tenía esta, traspasando fronteras hacia otras cortes europeas (entre ellas la española) y dando origen a que se utilizará la expresión ‘ser de alto copete’ para señalar que alguien era muy importante o algo tenía mucha categoría (por ejemplo, un evento).

Fuente de la imagen: Wikimedia commons

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