Paula Chaves: "No puedo creer que en mi útero haya una vida"

El 2020 no será un año más para Paula Chaves. El año que recién despunta viene acompañado por acontecimientos profesionales y personales. Confirmación de roles laborales y el trascendente acontecimiento de dar vida. El primer reto será el profesional: este domingo 1° de marzo, Telefe estrenará, a las 22.15, la segunda temporada de Bake Off Argentina, el gran pastelero, el reality en el que 14 participantes buscarán seducir al jurado y convertirse en el nuevo referente amateur de la especialidad. El segundo desafío será el personal y llegará a fines de junio cuando Filipa convierta a Paula en mamá por tercera vez. No es poco para la chica de Lobos que llegó a Buenos Aires para convertirse en modelo, también gracias a un certamen de televisión: Super M, emitido durante la temporada 2003. "Tengo muchas ganas de ver el programa. En 2018 se generó algo tan lindo para toda la familia que estoy convencida de que se repetirá. En lo personal, gracias a Bake Off, hay un público que gané, que no me conocía. Fue impresionante, los chicos de primaria me saludaban por la calle. Me asombró todo eso", explica la conductora a LA NACIÓN a pocas horas de llegar de Villa Carlos Paz, ciudad en la que Pedro Alfonso, su marido y padre de sus hijos, lleva adelante, como actor y productor, la comedia Atrapados en el museo.

Apto para todo público

"Bake Off es un programa súper atrapante a tal punto que todo el equipo de producción y los técnicos están muy pendientes observando cómo se concretan los desafíos y todo lo que sucede en ese proceso. Que algo no se descongele a tiempo o se queme es un mundo para nosotros", asegura.

A lo largo de 17 episodios, los participantes amateurs demostrarán sus potencialidades en el universo de la repostería y serán aconsejados y evaluados por el jurado integrado por los reconocidos Christophe Krywonis, Pamela Villar y Damián Betular. Como en todo reality, la historia personal de cada uno será otro de los ingredientes que redondean una receta donde aparece el conocimiento, los matices de las personalidades, la lucha individual, la competencia y el deseo de obtener visibilidad y poder desarrollar una vocación de manera profesional y como sustento de vida. Una posibilidad no menor y que todos ansían. "Este año hay unas historias de vida impresionantes. Una chica de Las Grutas nos decía que no todo llega allá. Entonces recurría a amigos que viajaban para que les acercaran ingredientes o moldes que en su ciudad no se conocían. Así que estar en Buenos Aires haciendo lo que le gusta y aprendiendo del jurado es maravilloso para ella".

-Si apelás a tu historia, ¿te ves espejada en los participantes?

-Por supuesto, me siento reflejada en mi arranque en Super M cuando tenía 18 años y recién llegaba de mi pueblo. No puedo no empatizar desde ese lugar. Sé que cualquier mirada o palabra de aliento es fundamental en ese momento de tanto nervio.

-Como conductora sos muy cálida, amorosa, eso tranquiliza al concursante.

-Como persona soy así...

Paula ríe con su respuesta. Así lo hará a lo largo de toda la entrevista, a pesar que Olivia y Baltazar, sus hijos, la reclaman, pero aprendió a repartirse. A atender varios frentes al mismo tiempo, como toda mamá.

-Esa amorosidad de la que hablábamos es fundamental para tu rol en Bake Off, donde una palabra agresiva puede frustrar o atemorizar al participante.

-Lo primero que tengo en claro es que, por ser la conductora, no soy la protagonista del programa. Los protagonistas son los participantes. Ellos acarrean las historias de vida y son los que deben enfrentarse a cada desafío con mucha tensión. Yo me tengo que correr de ese lugar de protagonismo. No me siento conductora, estoy ahí para acompañarlos. Los jurados también tienen una historia de superación detrás, por eso, cuando les transmiten esas experiencias a los participantes, se generan momentos tan emocionantes.

-La televisión, como reflejo de la sociedad de la que emerge, está atravesada por mucha información policial, por datos crudos de la realidad adversa. ¿Considerás que Bake Off ocupa un espacio poco transitado al ser un formato blanco que puede ser visto por una audiencia más amplia?

-Es un programa para toda la familia, en un horario ideal. Los contenidos hacen que sea atrapante para grandes y chicos, que todos se preocupen por el punto de la crema o por la consistencia del chocolate.

-Sos muy seguida por el público infantil, ¿te interesaría conducir un formato exclusivo dirigido a los chicos?

-No me lo propusieron, pero me encantaría. Me encantan los niños, pero, sobre todo, me interesa mucho trabajar para la familia, en programas donde nadie se sienta incómodo con lo que pueda verse u oírse. Eso sucede con Bake Off. Durante la primera temporada, me paraban en la calle para contarme que se reunían para ver el programa en familia.

-Se hace bastante hincapié en la historia personal de los participantes. Esas luchas individuales, ¿son un estímulo para quienes miran el programa y atraviesan situaciones similares?

-Por supuesto, por eso es tan importante contar las historias y mostrar la superación. Este año, concursa la mamá de una nena de tres años que ya está ahorrando para pagarle la fiesta de quince. Y también participa una señora de Recoleta que se animó rompiendo prejuicios.

-Hablabas de una propuesta para toda la familia. Como mamá, ¿cómo manejas el consumo de televisión en tu casa?

-En casa vemos dibujitos y la tele suele estar mucho tiempo apagada. En Carlos Paz, no la encendimos. En Buenos Aires, algo se ve, no está prohibida ciento por ciento. Los chicos ni siquiera tienen tablet.

En familia

-Las redes son impunes. Desde ese anonimato te han criticado la elección de Filipa como nombre para tu futura hija. ¿Te dolió?

-No me importa nada. Las redes sociales están para que un montón de gente critique.

-Todo nombre tiene un historia detrás, ¿por qué Filipa?

-Estábamos leyendo un sitio de nombres y Pedro sugirió Felipa. Inmediatamente yo retruqué Filipa, porque es el nombre de la hija de una amiga mía modelo, Jazmín Alcorta. Me encantaba. Lo mismo me sucedió con Baltazar, cuando escuchaba que Solita Silveyra mencionaba el nombre de su hijo, me fascinaba.

A fines de junio llegará Filipa Alfonso a través de un "parto humanizado", en donde se respeten los tiempos naturales del cuerpo evitando, en lo posible, mecanismos como la cesárea.

-¿Cómo se vive un tercer embarazo?

-Más cansada que los otros porque, además de la panza, hay dos niños por atender. El primer embarazo me lo pasé tirada en un sillón. El segundo fue un poco más complejo. Que increíble esto de poder dar vida, no puedo creer que en mi útero haya una vida.

Paula transita los últimos días de febrero en Buenos Aires, atareada con los preparativos del comienzo de clases. Su hija Olivia comenzará el primer grado y eso adelantó su vuelta desde Villa Carlos Paz, donde aún permanece su marido cumpliendo con la temporada teatral. Acontecimiento fundacional para toda familia, cargado de emoción, alegría y hasta una sana angustia por lo nuevo. "La agarro a Olivia y le digo: ´Me parece que fue ayer que naciste´. Ya en primer grado. Es lindo que así sea y poder compartir con los chicos todo lo que nos sucede. Estamos muy presentes".

-Si bien vos y Pedro son famosos, la gente no los percibe distantes...

-Es que nos mostramos tal como somos. Jamás pude construir un personaje para responder a una imagen. Soy así, auténtica. Pedro es igual: es el primero que llega al teatro, tres horas antes del comienzo de la función, se saca fotos con la gente en la puerta, se prepara su fernet en el camarín. Jamás lo vas a ver con un cartel de localidades agotadas, a pesar que mete 8000 personas por semana. Es el primero a nivel nacional. Nunca lo vas a ver alardeando con eso, porque esto es así ahora, pero la cosa puede cambiar. Uno tiene que estar agradecido, feliz, pero jamás mostrar algo que no siempre sucederá. Nuestra base fundamental es la familia que formamos, nuestros seres queridos y los amigos. No nos molesta mostrarnos sensibles, vulnerables y hasta enojados cuando algo molesta.

-Es muy sano poder sostener naturalidad y coherencia, en un medio que apuesta a lo contrario, que suele ser terreno fértil para marear gente.

-Sobre eso, Pedro me enseñó mucho. Yo me movía en un medio en el que me decían: "No hagas esto, no hagas lo otro". Nosotros valoramos el trabajo porque tenemos que laburar como cualquier familia. Me encanta trabajar, pero también tengo la suerte de poder criar a mis hijos.

-Mirtha Legrand suele confesar su arrepentimiento por no haber pasado más horas con sus hijos pequeños. El medio, en algunas carreras muy exitosas, juega en contra de la dinámica familiar.

-Una vez, en un corte del programa, Mirtha me dijo: "Nena, te felicito por cómo disfrutas de tu familia. Yo me arrepiento de no haber pasado más tiempo con los míos".

-De todos modos, no hay un modelo ni una fórmula de familia.

-Para nada. Hay muchas mujeres que tienen que salir a trabajar temprano para darle alimento a su familia y eso es muy meritorio porque se hace con sacrificio y convicción. Son mujeres que pueden estar doce horas fuera de su casa para poder alimentar a los suyos. Valoro a las madres que se toman un colectivo para ir a laburar a las cinco de la mañana. Estar todo el día con los chicos no te hace más madre. Por eso, debería cambiar la licencia por maternidad. Es muy poco tiempo el que se les da a las madres, debería reverse este tema.

-¿Extrañás a Pedro?

-Sí, pero somos conscientes que estuvimos mucho juntos en Villa Carlos Paz. Llegará al primer día de clases de Olivia porque no se lo quiere perder. Termina la función y se viene. De todos modos, cuando Olivia comenzó el jardín entró corriendo y ni nos miró. A veces es todo un bluf. El apego y la seguridad que uno les da a los hijos hace que sean independientes, aunque, cada uno, toma una personalidad diferente.