Primera pastora latina trans inspira con su experiencia de transformación

Denver (CO), 28 ago (EFE News).- Nicole García ha experimentado profundas transformaciones en su vida, desde ser el hijo mayor de su familia y devoto católico en su adolescencia hasta ser ahora, cuatro décadas después, la primera pastora latina transexual de una iglesia luterana en Estados Unidos.

García, 60, nacida en Boulder, donde ahora pastorea, aún reza el rosario como cuando lo hacía junto a su abuela, pero ahora ella lo hace mientras cuida a su madre, de 86 años, descendiente de una familia mexicana que llegó a la zona de Taos, en Nuevo México, hace más de dos siglos.

"Nací un 12 de diciembre. Soy una guadalupana", dijo García Efe en referencia a la tradicional celebración de la Virgen de Guadalupe ese día, enfatizando que esa presencia espiritual la acompañó toda su vida "incluso en aquellos momentos cuando yo no hablaba con Dios".

Luego de cinco años de completar los estudios y el proceso necesarios, García se hizo cargo de la congregación de la Iglesia Luterana Westwiew a principios de diciembre de 2019, cumpliendo así con su llamado al sacerdocio que recibió, dijo, cuando ella aún era "un buen niño católico".

Pero este año, por la pandemia, García no solamente tuvo que reinventar su congregación (unas 100 personas), digitalizándola a pesar de que un tercio de sus feligreses son de avanzada edad y no usan internet.

Y también debió reinventarse a ella misma al enterarse de que había contraído el COVID-19 durante una conferencia religiosa a la que asistió poco antes del inicio de la cuarentena.

García se aisló durante 14 días hasta superar la enfermedad y luego convocó a los jóvenes de la congregación para que la ayudasen a aumentar su presencia en las redes sociales, incluyendo las predicaciones dominicales en vivo.

"Ahora puedo llegar a personas en todo el país y hablarles de inclusión y de aceptación", agregó.

INJUSTICIAS SOCIALES

Para García, la situación social actual no es distinta de la discriminación, aislamiento y rechazo que ella experimentó durante décadas, incluso antes de presentarse como una mujer trans.

La diferencia, aseveró, es que ahora las personas cuentan con las herramientas, como los teléfonos inteligentes, para documentar las injusticias sociales.

Y por la pandemia y sus consecuencias (encierro en las casas, desempleo), las personas también cuentan con el tiempo "tanto para informarse como para pensar" sobre esas injusticias.

A la vez, según García, la actual pandemia y el alto malestar social por la brutalidad policial son oportunidades de "generar esperanza" al demostrarles a las personas que cada uno "tiene talentos y dones" que puede poner al servicio de la comunidad para mejorar la situación. Pero eso requiere un cambio de mentalidad.

"Cuando yo crecí, se me decía lo que yo tenía que hacer, hasta con quién casarme y en qué universidad yo tenía que estudiar. Pero luego mi actitud cambió y dejé que Dios me guiase. Fue entonces que mi vida floreció", comentó.

PROFUNDA TRANSFORMACIÓN

Pero si ese cambio no sucede, las personas ni descubren ni usan sus talentos, y viven vidas "llenas hasta el techo de ansiedad y depresión", identificándose más "con el trabajo que perdieron que con las relaciones que todavía tienen".

Precisamente por vivir con una identidad impuesta, García actuaba "como un hombre macho", trabajando como policía, embriagándose con frecuencia y alguna vez hasta contemplando el suicidio.

A partir de febrero 2003, a los 43 años, García comenzó su propia transformación con ayuda de consejeros del Centro de Identidad de Género de Colorado.

Luego, para entender "la complejidad de la existencia humana" y de su propia existencia, García completó en 2013 una maestría en consejería y psicología en la Universidad de Colorado en Denver.

"Le tuve que pedir a Dios que me diese la habilidad de seguir hacia adelante y que me permitiese ser parte de una comunidad en la que cada uno ayudase al otro, donde cada uno pueda depender del otro", dijo García.

Esa comunidad ya existe, opinó García: "Somos nosotros, los latinos".

"Nosotros ya somos muy diversos y necesitamos comprender cuán diversos somos en cultura, tradiciones, color de piel y hasta la manera que hablamos el idioma. Tenemos que honrar esa diversidad", afirmó.

"Como una mujer de color, transgénero y frente al altar, les doy esperanza a las personas", agregó.

IDEAS DE FUTURO

García ahora tiene nuevos planes, incluyendo expandir su presencia en línea y, cuando se reabra la iglesia tras la pandemia, modificar sus servicios para hacerlos más inclusivos a personas de distintas edades y con distintas habilidades.

Mientras tanto sigue enviando cartas a los ancianos que prefieren no usar tecnología y repartió tabletas entre quienes no las tenían para que puedan comunicarse y participar de las actividades religiosas en línea.

Además, pidió ayuda para rediseñar el sitio web de su congregación para que personas con poca experiencia en internet puedan ver sus videos.

"Si crees que ya no hay un camino para ti, pídele a Dios que te guíe. Un ángel siempre llegará", sugirió García.

Y, para demostrar la efectividad de esos rezos en su propia vida, subrayó que ella ahora predica semanalmente en el mismo púlpito desde el que alguna vez se le prohibió hablar.

(c) Agencia EFE