Yahoo Noticias 20 años después del 11S, el hombre que sobrevivió al colapso de una de las Torres Gemelas aún no se explica el milagro
A Pasquale Buzzelli lo sucedido aquel 11 de septiembre de 2001 cuando acudió a su puesto de trabajo en una de las Torres Gemelas le perseguirá de por vida. Sobrevivió al colapso tras caer varios pisos durante el derrumbe del edificio en el que se encontraba y aún hoy no se explica cómo pudo salir vivo de aquel horror. Estos días ha rememorado lo ocurrido para el programa 60 Minutos Australia con motivo del 20 aniversario de los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono.
Buzzelli vive desde hace dos década entre el agradecimiento y la culpa por haber sobrevivido. Él lo consiguió. Miles de personas, no. Aquel 11 de septiembre 14 compañeros de la Autoridad Portuaria que estaban con él en el piso 64 murieron. Los primeros síntomas de que algo raro estaban ocurriendo los vivió ya en el ascensor camino de su puesto. Al llegar a su oficina llamó a su mujer para pedirle que encendiese el televisor y le dijese qué estaba ocurriendo. “Un avión chocó contra tu edificio”, fueron las palabras de ella al otro lado del teléfono.
Buzzelli ha contado a 60 Minutes que al principio, como el avión había impactado por encima de su planta, pensó que no había peligro. Volvió a llamar a su mujer y esta le preguntó por qué seguía ahí, por qué no se había ido. Entonces cogió su maletín, una linterna y toallas mojadas y se fue hacia las escaleras. En su camino se cruzó con los bomberos, que le instaron a que continuase descendiendo.
En el piso 22 el edificio se le cayó encima. Este empezó a temblar y, según su relato, Buzzelli se tiró al suelo en una esquina y se colocó en posición fetal. “Sentí que la pared junto a la que estaba acostado se agrietaba y el suelo se derrumbaba, y me quedé en posición fetal con los ojos cerrados”, ha narrado al programa. Notó viento, una sensación de abrasamiento, golpes y la caída. “Vi algunos destellos de luz al ser golpeado en la cabeza. Solo recuerdo haber dicho: ‘No puedo creer que sea así, Dios mío, no puedo creer que así sea como voy a morir’”, ha recordado.
Mientras caía junto con el edificio pensaba en su mujer y en su hijo, que aún no había nacido. Y le pedía a Dios que les cuidase y que su muerte fuese “rápida”. Hasta que dejó de caer 18 plantas más abajo. Quedó sujeto en un trozo de cemento, con un abismo de metal y escombros bajo sus pies. Hasta que lo rescataron. Su parte de lesiones fue un pie roto y algunas quemaduras y abrasiones.
Michael Morabito, uno de los dos bomberos de Nueva York que lo localizaron y ayudaron en su rescate entre los escombros, tiene claro que lo que sucedió fue un “milagro, alguien lo estaba cuidando, necesitaba llegar a casa”.
En 2012, en una entrevista con The Sun, Buzzelli recordaba de aquellas horas, de aquel día, a esos “14 compañeros que estaban conmigo cuando se derrumbó la torre. Fueron las últimas personas que vi, luego se fueron . Ellos fueron las víctimas y yo fui el superviviente. Entonces tuve un sentimiento de culpa. Solo quería fingir que no sucedió”.
