El pasado español de la quinta economía mundial: California

A pesar de que California es solo uno de los 50 estados de Estados Unidos, lo cierto es que su importancia dentro del mapa del país va mucho más allá. Es el territorio más poblado, con cerca de 40 millones de habitantes, el que tiene más multimillonarios, el gran centro tecnológico, y, por supuesto, el más rico.

Tanto es así que a finales de 2020 era la quinta economía del mundo, solo superada por Estados Unidos en su conjunto, China, Japón y Alemania. Países tan poderosos como Reino Unido Francia, Italia quedaban por detrás.

Igual que España cuyo Producto Interior Bruto era menos de la mitad del californiano (1.278 billones de dólares frente a 2.722 billones de dólares) pese a que ambos territorios tienen una población similar. Lo curioso del caso es que hace apenas 200 años toda California se encontraba bajo dominio español.

Misión de San Diego de Alcalá, en California, establecida en el siglo XVIII por España. (Photo by © Bettmann/CORBIS/Bettmann Archive)
Misión de San Diego de Alcalá, en California, establecida en el siglo XVIII por España. (Photo by © Bettmann/CORBIS/Bettmann Archive)

Un pasado en común del que todavía quedan numerosos rastros, como el nombre de muchas de las ciudades del estado (San Francisco, San Diego, Santa Bárbara, Los Ángeles…), y un idioma español que es muy hablado en el estado.

Y es que cabe recordar que en 1800, el 54% del territorio estadounidense estaba controlado por España y eso incluía las vastas extensiones californianas, la conocida como Alta California con 423.970 kilómetros cuadrados lo que suponía un territorio ligeramente más pequeño que el español en su conjunto, con 505.990 kilómetros cuadrados.

Para conocer el origen de la presencia española en suelo californiano hay que remontarse varios siglos atrás. El 20 de septiembre de 1542, el explorador Juan Rodríguez Cabrillo llegó a sus costas, convirtiéndose en el primer europeo en conseguirlo. Por aquel entonces, la colonización española estaba centrada en lugares como el actual México o Perú, por lo que durante décadas no prestó excesiva importancia a este nuevo territorio ni se establecieron asentamientos.

Sin embargo, las cosas cambiaron en el siglo XVIII. Ante el creciente interés por la zona, especialmente por parte de rusos e ingleses, el monarca Carlos III lo reclamó por haber sido los primeros en visitarlo y recorrer sus costas y en 1768 empezó una misión que tenía como objetivo evangelizar a los nativos locales. Cabe señalar que cuando llegaron los europeos estas tierras eran el hogar de aproximadamente 10.000 indígenas.

Pueblo De La Reina De Los Ángeles, fundado por fray Junípero Serra. (Getty).
Pueblo De La Reina De Los Ángeles, fundado por fray Junípero Serra. (Getty).

La labor de los eclesiásticos avanzó y se establecieron 21 asentamientos que supusieron la base de lo que hoy es California, ya que estos emplazamientos se irían desarrollando con el paso de los años hasta dar lugar a las ciudades actuales.

Fray Junípero Serra fue uno de los grandes protagonistas de este periodo, ya que fue el creador de nueve de las misiones. La primera de ellas fue San Diego de Alcalá, que pasó a ser pueblo y hoy en día es la ciudad de San Diego, una de las más importantes del estado californiano.

El objetivo por aquel entonces era incorporar estas comunidades en la sociedad colonial, de ahí la importancia que tuvieron en esta etapa los religiosos, que además de evangelizar también incorporaron un sistema educativo básico.

Estas misiones también fueron el origen de otras urbes importantes como San Francisco o Los Ángeles. Además, España construyó numerosos presidios (puestos militares) en estas tierras.

Sin embargo, el control español no se iba a extender demasiado en el tiempo. España perdió California como consecuencia de la guerra de independencia de México, que se desarrolló entre 1810 y 1821.

En este sentido, conviene apuntar que en esa etapa Estados Unidos no existía tal y como se le conoce hoy en día y era un estado de dimensiones mucho más reducidas, con menos de una veintena de estados.

Entre ellos no estaba la península de California en su conjunto, que tras la independencia mexicana pasó a formar parte del estado mexicano, poniendo así fin a los casi 300 años de presencia intermitente de España en la región.

Arriba el mapa de cómo se configuraron las fronteras tras la guerra entre México y Estados Unidos. Abajo, la ruta del general estadounidense Scott por México. (Dominio Público)
Arriba el mapa de cómo se configuraron las fronteras tras la guerra entre México y Estados Unidos. Abajo, la ruta del general estadounidense Scott por México. (Dominio Público)

Pero este Gran México, que incorporaba los actuales California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah, Colorado y parte de Wyoming, tampoco se iba a perpetuar demasiado en el tiempo. En 1846, menos de tres décadas después de la independencia, se inició la guerra con Estados Unidos debido a las pretensiones expansionistas de estos últimos.

El conflicto se prolongó durante dos años y concluyó con la anexión de todos estos territorios por parte de los estadounidenses. Así, la península de California quedó dividida en dos. La Alta California, que es el territorio de la actual California estadounidense, y la Baja California, que sigue perteneciendo a México.

Pocas semanas después de que Estados Unidos pasara a controlar este nuevo emplazamiento, se descubrió en él oro. En los casi 200 años posteriores California no ha dejado de crecer y desarrollarse hasta convertirse en lo que es hoy en día. Y el resto ya es historia.

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