El Partido Republicano reformula una teoría de la conspiración marginal fomentada en internet

La representante republicana de Nueva York Elise Stefanik en una conferencia de prensa en la cual culpó al presidente Joe Biden de la escasez de fórmula para bebé, en el Capitolio en Washington, el 12 de mayo de 2022. (Tom Brenner/The New York Times).
La representante republicana de Nueva York Elise Stefanik en una conferencia de prensa en la cual culpó al presidente Joe Biden de la escasez de fórmula para bebé, en el Capitolio en Washington, el 12 de mayo de 2022. (Tom Brenner/The New York Times).

En 2018, al interior de una sinagoga de Pittsburgh, un hombre blanco con antecedentes de publicaciones antisemitas en internet disparó contra once fieles, pues culpaba a los judíos de permitir el ingreso de inmigrantes “invasores” a Estados Unidos.

Al año siguiente, otro hombre blanco, enojado por lo que llamó “la invasión hispana de Texas”, abrió fuego contra los compradores de un Walmart en El Paso, Texas, y causó la muerte a 23 personas. Después, declaró a la policía que había buscado matar a mexicanos.

Y a raíz de otro mortal tiroteo masivo, que tuvo lugar en Búfalo, Nueva York, el sábado, un hombre blanco fuertemente armado está acusado de matar a diez personas después de atacar un supermercado en el lado este de la ciudad, donde predomina la población negra. Antes del tiroteo, el hombre publicó un extenso discurso en internet en el que afirmaba que los compradores que allí se encontraban procedían de una cultura que pretendía “remplazar étnicamente a mi propia gente”.

Tres tiroteos, tres objetivos diferentes, pero todos vinculados por una creencia en expansión y en constante evolución que ahora se conoce comúnmente como la teoría del remplazo. En los extremos de la vida estadounidense, la teoría del remplazo —la noción de que las élites occidentales, en ocasiones manipuladas por los judíos, quieren “remplazar” y quitarles el poder a los estadounidenses blancos— se ha convertido en una maquinaria de terror racista, la cual ha ayudado a inspirar una ola de tiroteos masivos en los últimos años e impulsó el mitin de derecha de 2017 en Charlottesville, Virginia, donde estalló la violencia.

Sin embargo, la teoría del remplazo, que antes se limitaba a los febriles pantanos digitales de los foros de Reddit y a los penumbrosos sitios nacionalistas blancos, ha llegado a la corriente principal. A veces de manera más sutil, el miedo que dicha teoría cristaliza (de un futuro Estados Unidos donde los blancos ya no son la mayoría numérica) se ha convertido en una fuerza potente en los medios de comunicación y la política conservadores, donde la teoría se cita y reformula para atraer audiencias, retuits y donaciones de poco valor.

Según su propio relato, el sospechoso de Búfalo, Payton Gendron, siguió un camino más solitario hacia la radicalización, ya que se sumergió en la teoría del remplazo y en otros tipos de contenidos racistas y antisemitas que se encuentran con facilidad en los foros de internet, y considera a los estadounidenses negros, al igual que a los inmigrantes hispanos, como “sustitutos” de los estadounidenses blancos. Sin embargo, en los últimos meses, versiones de las mismas ideas, matizadas y despojadas de temas explícitamente antinegros y antisemitas, se han convertido en algo habitual en el Partido Republicano: pronunciadas en voz alta en las audiencias del Congreso, repetidas en los anuncios de las campañas republicanas y adoptadas por un conjunto cada vez mayor de candidatos de derecha y personalidades de los medios de comunicación.

Ninguna figura pública ha promocionado tanto, ni tan incansablemente, la teoría del remplazo como el conductor de Fox News Tucker Carlson, que ha hecho del cambio demográfico dirigido por la élite un tema central de su programa desde 2016, cuando se incorporó a la programación del horario de máxima audiencia de Fox News. Una investigación de The New York Times publicada este mes mostró que, en más de 400 episodios de su programa, Carlson se ha encargado de amplificar la noción de que los políticos demócratas y otras élites diversas quieren forzar el cambio demográfico a través de la inmigración, y en ocasiones sus productores buscaron la materia prima de su programa en los mismos rincones oscuros de internet que el sospechoso de Búfalo.

Seguidores escuchan al presidente Donald Trump hablar en un mitin de campaña en Fort Wayne, Indiana, el 5 de noviembre de 2018. (Doug Mills/The New York Times).
Seguidores escuchan al presidente Donald Trump hablar en un mitin de campaña en Fort Wayne, Indiana, el 5 de noviembre de 2018. (Doug Mills/The New York Times).

“No es una tubería. Es una cloaca abierta”, dijo Chris Stirewalt, un exeditor de cobertura política de Fox News que fue despedido en 2020 tras defender la decisión de la cadena de declarar que el entonces candidato Joe Biden había ganado en Arizona y escribió un libro de próxima publicación sobre cómo los medios de comunicación avivan la ira para aumentar sus audiencias.

“Los conductores de los programas de la televisión por cable que buscan audiencia y los políticos en busca de donaciones de poco dinero pueden ver qué historias y narrativas están provocando las reacciones más intensas entre los usuarios adictos en línea”, afirmó Stirewalt. Los sitios de redes sociales y los foros de internet, añadió, son “como grupos focales para la más pura indignación”.

Tan solo en el último año, personalidades republicanas como Newt Gingrich, expresidente de la Cámara de Representantes y congresista de Georgia, y Elise Stefanik, congresista de centro-derecha de Nueva York convertida en acólita de Donald Trump (y tercera republicana de mayor rango en la Cámara de Representantes), ya hablan de la teoría del remplazo. En su aparición en Fox News, Gingrich declaró que los de izquierda intentaban “ahogar” a los “estadounidenses clásicos”.

En septiembre, Stefanik publicó en Facebook un anuncio para su campaña en el que afirmaba que los demócratas estaban conspirando para llevar a cabo “una INSURRECCIÓN ELECTORAL PERMANENTE” al otorgar “amnistía” a los inmigrantes que viven en el país sin documentos, lo cual, según su comercial, “derrocará a nuestro electorado habitual y creará una mayoría liberal permanente en Washington”. Ese mismo mes, después de que la Liga Antidifamación, una organización de derechos civiles, pidió a Fox News que despidiera a Carlson, el representante republicano de Florida, Matt Gaetz, salió en defensa del conductor de televisión y de la teoría del remplazo.

“@TuckerCarlson está en lo CORRECTO sobre la Teoría del Remplazo ya que explica lo que está sucediendo en Estados Unidos”, escribió Gaetz en Twitter. En una declaración después del tiroteo de Búfalo, Gaetz dijo: “Nunca he hablado de la teoría del remplazo en términos raciales”.

Uno de cada tres adultos estadounidenses considera ahora que se está llevando a cabo un esfuerzo “para sustituir a los estadounidenses nacidos en el país por inmigrantes con el fin de obtener beneficios electorales”, según una encuesta de Associated Press publicada este mes. La encuesta también reveló que las personas que ven sobre todo medios de comunicación de derecha, como Fox News, One American News Network y Newsmax, son más propensas a creer en la teoría del remplazo que las que ven CNN o MSNBC.

A lo largo de su presidencia, los discursos públicos de Trump y su cuenta de Twitter estuvieron plagados de una retórica a menudo incendiaria, a veces falsa, sobre los inmigrantes, y llegó a usar el término “invasores” en su defensa de un muro fronterizo. Ese lenguaje ha sido adoptado de manera más extensa por sus seguidores más acérrimos, como Wendy Rogers, senadora del estado de Arizona, que el verano pasado tuiteó: “Estamos siendo remplazados e invadidos” por los inmigrantes que viven en el país de manera ilegal.

Los esfuerzos por ponernos en contacto con Rogers el domingo fueron infructuosos. Al ser contactado por correo electrónico, Gingrich declaró que la teoría del remplazo era “una locura”, y añadió que se oponía a todo tipo de antisemitismo, así como a “la violencia racista blanca en Búfalo”.

La retórica del remplazo de Carlson omite los elementos explícitamente antisemitas comunes en las plataformas web racistas. No hay indicios de que el hombre armado de Búfalo viera el programa de Carlson, ni ningún otro programa de Fox News, y Carlson ha condenado la violencia política aun cuando él mismo aviva los temores de sus espectadores.

Pero también se observan coincidencias evidentes entre los segmentos de Carlson y la larga letanía de quejas del sospechoso de Búfalo, lo que pone de manifiesto la difusa línea divisoria entre las quejas alimentadas por internet y las líneas de ataque que ahora son habituales en los medios de comunicación y la política conservadores.

“¿Por qué se dice que la diversidad es nuestra mayor fortaleza? ¿Alguien se pregunta por qué? Se dice como un mantra y se repite ad infinitum”, escribió el presunto agresor. La frase casi coincide con uno de los ataques de Carlson transmitidos en Fox News: “¿Que alguien me explique exactamente cómo es que la diversidad es nuestro punto fuerte?”, preguntó Carlson en un segmento de 2018, uno de los muchos segmentos en los que ha arremetido contra este tema. “Ya que han hecho de esto nuestro nuevo lema nacional, por favor, sean específicos al explicarlo”.

Un vocero de Fox News declinó hacer comentarios.

Amy Spitalnick, directora ejecutiva de Integrity First for America, un grupo que llevó a cabo una exitosa demanda civil contra los organizadores de la manifestación de Charlottesville de 2017, argumentó que la promoción más amplia de la retórica del remplazo normalizaba el odio y envalentonaba a los extremistas violentos.

“Este es el resultado inevitable de la normalización de la teoría de remplazo de la supremacía blanca en todas sus formas”, dijo Spitalnick. “Tucker Carlson quizá esté a la cabeza de ese ataque, pero está respaldado por funcionarios electos republicanos y otros líderes deseosos de diseminar esta conspiración mortal”.

© 2022 The New York Times Company