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La paradoja griega: jubilados en la ruina pese a costoso sistema de pensiones

Por Lefteris Karagiannopoulos y Angeliki Koutantou ATENAS, 17 jun - Los aprietos de la ateniense de 79 años Zina Razi y de miles de personas en su situación encajan plenamente en el porqué del fracaso de las negociaciones entre Grecia y sus acreedores. Ella vive de un sistema de pensiones que consume una gran parte de los gastos del Estado y que parece excesivamente indulgente, pero está arruinada. Razi apenas puede pagar las facturas de agua y electricidad y además tiene que mantener a su hijo de mediana edad desde que se quedó en paro. "Siempre estoy endeudada", dijo. "Ni se me pasa por la cabeza ir al cine o al teatro como hacía en el pasado". Esta paradoja explica bastante bien por qué el actual gobierno de izquierdas y los acreedores del la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional no han logrado salvar sus diferencias para alcanzar un acuerdo de fondos a cambio de reformas, algo que llevó a la ruptura de las conversaciones el pasado domingo. Cinco años de políticas de austeridad impuestas a instancias de los acreedores han contribuido a convertir una recesión económica en una depresión en toda regla. Y todavía quieren más. Atenas se ha negado rotundamente a conseguir más ahorros subiendo el IVA de productos básicos o reduciendo las prestaciones de jubilación. A medida que se acerca a la suspensión de pagos y a una calamitosa salida del euro, el Gobierno heleno ha rechazado estas exigencias que considera "absurdas" o diseñadas para minar la moral de los griegos. Para los acreedores, el sistema de pensiones sigue siendo demasiado generoso en comparación con lo que el país puede permitirse. Grecia gastó el 17,5 por ciento de su producción económica en el pago de las pensiones, más que cualquier otro país de la UE, según las últimas estadísticas de Eurostat correspondientes a 2012. (Gráfico sobre el gasto de pensiones en Europa: http://link.reuters.com/pyb94w) Con los recortes existentes, este porcentaje ha caído al 16 por ciento. Sin embargo, una fuente cercana a las conversaciones dijo que los salarios y las pensiones juntos todavía representan el 80 por ciento del gasto primario del estado antes de los intereses de la deuda. "El 20 por ciento restante ya se ha recortado hasta el hueso, demasiado de hecho", dijo. "Los funcionarios públicos no tienen lápices con los que escribir, edificios que necesitan mantenimiento se están desmoronando. No es posible hacer unas finanzas públicas sostenibles sin trabajar sobre los salarios y las pensiones". A pesar de años de reformas, muchos griegos todavía se pueden jubilar anticipadamente, especialmente los trabajadores en el sector público y de profesiones clasificadas como peligrosas, como el ejército. Un ejemplo muy conocido es el de Fofi Gennimata, que el fin de semana pasado se convirtió en líder del partido opositor PASOK. Es una exempleada de banco con tres hijos que solicitó el año pasado una pensión con sólo 51 años. Su oficina dijo que desde que es parlamentaria no está cobrando la pensión. El gasto público en pensiones de Grecia es, proporcionalmente, tres veces superior al de Alemania y los críticos acusan a Grecia de querer una vida fácil a expensas de los demás. DEMOGRAFÍA NADA SALUDABLE Los datos demográficos tampoco han ayudado a Grecia ya que el número de pensionistas ha aumentado desde 2009. Esto se ha producido, bien porque el Estado ha ofrecido incentivos a los trabajadores para jubilarse dentro de sus esfuerzos para reducir los costes salariales, o bien porque los propios trabajadores se apresuraron a hacerlo antes de que el Gobierno elevase la edad de jubilación. Para muchos griegos -y el partido Syriza que irrumpió en el poder en enero para parar la austeridad no es una excepción- las demandas de los acreedores son otra forma de apalear innecesariamente a personas vulnerables. Los acreedores niegan que estén pidiendo recortes específicos en las pensiones. Pero la parte griega dijo que entre las sugerencias está la de recortar drásticamente un pago complementario que da soporte a algunos de los pensionistas más pobres. Para Razi, significaría perder 180 euros ($203) de su pensión mensual de 650 euros. La pensión media en Grecia es de 833 euros al mes. Según el INE-GSEE, el instituto de la mayor organización sindical del país, esta cifra se compara con los 1.350 euros que se cobraban en 2009. Por otra parte, el 45 por ciento de los pensionistas reciben pagos mensuales por debajo del umbral de la pobreza de 665 euros, según el Gobierno. Con más de un cuarto de la población griega en paro, muchos dependen de la ayuda financiera de padres y abuelos. "Pueden quitarnos nuestro dinero, pero no pueden quitarnos el corazón y el alma. Vivimos por nuestra dignidad", dijo Razi.